Las mezquitas en países musulmanes se replican a cada paso. A su ingreso, habrá que depositar los calzados. Galerías inmensas, coloridas, con lámparas de cristal que captan la atención hacia el techo. Suena la llamada y cada quien a su lugar para rezar: salón de mujeres y hombres, por separado. Las damas no podrán ingresar sin su burka, tapándose toda parte de la piel y su cabello. Los varones tienen más flexibilidad. Pero ambos deberán lavar sus pies antes de su encuentro con el Señor.

El salat

El significado original de la palabra salat es súplica, es decir, la relación y la comunicación del siervo con su Señor y Creador. El salat es la entrega y obediencia, la devoción y el diálogo interno y sereno en dirección a la Meca. El salat nos muestra la realidad de la vida que vivimos, nos afirma en la religión y la justicia, y nos aleja de la opresión y la negligencia. Dijo Allah en el Corán: “El salat preserva de cometer actos inmorales y reprobables” (Corán 29:45).

El lugar que ocupa el salat y su virtud

El salat es el acto de adoración más sublime y el más importante, porque es una adoración completa, reúne el corazón, la mente y la palabra. Se manifiesta la importancia del salat en varias cuestiones, entre ellas:

El salat tiene la más elevada consideración:

Es el segundo de los pilares del Islam, tal como dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “El Islam ha sido edificado sobre cinco pilares: el Testimonio de que no hay más divinidad excepto Allah y que Muhámmad es Su Mensajero, establecer la oración…” (Al Bujari 8, Muslim 16). Y el pilar de una construcción es la base sobre la cual ésta se sostiene.

Las evidencias legales establecen que lo que diferencia al musulmán del no musulmán, es la realización del salat. Dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Ciertamente que entre el musulmán y el paganismo y la incredulidad, está el abandono del salat” (At-Tirmidhi 2621, An-Nasa’i 463).

Allah ha ordenado que se preserve el cumplimiento del salat en cualquier circunstancia en la que se encuentre la persona: de viaje, en su lugar de residencia, durante la paz, en la guerra, con salud o enfermedad, siempre realizándolo según sus posibilidades. Dijo Allah: “Y cumplan con las oraciones prescritas” (Corán 23:9).

Virtudes del salat:

Allah ha ordenado realizar siempre el salat en todas las situaciones que enfrente el musulmán, incluso en las más difíciles como la guerra y las catástrofes.

Existen muchas pruebas en el Corán y la Súnnah sobre las virtudes del salat, entre ellas:

Borran los pecados, tal como dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Los cinco salat y el salat de yumuah borran las faltas que se puedan cometer entre ellos, siempre que no sean pecados capitales” (Muslim 233, At-Tirmidhí 214).

Es luz que ilumina al musulmán toda su vida, invitándolo al bien y alejándolo del mal, como dijo Allah en el versículo: “Haz la oración, que en verdad la oración preserva de cometer actos inmorales y reprobables” (Corán 29:45). Y dijo el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “El salat es luz” (Muslim 223).

La primera acción sobre la que será preguntado el siervo en el Día del Juicio es el salat. Si estaba correctamente realizado y fue aceptado, serán aceptadas todas sus otras obras; pero si no estaba realizado de la manera correcta será rechazado, y también el resto de sus obras. Dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Lo primero que se le cuestionará al siervo el Día del Juicio será el salat, si éste está correcto, se aceptarán todas sus acciones; pero si está defectuoso, se corromperán todas sus acciones” (Tabarani, Al Muyam Al Ausat 1859).

El salat para el creyente es el momento más placentero, ya que invoca a su Señor en el salat encuentra el descanso, la tranquilidad y la compañía de Allah, glorificado sea. El momento del salat era el mayor placer para el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Dijo: “Mi descanso y placer se encuentran en el salat” (Annasai 3940). Le decía a su almuédano, Bilal, quien llamaba al salat: “¡Oh, Bilal, tráenos paz!” (Abu Dawud 4985). Cuando el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) tenía algún asunto importante, primero realizaba el salat (Abu Dawud 1319).

¿Para quién es obligatorio realizar el salat?

Es obligatorio para todo musulmán en pleno uso de sus facultades mentales y que haya alcanzado la pubertad, y en el caso de la mujer que no esté en estado de menstruación ni puerperio; ellas no rezan cuando se encuentren en uno de estos dos estados, y tampoco deben recuperar el salat cuando se purifican.

Se considera la mayoría de edad (al bulug) si existe una de las siguientes situaciones:

Alcanzar los 15 años de edad.

Crecimiento del vello púbico.

Eyaculación, sea dormido o despierto.

La llegada de la menstruación o el embarazo

¿Cuáles son las condiciones que hay que cumplir para hacer el salat?

Estar purificado de impurezas y suciedades (hadaz y nayásah)

Cubrir las partes privadas (awra):

Para cubrir las partes privadas se debe usar ropa, que no puede ser trasparente ni corta.

Las partes privadas son de tres tipos:

La mujer: Si es adulta, durante la oración debe cubrir todo el cuerpo excepto su cara y sus manos.

El niño: Para el niño pequeño sólo es obligatorio cubrir sus genitales.

El hombre: Si es adulto debe cubrir al menos desde el ombligo hasta las rodillas.

El musulmán antes de comenzar su oración tiene que purificarse haciendo sus abluciones (wudo) siguiendo el orden a continuación:

Tener presente la intención:

Recitar ante todo: Bismil-Láh (en el nombre de Dios).

Lavarse las manos hasta la muñeca tres veces, procurando limpiar entre los dedos.

Enjuagarse la boca tres veces y limpiar los dientes con un cepillo o con el dedo.

Aspirar tres veces por la nariz un poco de agua de la mano derecha y sonarse.

Lavarse la cara tres veces desde la frente (implantación del pelo) hasta debajo del menton, peinando la barba con los dedos en caso de tenerla.

Lavarse de antebrazo y mano derecha hasta el codo, (incluyendo el mismo) tres veces:

Lavarse el antebrazo y mano izquierda, hasta el codo, (inclusive) tres veces.

Pasar las manos mojadas por el cabello, de delante hacia atrás.

Con los índices y pulgares mojados, limpiar las orejas tanto por dentro como por fuera.

Finalmente lavar los dos pies empezando por el derecho y acabando por el izquierdo, comprendiendo los tobillos, tres veces.

Esta permitido pasar las, manos mojadas por el dorso de los zapatos o calcetines, en vez de lavarlos en la Ablución, pero tiene que haberlos puesto la primera vez, teniendo Ablución (wudú). En caso de estar de viaje, puede pasar las manos mojadas las veces que quiera, pero sin exceder tres días.

Fuente: Guía musulmana

De la Redacción AIM.