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Provinciales
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La pascua

En la mayoría de las idiomas de origen europeo, con excepción del alemán y del inglés, el nombre de la festividad se deriva de Pesach, la designación hebrea para las  pascuas, una fiesta judía a la cual la  semana santa cristiana está ligada íntimamente. 

La pascua germana: el renacer primaveral.
La pascua germana: el renacer primaveral.

La pascua judía: el recuerdo de la esclavitud

Las pascuas judías duran entre 7 y 8 días en recuerdo del éxodo y la libertad del pueblo israelita, que salió de Egipto donde era esclavo para vagar por el desierto conducido por Moisés y llegar 40 años después a Canaan, la “tierra prometida”, según el relato bíblico.

Las tribus que salieron de Egipto, cuando conquistaron a sangre y fuego el país de los cananeos ya eran una nación sólidamente unida en torno a creencias  y normas impartidas por Moisés “el egipcio”.

La semana santa depende de las pascuas no solamente por su significado simbólico (liberación de los judíos del faraón egipcio, redención y liberación de los cristianos del pecado), sino también por su posición en el calendario.

La última cena de Jesús con sus discípulos antes de su crucifixión se piensa generalmente como “seder” de la pascua. El seder ('orden' en hebreo) es una cena ceremonial judía especial, que gira alrededor de la historia del éxodo. En el evangelio de Juan la muerte de Jesús sucede a la hora de la matanza ritual de los corderos de pascua, que debía ser practicada por los sacerdotes del templo de Jerusalén.

En la última cena, organizada por Jesús y seguida por él según un rito judío cumplido rigurosamente, él mismo se ofreció en sacrificio como cordero pascual, de acuerdo con un paralelismo claro con la fiesta que se estaba celebrando en esos momentos.

La pascua germana: el renacer primaveral

Los nombres alemán (Ostern) e inglés (Easter) no tienen relación etimológica alguna la Pesach hebrea. Estos vocablos derivan probablemente de Eostremonat (el mes de Eostre), nombre de un mes del antiguo calendario nórdico.

Eostre, como Venus y  otras tantas divinidades del amor y la fertilidad, habría sido una diosa germánica asociada a la primavera  en el ciclo anual y a la luz del día naciente en el ciclo diario.

De  acuerdo con el historiador germano Beda el  Venerable, que floreció en el siglo VIII, era honrada en un festival durante Eostremonat.

No hay otras fuentes independientes que corroboren la veneración de esta diosa, por los que algunos suponen que Beda se equivocó, pero sí existía el mes Eostremonat y en él había una fiesta que comenzaba el 21 de marzo, día del equinoccio de primavera en el hemisferio norte.

(Así como la pascua tiene relaciones con la primavera y el renacimiento de la naturaleza a partir del 21-24 de marzo, la Navidad se relaciona con el invierno y el renacimiento del sol a partir del 21-25 de diciembre).

Con la fiesta de  Eostre se relacionan evidentemente el conejo, célebre por su fertilidad, y los huevos, donde está la vida “in noce”.

El plural eâstron se usa porque la fiesta dura siete días. Del mismo modo, el plural  francés Pâques es una traducción del latín Festa Paschalia, toda la octava de pascua.

Los nombres de la pascua

El término griego para pascua, “pascha”, no tiene nada en común con el verbo paschein, (sufrir), aunque lo relacionaron con él los escritores simbólicos tardíos; es la forma aramea de la palabra hebrea pesach (tránsito, paso).

Los griegos llaman a Pascua la pascha  anastasimon; al Viernes Santo la pascha staurosimon. Los términos respectivos usados por los latinos son Pascha resurrectionis y Pascha crucifixionis.

En los breviarios romano y monástico la fiesta lleva el título de Dominica Resurrectionis; en el breviario mozárabe español, In Laetatione  Diei Pasch resurrectionis; en el breviario ambrosiano, In Die Sancto Paschae.

Las lenguas romances han adoptado el término greco-hebreo: en latín, Pascha; en italiano, Pasqua; en español, Pascua; en francés, Pâques.

También algunas naciones célticas y teutónicas lo usan: en escocés, Pask; en holandés, Paschen; en danés, Paaske; en sueco, Pask; incluso en las provincias alemanas del bajo Rin (la única parte de Alemania que fue latinizada por los romanos) la gente llama a la fiesta Paisken y no Ostern.

