Montevideo es la capital del primer país que puso en su constitución hace dos décadas el derecho al agua limpia de los ciudadanos. La ciudad está sobre el acuífero Guaraní, un enorme reservorio de agua dulce que se extiende bajo la superficie de todo el Uruguay y parte de los vecinos Brasil, Argentina y Paraguay; tiene una rambla de 10 kilómetros junto al río más ancho del mundo pero se quedó sin agua potable en una crisis largamente anunciada.

Según su ex presidente, José Mujica, la crisis se debió a una sequía obstinada cargada en la cuenta del cambio climático; pero además de eso a que la clase política uruguaya "se durmió". Sin embargo, los políticos son gente habitualmente despierta aunque sólo sea para las zancadillas cotidianas por cargos redituables; por lo tanto, el problema debe tener otros componentes.

Orientales en seco
La mayor sequía de los últimos 70 años secó las reservas de la represa de Paso Severino, en el río Santa Lucía Chico. La sequía, y el cambio climático que sería su causa, son una parte del problema; otra parte son la silvicultura, los bosques de pinos y eucaliptus de donde desertan los pájaros, y la agricultura transgénica, tan intolerable como la sed.

En 2019, la pastera UPM Fray Bentos, ex Botnia, el arroz, la soja y la carne, es decir, las exportaciones uruguayas, usaron 50 veces la cantidad de agua destinada a los habitantes de Montevideo.

Mujica, a pesar de su cuidada fama de viejo sabio, fue parte en la descuidada falta de inversiones en el mantenimiento y la renovación de la infraestructura dirigida a conducir el agua a la capital de su país.

Pero la crisis uruguaya es apenas un aviso para los demás, sobre todo los que ya pasan por problemas parecidos o los que los tienen en el futuro próximo y son todavía menos previsores que los uruguayos, o valoran más la ganancia inmediata que los dramas por venir.

Los problemas del siglo
La escasez del agua es uno de los siete problemas principales del mundo actual.

El 70% de la superficie de la Tierra está cubierto de agua; pero con la misma proporción de sal que la sangre, de modo que beberla no calma la sed. Solo el 2,5% del agua disponible es dulce. De ese pequeño porcentaje el 70 por ciento está congelado en glaciares y el resto encapsulada como humedad o en mantos subterráneos; de modo que menos del uno por ciento está disponible para el consumo

El 18% de la población mundial (más de 1.100 millones de personas) no tiene acceso a agua potable, y más de 2.400 millones carecen de saneamiento adecuado. Más de tres millones de personas, la mayoría niños, mueren cada año a causa de enfermedades asociadas a la falta de agua potable. Se estima que el consumo de agua aumentará el 40% en los próximos años.

El consumo global de agua dulce se ha multiplicado por 6 entre 1900 y 1995, mientras que la población solo lo ha hecho por 3. El consumo total de agua se ha triplicado desde 1950, sobrepasando los 4.300 kilómetros cúbicos por año. Para el 2025, según los expertos, dos tercios de la población mundial vivirá en países con escasez moderada o severa de agua.

Por otra parte, la distribución del agua dulce es muy desigual. Solo el 2% de las lluvias caen en las zonas áridas y semiáridas, que son el 40% de la masa terrestre.

Por qué no hay agua
Las causas de esta crisis anunciada del agua son varias; todas relacionadas con el hombre: cambio climático, deforestación, contaminación de fuentes, uso excesivo, sobreexplotación, desperdicio. Pero también en cuanto a calidad hay otros factores que afectan en agua, entre ellos:

-la mayor parte de la población vive en cuencas compartidas, lo que provoca mayor competencia en cuanto a su uso.

-la situación jurídica de protección y manejo del recurso es ambiguo y no se ajusta a las realidades actuales.

-la falta de recursos económicos para tener redes adecuadas de distribución y contar con plantas de tratamiento y evitar su contaminación.

-la falta planificación en el crecimiento de ciudades y proyectos (industriales, turísticos, agrícolas). Se presiona peligrosamente el recurso agua.

El sector agrícola con la irrigación es el mayor consumidor de agua del mundo (65%).Son pocos los países que cuentan con un riego eficiente. Luego tenemos al sector industrial con el 25 por ciento. Finalmente está el sector doméstico y de otros usos urbanos con el 10 por ciento. Un dato interesante es que para el 2015 el uso industrial subió al 34%, en detrimento al uso agrícola y doméstico.

Hoy el agua potable llega de fuentes cada vez más lejanas, de embalses o ríos. Pero también una gran mayoría, proviene de fuentes subterráneas (constituyen el 97% del agua dulce del mundo), las cuales estamos sobreexplotando y contaminando. Según un estudio, el agotamiento incontrolado de las fuentes de agua subterráneas representa una seria amenaza para la seguridad de los alimentos en muchos países pobres. Y no solo para la alimentación; también para la salud y paz social.

La escasez del agua es un problema hidrológico que ha derivado a un problema humano y de seguridad nacional en algunos países. Pero también se ha convertido en un problema económico, pues es demandado en el 90% de las actividades económicas.

En consecuencia, hay grandes desafíos para el agua. Entre ellos: proteger y recuperar la fuentes principales (deforestadas, erosionadas, salinizadas); distribuirla correctamente (a todos los usos, y con prioridad al doméstico); dar agua de calidad; controlar la contaminación de las aguas superficiales y especialmente de las subterráneas; aprender a reusar el agua y a no desperdiciarla.
De la Redacción de AIM