Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido

El clima hoy en:

-

- -

El dólar hoy: (BCRA)

$836,0 / $876,0

Provinciales
Provinciales

El viernes santo

Este viernes 29 de abril, los creyentes cristianos recuerdan la muerte de Jesús de Nazaret en la cruz, llamado por eso "Viernes Santo". Para los católicos es el segundo día del llamado Triduo Pascual, de la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección del fundador del Cristianismo.

Considerado por los cristianos encarnación de dios o dios descendido a rectificar la humanidad en tiempos de desvío, sería según esta misión un avatar. Foto: AIM
Considerado por los cristianos encarnación de dios o dios descendido a rectificar la humanidad en tiempos de desvío, sería según esta misión un avatar. Foto: AIM

Según la tradición, Jesucristo murió a los 33 años y a las 3 de la tarde. Según narran los Evangelios, los sumos sacerdotes -las autoridades religiosas de la época- conspiraban contra Jesús de Nazaret porque se proclamaba "Hijo de Dios"; lo consideraban un "alborotador".

Jesús ante Pilato

Estas autoridades y quienes les apoyaban decidieron llevar a Jesús ante Poncio Pilato, quinto prefecto de la provincia romana de Judea entre los años 26 y 36 d.C, en tiempos del emperador Tiberio. El relato evangélico dice que Pilato en principio no vio culpa en él para condenarlo, pero finalmente se avino a la presión de una multitud que clamaba por su crucifixión.

Según el Evangelio de Mateo, Pilato entonces se lavó las manos con agua a la vista del pueblo, proclamándose "inocente de la sangre de este justo". Este gesto de "lavarse las manos" es el origen de la expresión que llega hasta nuestros días.

Como era costumbre liberar a un reo por la fiesta judía de la Pascua, Pilato decidió soltar a uno muy conocido llamado Barrabás, cediendo así a la presión de los manifestantes.

Siguiendo el relato de los Evangelios, a Jesús lo despojaron de sus vestiduras, que echaron a suertes, le colocaron una corona de espinas posiblemente de acacia en la cabeza, y lo golpearon y escupieron.

Luego le hicieron cargar la cruz -en rigor el patíbulo, es decir, el palo horizontal- hasta un pequeño monte a las afueras de Jerusalén llamado Gólgota, lugar de calaveras, debido a la forma de calavera que tenían las rocas de una de sus laderas.

En el Gólgota o Calvario fue crucificado entre dos ladrones y bajo un cartel que decía "Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos", origen de las siglas y de la expresión INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, en latín). Según el Evangelio de Juan, los pontífices de los judíos, mienbros del Sanedrín, protestaron a Pilato, pidiéndole que cambiara la redacción por "él ha dicho: yo soy el Rey de los Judíos". Pero Pilato se lo negó con esta famosa réplica: "Lo escrito, escrito está".

El buen ladrón y el mal ladrón

Según el Evangelio de Lucas uno de los ladrones crucificados junto a Jesús le atacaba, diciendo: "Si tú eres el Cristo o Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros".

Pero el otro crucificado le reprendió diciendo: "¿Cómo, ni siquiera tú temes a Dios, estando como estás en el mismo suplicio? Nosotros, la verdad, lo estamos justamente, pues pagamos la pena merecida por nuestros delitos, pero Éste nada ha hecho". Y se dirigió a Jesús: "Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino". Y este le contestó: "Esta tarde estarás conmigo en el paraíso".

Según un evangelio apócrifo este Buen Ladrón se llama Dimas. San Dimas es el primer santo del cristianismo y su festividad se celebra el 25 de marzo.

Últimas palabras antes de expirar

Según los Evangelios de Mateo y Marcos, antes de morir Cristo exclamó con una "gran" voz: "Eli, Eli, Lamma Sabachtani" que significa "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?", que es el inicio de un salmo judío. Según San Lucas, justo antes de expirar dijo: "Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu". Según San Juan dijo: "Todo está cumplido". Y expiró.

En este momento, según los evangelios, sucedieron cosas extraordinarias. Mateo escribe: "Y al momento el velo del templo se rasgó en dos partes de arriba abajo, y la tierra tembló y se partieron las piedras. Y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos, que habían muerto, resucitaron. Y saliendo de los sepulcros después de la resurrección de Jesús, vinieron a la ciudad santa y se aparecieron a muchos".