La palabra, principalmente en España e Italia, se identifica con  "solemnidad" y se extiende a otras fiestas, por ejemplo en español, la pascua florida es el domingo de ramos; la pascua de pentecostés, pentecostés; la pascua de la natividad, la Navidad; la pascua de epifanía, la epifanía. En algunas partes de Francia también se llama pâques a la primera comunión, sea cual sea la época del año en que  se administre.

Se ha sugerido que muchos de los símbolos de la pascua  moderna, tales como los huevos y el conejito, son remanente  culturales del festival de la primavera de Eostre, por consiguiente de origen germánico, como también tiene ese origen el árbol de Navidad.

Eostre fue combinado con las celebraciones cristianas de pascuas durante la evangelización de  los paganos germánicos (este método del sincretismo fue muy habitual  en las evangelizaciones de otros lugares como América del Sur, Irlanda, etc).

Aunque el dar huevos en los festivales de primavera no era  exclusivo de los germanos, sino que también era habitual entre los persas,  los romanos y los judíos.

La pascua cristiana: la victoria sobre la muerte

Los judíos celebran las pascuas en conmemoración de la víspera del éxodo de Egipto  y la liberación de la esclavitud, en busca de la “tierra prometida” por Jahvé al patriarca Abraham.

Para los cristianos, la pascua es el paso de Cristo de la muerte a la vida y es la más importante de sus fiestas. El domingo anterior a la pascua judía, el domingo de ramos, Jesús llegó a  Jerusalén para celebrar la pascua con sus discípulos.

Al llegar fue recibido por el pueblo como mesías pero, a la semana, fue condenado a muerte y crucificado. Se consuman así, según las creencias cristianas, la redención del pecado y la victoria sobre  la muerte.

En la semana santa se recuerda la entrada triunfal de Jesús  a Jerusalén,  la última cena, la crucifixión y la resurrección.

Durante el triduo pascual (jueves, viernes y sábado) se realizan las celebraciones  centrales de semana santa.

El jueves santo es una especie de "profecía" de la pascua. En el monte de  los Olivos Jesús vive, conscientemente y de manera anticipada, su pasión y  su muerte.

Este día la iglesia católica  bendice el crisma, que se utilizará hasta el  siguiente jueves santo. También se realiza la misa de la cena del Señor,  en la que se recuerda la última cena que Jesús tuvo con los  apóstoles. La última cena puede interpretarse como la instauración de la  misa.

El viernes santo es un día de silencio, pues se recuerda la crucifixión de Cristo y  es, por eso, el único día del año en que no se realiza misa. En su lugar  se hace una celebración en la que se recuerda la pasión, se reza por la salvación de todo el mundo y se adora la cruz.

Una de las  tradiciones populares que ha tomado mucha fuerza en la celebración del  viernes santo es la representación en vivo del via crucis.

El sábado por la noche se celebra la vigilia pascual o la misa de  Gloria. Es el punto final del triduo pascual. Cuando llega el momento de  rezar la oración de Gloria se hacen repicar las campanas para anunciar a  todo el mundo que Cristo resucitó. Según una antiquísima tradición los  fieles cristianos encienden velas simbolizando la invitación de Cristo a su mesa.

El domingo es el día más importante del año litúrgico: se celebra la resurrección de Cristo. La resurrección es el fundamento de la fe en Jesús, ya que en ella se basa la esperanza de la salvación del mundo. La iglesia manda festejar el triunfo de Cristo sobre el pecado y es por ello  que todas las iglesias se embellecen de flores y reúnen a toda la  comunidad cristiana.

Según la interpretación de los hechos narrados en los evangelios, el  misterio de la encarnación se completa con el misterio de la  redención.

La iglesia interviene en la pascua

La pascua era una festividad relacionada con ritos paganos en  Europa, por ejemplo con los derivados de Eostre y los persistentes cultos de la fertilidad, cuyo fin era asegurar las buenas cosechas anuales y evitar el hambre.

Por eso el primer concilio de Nicea en al año 325 convino que la pascua (se utiliza "Pascha" en los documentos originales) se debe celebrar a través de la  iglesia. Hay misas tales como la misa de pascua de San Juan Crisóstomo, escrito en el siglo V, en Constantinopla; o la misa de Pascha del obispo Melito de Sardis, en el siglo II, que refieren a pascua.

Es posible que, a medida que los germanos eran reducidos a obediencia de la iglesia, las celebraciones cristianas de Pascha que se desarrollaron en áreas no germánicas se fusionaron con los ritos y las celebraciones que ocurrían en la misma época en los países germánicos, una fusión con Eostre que habría sido facilitada por los temas comunes de la resurrección: de Jesús en un caso, de la vida vegetal en primavera en el  otro.

