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Caleidoscopio
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Mártires de Chicago en el fútbol

"Misa y pelota, la peor droga para los pueblos", se podía leer en un ejemplar de 1917 del diario anarquista La Protesta. Por entonces, en vez de ir a las asambleas o a los "picnics ideológicos", los jóvenes preferían fútbol por la tarde y tangos por la noche.

Florecían los clubes "sociales y deportivos" nombres presentables para la milonga y la pelota. El fútbol se había acriollado: ya no eran necesarios los maestros ingleses, como fue el caso de Newells Old Boys. El club rosarino nació por impulso de ex alumnos del colegio Newells. El fundador inglés incluyó al fútbol en el currículo y cuando los alumnos se recibieron, para seguir jugando ya fuera del colegio fundaron un club de ex alumnos: "Newells Old Boys".

La Protesta, atenta ante todo a la revolución social, advertía en 1917 "la perniciosa idiotización a través del pateo reiterado de un objeto redondo". Los pases, los remates, los toques, los despejes, las cortadas, los sombreros, los regates, los revoleos, las chilenas, eran todos "perniciosos" para los celosos anarquistas, que apenas nombraban al "objeto redondo", por mal nombre pelota, y amonestaban poniendo al clero por delante: "misa y pelota, la peor droga para los pueblos".

Argentinos Juniors se fundó el 14 de agosto de 1904, horas después de la victoria de la selección argentina 2 a 1 contra Uruguay en la cancha de Estudiantes de Palermo.

En una casa de Villa Crespo se unieron dos clubes de barrio: “Los Mártires de Chicago” y “Sol de la Victoria”, título del himno de los trabajadores del partido socialista italiano.

Los Mártires de Chicago sufrieron el peso de la persecusión política, ya que el mero recuerdo del asesinato judicial de Sacco y Vanzetti era para el gobierno de entonces "propagar ideas destructoras y contrarias a la sociedad”.

El nombre propuesto para la unión de Mártires de Chicago y Sol de la Victoria era “Asociación Atlética y Footballística Argentinos Unidos de Villa Crespo”. Se interpuso un inconveniente no previsto: la longitud del nombre encarecía mucho la inscripción en las camisetas. En homenaje a la economía (y la brevedad) se inclinaron por "Argentinos Juniors".

La sigla actual del nombre es Aaaj, Asociación Atlética Argentinos Juniors, que en la interpretación de algunos esconde: Adelante Anarquistas Avancemos Juntos.

Ya cerca del final de su vida, Osvaldo Bayer confió en que Argentinos Juniors volvería a llamarse un día "Mártires de Chicago", el nombre original que debió cambiar por presión política. Bayer entendió que el fútbol podía ser objeto de estudios sociológicos serios y los emprendió en "El fútbol argentino. Pasión y gloria de nuestro deporte más popular". Ahí están los orígenes populares de los clubes que hoy son escenario de escándalos policiales y financieros, negociaciones turbias con barras bravas y sirven en algunos casos de trampolín de ambiciones políticas.

En ese libro, Bayer define al fútbol desde la óptica quizá romántica de los inicios, que para él terminó con el mundial de México, cuando todo se hizo saber cuántas veces estornudaba Maradona: “El fútbol es un magnífico cuento de magos, volatineros, malabaristas y hasta clowns. De titiriteros de gran proscenio. Un teatro inigualable para niños y grandes, y para niños grandes. Un encuentro humano con alegrías y lágrimas, con ruidos y espantos. El circo de la gente pobre, la misa de campaña de los solitarios que quieren sentirse acompañados por una vez. Es la humanidad en el pequeñísimo cosmos de un cuadrilátero verde”.
De la Redacción de AIM.

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