Con la llegada de la estación fría es preciso recordar las prevenciones contra la gripe común, enfermedad virósica que es particularmente peligrosa en mayores de 65 años.
La gripe, sobre todo cuando se convierte en pandemia, puede ser más seria en los países pobres, que no tienen reserva de vacunas sino para atender los casos normales cada año, pero no un número excepcional.
La gripe o "influenza" llamada así porque antaño se la atribuía a la “influencia” de la luna, es una enfermedad viral que tiene tres tipos de antígenos.
Cada dos o tres años las cepas virales mutan, lo que hace necesario producir nuevas vacunas adecuadas a ella, y deja son tanto eficacia a las vacunas que se aplicaban a las cepas anteriores del virus.
El año pasado hubo unos 35.000 casos de enfermedades de este tipo, lo que derivó en la necesidad de disponer camas en hospitales para las complicaciones, particularmente las neumonías.
Es diferente del resfrío porque éste es producido fundamentalmente por rinovirus que atacan las vías respiratorias superiores sin producir síntomas como fiebre, dolores musculares y decaimiento propios de la gripe.
La gripe tiene su grupo de riesgo en los mayores de 65 años y en los inmunodeprimidos, portadores del Sida, enfermos oncológicos o asmáticos, pacientes de diabetes y en los niños más pequeños, que pueden complicarse con neumonía, causada por el mismo virus o por bacterias.
Se debe evitar la automedicación y consultar al médico, sobre todo porque el mal que se advierte puede no ser gripe, sino otra enfermedad; hay que evitar ambientes cerrados y poco ventilados y el contacto con los enfermos.
No se recomienda cerrar las escuelas durante una epidemia, porque está demostrado que no es un procedimiento efectivo.
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