Mateo y Marcos recogen la expresión de un centurión romano que había asistido a la crucifixión: "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios". Lucas la varía ligeramente: "Verdaderamente este hombre era justo". El sentimiento de los presentes era de asombro y de congoja. Según San Lucas volvieron dándose "golpes en el pecho".

El sepulcro

Descendido de la cruz el cuerpo de Jesús, José de Arimatea, "persona ilustre y senador" (Marcos) se lo reclamó a Pilato, que accedió a entregárselo. José envolvió el cuerpo del nazareno en una sábana y lo metió en un sepulcro abierto en una gran peña, sellando la entrada con una gran piedra.

Cuando al amanecer del domingo fueron María Magdalena y María la madre de Santiago para embalsamar el cuerpo, ya no lo encontrarían allí. La piedra estaba apartada y el cuerpo desaparecido.

Jesús, considerado por los cristianos encarnación de dios o dios descendido a rectificar la humanidad en tiempos de desvío, sería según esta misión un avatar.

Como avatar se conoce, desde el punto de vista del hinduísmo la manifestación corporal de una deidad, especialmente Visnú. La palabra, como tal, proviene del sánscrito avatâra, que significa ‘descenso o encarnación de un dios’.

El avatar es un ser divino que desciende a la tierra en forma de persona, animal o de cualquier otro tipo de cuerpo, con la finalidad de restablecer el dharma, o ley divina, y salvar al mundo del desorden y la confusión. Así, la deidad Visnú, por ejemplo, ha tenido muchos avatares, y, según los hindúes, ha sufrido muchas encarnaciones y sufrirá otras. En cambio en el cristisnismo Jesús es el único descendimiento y no hay otro. La cábala judía pone al avatar en un lugar central del árbol sefirótico con el nombre de "Tifaret".

En otras religiones también se consideran encarnaciones de otras deidades. En este sentido, avatar es todo espíritu que ocupa un cuerpo terrenal, que es una manifestación divina en la tierra.

Las Pascuas, una fiesta de la larga tradición

Sin embargo, esta versión consagrada e impuesta por la iglesia no es la única y ha sido objetada desde distintos ángulos.

Los evangelios no da apoyo claro al orden cronológico establecido por la iglesia. Más bien parece que Jesús estuvo muerto tres días y tres noches. Es decir, según el relato evangélico, podría haber muerto el miércoles a las 15 y resucitar el sábado después de las 18.

En la enseñanza cristiana, la Pascua está vinculada directamente a la última cena, la muerte y la resurrección de Jesús, celebración que tampoco tiene respaldo bíblico seguro. De todos modos Concilio de Nicea en el 325 dispuso la celebración de la Pascua en un días determinados y fijó el sentido de la celebración.

La semana santa viene precedida por 40 días de ayuno, conocidos como la cuaresma, entre el último día de carnaval o carnestolenda - que significa quitar la carne de la dieta- hasta el domingo de resurrección.

Hay un punto significativo, que apunta al origen ancestral de la cuaresma, antes del cristianismo e incluso de la pésaj judaica, fiesta de recordación de la huida de Egipto.

En varios idiomas europeos, el nombre de la cuaresma no alude a los 40 días sino a la antigua diosa Ishtar, Astarté, nombre que tomó la diosa sumeria Inanna, luego sucesivamente Isis, Deméter, Venus e incluso María, todas relacionadas con el lucero del alba.

En inglés la cuaresma de llama Easter y en alemán Fasten, ambos relacionadors con Ishtar, que está presente de algún modo en los días que preceden la pascua y siguen al carnaval.

En honor de Ishtar (convertida después en la reina Esther de la biblia) se celebraba antiguamente la fiesta de la renovación o renacimiento o resurección del mundo en primavera, fiesta que mucho después fue cristianizada.

Esa fiesta fue incorporada a sus creencias por los judíos durante su cautividad en Babilonia, donde fueron llevados por el asirio Nabucodonosor y liberados siete décadas después por el persa Ciro el Grande. En ese lapso se perdieron 10 de las 12 tribus de Israel y fue necesario escribir de nuevo los libros sagrados.

Es posible que la abstinencia de carne de aves y cuadrúpedos y su reemplazo por pescado el viernes santo sea herencia lejana de la condición de "diosa-pez" de Ishtar. Además, ésta fue Venus en Roma, diosa que tiene un nombre relacionado con el planeta y con un día de la semana. Quizá por eso el viernes, día de Venus, fue el elegido como día de la muerte de Jesús.

De la Redacción de AIM.

viernes santo

Artículos Relacionados

Teclas de acceso