El panorama planteado por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional ( FMI), Christine Lagarde, para la economía financiera mundial muestra un escenario de inestabilidad que podría impactar en los mercados, como el argentino.

"El repunte previsto del crecimiento mundial a finales de este año es precario", sostuvo en un discurso previo a la reunión de primavera (boreal) del Banco Mundial, que se celebra la próxima semana en Washington.

"No vemos una recesión a corto plazo", precisó la directora gerente al tiempo que aclaró que la economía mundial es vulnerable a diversos riesgos incluyendo el Brexit, los elevados niveles de deuda en algunos sectores y países, las tensiones en torno a la política comercial y la sensación de intranquilidad en los mercados financieros.

"Hace un año, dije, reparemos el tejado ahora que brilla el sol. Hace seis meses, señalé que se avecinaban tormentas. Hoy el tiempo está cada vez más "inestable", advirtió Lagarde, que dijo que el crecimiento global, a pesar de que es "razonable" (3,5 por ciento, según los pronósticos para este año) viene perdiendo ímpetu.

Volatilidad propia

Se trata de un contexto complicado para la Argentina que hoy atraviesa un momento de crisis y volatilidad propia frente al dólar. La desconfianza del mercado financiero global se podría acentuar de acuerdo a la "intranquilidad" que analizó a futuro Lagarde. Esa "sensación" que preocupa a los desarrollados es aún más complicada, por supuesto, para los países como Argentina.

En ese sentido, Lagarde resaltó como positivo el efecto de la decisión de la FED de no subir las tasas. Una medida que potencia una apreciación del dólar frente a las monedas más débiles como lo es el peso argentino.

En su discurso mencionó un ejemplo que podría impactar en la Argentina: "Si el endurecimiento de las condiciones financieras fuera más marcado de lo esperado, podría generar graves dificultades para muchos gobiernos y empresas en términos de refinanciamiento y servicio de la deuda, lo cual podría amplificar los movimientos del tipo de cambio y las correcciones en los mercados financieros".

La reunión de la próxima semana de los presidentes de los bancos centrales con los ministros de finanzas, se produce en momentos en que Pekín y Washington están enfrascados en duras negociaciones que buscan poner fin a una guerra comercial.