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Día internacional para la erradicación de la pobreza

Un trabajador de la salud mide el brazo de un bebé durante el lanzamiento del plan de respuesta nutricional conjunta en Aweil, Sudán del Sur. Foto ONU
Un trabajador de la salud mide el brazo de un bebé durante el lanzamiento del plan de respuesta nutricional conjunta en Aweil, Sudán del Sur. Foto ONU

Más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud). Este año, se celebra el 70º aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es importante recordar el vínculo fundamental que existe entre la extrema pobreza y los derechos humanos, y el hecho de que las personas que viven en situación de pobreza se ven afectadas de forma desproporcionada por numerosas violaciones de los derechos humanos. 

El Día internacional para la erradicación de la pobreza fue proclamado por la ONU en 1992, pero la primera vez que se celebró fue en 1987 en París, cuando más de 100.000 personas se reunieron en la Plaza del Trocadero para manifestarse a favor de los Derechos humanos y la libertad en honor a las víctimas de la pobreza, el hambre, la violencia y el miedo. La convocatoria fue organizada por Joseph Wresinski, fundador del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo.

La erradicación de la pobreza es uno de los mayores retos globales con que se enfrenta actualmente el mundo, en particular en África y en los países subdesarrollados. La pobreza no es solo una cuestión económica. Se trata de un fenómeno que comprende la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad, como el acceso al agua potable, a la electricidad, saneamiento y alimentos. La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos urgente y es causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos. Por ello, reducir la pobreza y erradicarla es una obligación de todas las sociedades.

La pobreza, un problema de derechos humanos

Según detallan desde Naciones Unidas, en todo el mundo, más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

"En un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan en la extrema pobreza", tal y como se asegura en el prefacio sobre Los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos.

La pobreza no es solo una cuestión económica. Por ese motivo, debemos dejar de observarla exclusivamente como una falta de ingresos. Se trata de un fenómeno multidimensional que comprende, además, la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad. La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos urgente y es a la vez causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos, pues se caracteriza por vulneraciones múltiples e interconexas de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y las personas que viven en ella se ven expuestas regularmente a la denegación de su dignidad e igualdad. Reducir la pobreza y erradicarla es por tanto una obligación de todas las sociedades.

Hace ya 30 años, el 17 de octubre de 1987, el padre Joseph Wresinski —una de las primeras personas que puso en evidencia el vínculo directo entre los derechos humanos y la extrema pobreza— hizo un llamamiento para luchar contra esta lacra, animando a conmemorar el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema. Cinco años después la Asamblea General, inspirada en ese llamamiento, declaró el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (resolución 47/196).

Unirse a los más excluidos para construir un mundo donde los derechos humanos y la dignidad sean universalmente respetados

Este año, que celebramos el 70º aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es importante recordar el vínculo fundamental que existe entre la extrema pobreza y los derechos humanos, y el hecho de que las personas que viven en situación de pobreza se ven afectadas de forma desproporcionada por numerosas violaciones de los derechos humanos.

¿Por qué un Día Internacional sobre la pobreza?

La conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se remonta al 17 de octubre de 1987. Ese día, más de cien mil personas se congregaron en la plaza del Trocadero, en París, donde en 1948 se había firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre. Los allí reunidos proclamaron que la pobreza es una violación de los derechos humanos y afirmaron la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar su respeto. Estos principios están inscritos en una losa conmemorativa que se descubrió aquel día y de la que se han hecho replicas en otras partes del mundo, incluida una ubicada en el jardín de la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Desde entonces, personas de toda condición, creencia y origen social se reúnen cada año ante estas placas para renovar su compromiso y mostrar su solidaridad con los pobres.

El 17 de octubre representa, por tanto, una oportunidad para reconocer el esfuerzo y la lucha de las personas que viven en la pobreza, una ocasión para que den a conocer sus problemas y un momento para que ellas mismas sean las primeras en luchar contra la pobreza.

La plena participación de los pobres, especialmente en las decisiones que afectan a sus vidas y a sus comunidades, debe ocupar un lugar central en las políticas y en las estrategias para futuro sostenible. De este modo, podemos garantizar que nuestro planeta y nuestras sociedades presentes y futuras respondan a las necesidades y a las aspiraciones de todas las personas, y no solamente a las de algunos privilegiados.

Por tanto, resulta especialmente apropiado que el tema—elegido por la Organización de las Naciones Unidas tras consultar a personas que viven en situación de pobreza y a organizaciones de la sociedad civil—reconozca que todas las personas deben unirse para acabar con la pobreza y la discriminación, para construir un futuro sostenible en el que se satisfagan las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas.

En su resolución 47/196, la Asamblea General invitó a todos los Estados a que dediquen el Día a presentar y promover, según proceda en el contexto nacional, actividades concretas de erradicación de la pobreza y la indigencia. La resolución también invita a las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales a que ayuden a los Estados, cuando estos lo soliciten, a organizar actividades nacionales para la conmemoración del Día, así como a que el Secretario General adopte las medidas necesarias por el éxito de esta conmemoración.

Mensaje del Secretario General de la ONU 2018

Hace 25 años el mundo conmemoró por primera vez el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Desde entonces, casi 1.000 millones de personas han logrado escapar de la pobreza gracias al liderazgo político, el desarrollo económico inclusivo y la cooperación internacional.

No obstante, sigue habiendo muchas personas que se quedan rezagadas. Más de 700 millones cada día no pueden satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. Muchas de esas personas viven en situaciones de conflicto y crisis; otras se enfrentan a obstáculos para acceder a servicios de asistencia sanitaria y educación y a oportunidades de empleo, lo que les impide beneficiarse del desarrollo económico en un sentido amplio. Es un problema que afecta de manera desproporcionada a las mujeres.

La erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, tal como se establece en el Objetivo 1 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, sigue siendo uno de los mayores retos mundiales y una de las principales prioridades de las Naciones Unidas.

Este año, en el que celebramos el 70° aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, recordemos que la erradicación de la pobreza no es una cuestión de caridad sino de justicia. Existe una conexión fundamental entre la erradicación de la pobreza extrema y el respeto de la igualdad de derechos de todas las personas.

Debemos escuchar a los millones de personas que viven en condiciones de pobreza y miseria en todo el mundo, hacer frente a las estructuras de poder que impiden su inclusión en la sociedad y remediar las humillaciones que padecen. Debemos construir una globalización justa que cree oportunidades para todos y velar por que el rápido avance tecnológico impulse nuestros esfuerzos por erradicar la pobreza. En este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, comprometámonos a cumplir el compromiso fundamental de la Agenda 2030 de no dejar a nadie atrás.

 

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