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Salud y Bienestar
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Codependencia emocional: Las características de ser rehén de una relación

La codependencia supone una adicción hacia la dependencia de otra persona, que puede darse tanto en relaciones de pareja, como dentro de la familia: por ejemplo, entre una madre y una hija. Así, con independencia del contexto, en las relaciones de dependencia muy marcada, la persona dependiente siente que necesita al otro, igual que necesita a su corazón, para seguir viviendo. Hablaríamos de una dependencia psicológica en la que está muy implicada la parte emocional.

En este sentido, la dependencia va más allá del deseo de estar al lado de alguien. Tiene que ver con pensar que el otro es imprescindible o insustituible para sentirnos bien: su presencia es una condición necesaria para que esto suceda. Se trata de una necesidad que debe ser satisfecha en cualquier camino, por particular y específico que sea, que conduzca a la felicidad.

La dependencia emocional en muchas ocasiones va aparejada a conductas celosas, de manipulación o de posesión de la persona amada, lo que conlleva el desgaste de esta última, que termina dejando la relación y haciendo realidad la creencia irracional del dependiente; a saber: sin ti no soy nada.

En otras ocasiones, lo que ocurre es que no solo es un miembro de la pareja el que se encuentra apegado al otro, sino que son ambos los que dependen, solo que de diferente forma.

Entramos, en este sentido, en lo que viene a denominarse como codependencia emocional.

Lo que ocurre en una relación codependiente es que existe un miembro dependiente cuya felicidad depende, en última instancia, de que su pareja esté a su lado y no lo abandone. Por otro lado, el otro miembro de la pareja, es dependiente también, pero a la propia dependencia de su pareja.

Para entendernos mejor, la persona dependiente necesita a su pareja y la codependiente necesita proteger, cuidar, ayudar y preocuparse por el bienestar de su pareja. Es cierto que emprender acciones de cuidado hacia la pareja es sumamente necesario para mantener la relación a flote, pero siempre y cuando se hagan de forma altruista, por amor hacia esa persona y no para alimentar una dependencia subyacente.

Las conductas que se derivan de la codependencia, lo único que generan es el fortalecimiento de la dependencia entre ambos y el hecho de rellenar vacíos internos.

Se crea entonces un círculo vicioso tóxico dentro de la relación: la felicidad de uno depende de la otra persona y a su vez, la felicidad de este último depende de la necesidad de apego del primero. Puede parece extraño, pero los estudios nos dicen que esa así como se forman o sobreviven algunas parejas.

Carlos Frette.-

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