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El dolor emocional puede provocar una cardiopatía

Una mala noticia, una muerte de un ser querido, un divorcio o una enfermedad diagnosticada, puede llevar a que una persona sufra del síndrome del corazón roto o cardiomiopatía de TakoTsubo. Se trata de una afección cardíaca causada por estrés, descrita por primera vez en Japón en el año 1990. Hoy se da más en mujeres que en hombres.

“El síndrome es una cardiomiopatía que se produce por estrés. Su nombre se debe a la similitud de una vasija que se usa en Japón con la forma que toma el corazón cuando sufre del mal del corazón roto, casi como un cono”, afirmó el doctor Carlos Reguera, (MN 121107), jefe del área de Cardiología y Medicina Preventiva en Ineba. “Son situaciones angustiantes que desembocan en un estrés que desencadena esta enfermedad del corazón”, enfatizó.

Uno de los aspectos más importantes de la enfermedad para un correcto diagnóstico, es saber diferenciarlo del infarto, ya que los síntomas son muy similares: “Suele confundirse con un infarto agudo de miocardio por el dolor fuerte en el pecho, la falta de aire, entre otros signos, pero la diferencia está en que la arteria de la enfermedad del corazón roto está abierta, mientras que en el infarto las arterias están cerradas”, explicó Reguera.

El riesgo de padecerlo es a partir de los 50 años en adelante, y solo basta una noticia desagradable, un diagnóstico médico desalentador, un maltrato, perder mucho dinero, discusiones intensas, perder el empleo, divorcio o factores físicos, como un accidente tránsito. Nueve de cada 10 pacientes con el mal de corazón roto, son mujeres: “Este tema se encuentra en proceso de estudio, ya que no se conoce la fisiopatología del tema. Al ser algo tan contemporáneo se encuentra en materia de evaluación. Hoy es una realidad, las pacientes que sufren de esto son mujeres que superan los 50 años”, añadió el doctor.

Una de las diferencias principales que supo distinguir el especialista, es que en el infarto las secuelas pueden ser graves o determinantes. En el caso del mal japonés, con una buena evolución, el paciente en dos semanas ya estará como si nada hubiera pasado: “Una vez que el corazón se acomoda y luego de una serie de estudios que determinen lo ocurrido, los pacientes evolucionan de manera normal, de hecho la mortalidad por este padecimiento es menor al cinco por ciento”, aseguró.

En cuanto a cómo seguirá la vida del paciente que sufrió este episodio, el profesional enfatizó sobre la importancia de reconocer y trabajar el estrés. “Es un trabajo gradual y obviamente es importante que el paciente intente llevar una vida tranquila, ya que puede volver a suceder porque hay situaciones en las que no se puede manejar la reacción ni controlar el estrés”.

RevistaLi.-

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