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Política
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Hija de perra, grotesca disidente

Niño bien. Guión y Dirección: Wincy Oyarce Producción: Adriana Silva.
Niño bien. Guión y Dirección: Wincy Oyarce Producción: Adriana Silva.

Recordaremos la aparición sin vida del cuerpo de Víctor Hugo Pérez Peñaloza, más conocidx como hija de perra. Sudaca, artista inclasificable, militante de la disidencia sexual. Unx auténticx punk. Sus textos e intervenciones públicas grotescas, se deslizan con frenesí a millas de distancia de cualquier normalidad y son un llamamiento a todxs lxs perrxs, lxs hijxs no deseadxs, lxs mal abortadxs, sin origen ni genes claros, mestizas despreciables, de dudosa procedencia. Problemáticas, conflictivas, perrxs malxs y calientes. Puro desborde sin mesura que en palabras de Susy Shock, reivindica su derecho vital a ser un monstruo. Ni XXY ni H2O. Por Valentín Ibarra, para AIM.

 

“Yo, perra en celo de mi sueño rojo.


Yo, reivindico mi derecho a ser un monstruo.


Ni varón, ni mujer…”.


Susy Shock. Yo monstruo mío.



En sus propios términos, la perra, se define en una conocidísima intervención pública de la siguiente manera: “Cuando vislumbré la tragicomedia de hacer distinción radical en la diferencia y no congeniar con el binarismo de género instaurado, pensé que sólo era un humano deformado inadecuado muy afeminado, con un cuerpo biológicamente reconocido como masculino, lógicamente en pecado, desmesuradamente aproximado a lo anormal, pervertido y desviado, enclaustrado socialmente como un sujeto inmoral que no merecía entrar al reino de la cielos, que debía pedir clemencia de auxilio y corregirme de esta trastocada y frenética patología que me hacía retirarme de lo políticamente correcto y establecido como natural…”

 

A pocos meses de su muerte, en diciembre de 2014, alguien escribió en la revista Punto género 4 del país trasandino “hija de perra fue una tremenda e inspiradora compañera en la militancia sexual. Una terrorista sexual que no dejaba género en pie y que al mismo tiempo agrupaba una manada de disidentes culturales. Su partida física deja un gran espacio de orfandad que seguro muchas otras cuerpas continuarán ya sea en el arte, la escritura o la política –o todo eso cruzado y más–. De mujer de pantis rotas a académica de traje de dos piezas, así mutaba Hija de Perra quien nunca tuvo una identidad verdadera. ¿Qué tan difícil era cargar con ese cuerpo hermonstroy perversamente sexy? En el escenario de una fiesta under donde quizás no había luz o en un auditorio con un público desbordado de universitarixstímidxs que por primera vez escuchaban la palabra heteronorma, así eran los espacios recorridos por Hija de Perra. Como predicadora de una sexualidad indómita y nómada, Hija de Perra nos enseñó que la sexualidad podía incomodar, que podíamos enfrentar al patriarcado y burlarnos del fascismo que está en el saber, la cultura y la política”.

 

Fue protagonista de la película chilena de terror bizarro “Empaná de pino” (2008) y del corto documental “Niño bien” (2013), premiado en varios festivales, pero posiblemente su texto más conocido sea, “Interpretaciones inmundas de como la teoría queer coloniza nuestro contexto sudaca, perturbando con nuevas construcciones genéricas a los humanos encantados con la heteronorma”, que leyó en el Congreso “El sexo no es mío” en el marco de la 1° Bienal de arte y sexo, realizado en Santiago de Chile en noviembre de 2012, donde equipara la conquista del continente Americano del siglo XV - XVI con las múltiples conquistas que hoy nos atraviesan, nos clasifican, nos categorizan, nos normalizan: “Es impresionante cómo se esparció esta nueva forma de pensamiento y su representación mágico, mística, religiosa obligatoriamente impuesta que hoy asombrosamente la tenemos inscrita en el flujo neuronal y en cada célula que compone nuestro cuerpo mestizo (…) Nuestros ancestros fueron vestidos con ropa alejada de su cultura original, se les cortó su cabellera para diferenciarlos entre hombres y mujeres y no se permitieron, por aberración, todas las practicas intersexuales que producían alteración a la moralista mente española”.

La activista denuncia con su intervención una matriz de pensamiento implantada por el dominador, como hoy, que los nuevos saberes del género y la sexualidad se agolpan en nuestros límites territoriales y nos encasillan con nuevas etiquetas para darnos a entender nuestra propia existencia. “Soy una nueva mestiza latina del cono sur que nunca pretendió ser identificada taxonómicamente como queer y que ahora según los nuevos conocimientos, estudios y reflexiones que provienen desde el norte, encajo perfecto, para los teóricos de género en esa clasificación que me propone aquel nombre botánico para mi estrafalaria especie bullada como minoritaria”.

Lo que deja en claro la perra, es que las nuevas categorías académicas, clínicas, jurídicas, funcionan como nuevos compartimentos estancos y traicionan sus intenciones libertarias y emancipatorias al reencausar la disidencias en normas. Se pregunta a viva voz si existiendo múltiples opresiones y dispositivos de control encuadernados en bibliotecas y anaqueles ya no está claro si se es hombre, mujer, gay, lesbiana, travesti, transgenero, andrógeno o bisexual. Con ironía y exabrupto conjetura: “actualmente: ¿Seré una travesti sodomita lésbica ardiente metropolitanizada? ¿Seré una bisexual afeminada en pecado con rasgos contrasexuales y delirio de trasgresión a la transexualidad? ¿Seré una tecno mujer anormal con caprichos ninfómanosmultisexuales carnales? ¿Seré un monstruo sexual normalizado por la academia dentro de la selva de cemento? ¿Seré una vida castigada por dios por invertida, torcida y ambigua? ¿Seré un homosexual centelleantemente recargado femenino pobre con inclinación sodomita capitalista? ¿Seré un travesti penetrador de orificios lúbricos dispuestos a devenires ardientes? O ¿seré un cuerpo en continuo tránsito identitario en busca del placer sexual?” y remata el fragmento con un lamento: “a veces me aplasta el paradigma”, porque comprende muy cabalmente que el modelo de vida, que vende lo queer está cooptado, agenciado y recodificado por el capitalismo que regurgita la disidencia monstruosa y la introduce en el shopping de cualquier ciudad: “Hoy en día gracias a dios tenemos todo lo necesario para tomar el estandarte queer dentro de la metrópolis: mil productos para transformarnos en seres ambiguos de difícil lectura sexual y performancear por la vida con trasgresión identitaria, hoy es posible estudiar esta teoría en Universidades y recibir información fehaciente del tema, hoy está a disposición la compra y venta de libros que traducen y llevan este mensaje esperanzador hasta el velador de tu cama, hoy existen las posibilidades de lugares de encuentro multisexual, bares, discoteques, etc. Hoy existen bandas de música con estética queer que también puedes adquirir y disfrutar, hoy hay tiendas de artefactos contrasexuales para nuestra estimulación plural cibercarnal. Un mundo de fabulosas oportunidades para llevar a cabo el discurso y el desborde estético necesario para sentirnos involucrados y santificados por este tema”.

 

A continuación y a modo de cierre proponemos el cortometraje “Niño bien” estrenado en el “Diversidad Valparíoso Festival Internacional de Cine –DIVA- del año 2013, una de las últimas intervenciones públicas de la Hija de perra quien dejó de existir en 2014, producto de un largo deterioro físico entre marzo y agosto.

Para ver el corto haga click<aquí>.

hija de perra ibarra sexualidad Víctor Hugo Pérez Peñaloza

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