En el proceso de evangelización en lugar de intentar suprimir los  ritos paganos populares y establecidos, era más fácil proporcionar  simplemente una reinterpretación cristiana de esa festividad y sus características, y permiten la variedad de costumbres y símbolos asociados al día de fiesta, algunos de los cuales perduran todavía.

Algo similar  ocurrió en la evangelización de los celtas en la actual Irlanda por parte de San Patricio.

Las tácticas de la verdad

En su libro "Historia ecclesiastica gentis Anglorum" (Historia eclesiástica del pueblo inglés) Beda reproduce una carta del Papa Gregorio I a San Agustín cuando aquel envió a éste a realizar el trabajo de  misionero entre los anglosajones paganos.

En esa misiva el Papa le sugiere que convertir paganos es más fácil si se les permite conservar las formas exteriores de sus prácticas y costumbres paganas tradicionales,  mientras que modifica esas tradiciones espiritualmente hacia el "dios verdadero".

El Papa se refiere a los dioses paganos como “demonios”, siguiendo la norma habitual desde milenios con los dioses de los pueblos vencidos, no ya sólo dentro del cristianismo, sino en todas partes.

Lo mismo sucedió en América con los dioses de los pueblos indígenas y con los que los africanos traídos como esclavos adoraban y siguen adorando todavía. (Entre los persas mazdeístas, el nombre que designa a los dioses sirve para nombrar a los demonios entre los hindúes, y viceversa).

El papa Gregorio le dice a San Agustín: “al punto que, mientras que algunas satisfacciones exteriores  les sean permitidas, pueden consensuar más fácilmente la consolación  interna de la gracia de Dios".

El Papa sanciona tales tácticas de  conversión como bíblicamente aceptables, precisando que Dios mismo hizo la  misma cosa con los israelitas antiguos y sus sacrificios paganos, es decir, pone a la Biblia por testigo.

La pascua fuera de la religión

Como con muchas otras fiestas cristianas, la celebración de pascua se extiende más allá de la Iglesia. Desde sus orígenes, ha sido una época de  la celebración y de banquetes. Hoy es comercialmente importante, se venden  grandes cantidades de confitería de saludo tales como huevos de Pascua de chocolate, conejitos, etc.

En los Estados Unidos, el día de fiesta de  pascua ha sido secularizado eficazmente, de modo que muchas familias americanas participan solamente en la fiesta sin compartir su esencia religiosa. Adornan y esconden los huevos de pascua en la tarde del sábado  y realizan búsqueda la mañana del domingo.

De acuerdo a las historias de  los niños, los huevos fueron ocultados durante la noche junto a otros  confites por el conejito de pascua en una cesta de pascua que los niños  esperan encontrar cuando despiertan.

En Noruega, además del esquí en las montañas y los huevos que pintan para  adornar, es una tradición solucionar asesinatos en pascua. Todos los  canales principales de la televisión muestran crímenes e historias de detectives (tales como Hércules  Poirot), las revistas publican historias donde los  lectores pueden intentar descubrir quién lo hizo, y se publican muchos  libros nuevos.

Incluso los cartones de la leche cambian para tener  historias de asesinatos en sus costados.

En la República Checa, la tradición de azotar, vinculada con ritos de fertilidad prehistóricos, muy anteriores al cristianismo,  se realiza el lunes de Pascua.

Por la mañana, los hombres azotan a las mujeres con un látigo especial hecho a mano, denominado pomlázka. El pomlázka consiste en ocho,  doce o hasta veinticuatro mimbres (varas del sauce) y es generalmente de  medio metro a dos metros de largo y adornado con cintas coloreadas en el extremo.

Es necesario aclarar que mientras que el azote puede ser  doloroso, el propósito no es causar sufrimiento. Este rito se lleva a  cabo para que los varones exhiban su atracción a las mujeres; incluso  puede ocurrir que una mujer no azotada de sienta ofendida.

La muchacha  azotada da un huevo coloreado al individuo como una muestra de agradecimiento y perdón. Una leyenda dice que las muchachas deben ser  azotadas para guardar su salud y fertilidad durante el año próximo.

Las  hembras pueden conseguir venganza por la tarde, cuando pueden verter un  cubo de agua fría en el cuerpo de cualquier varón. La costumbre varía  levemente a través de la República Checa.

Algunas feministas, ya en el extremo del oscurecimiento y la secularización  del rito, al punto que se les ha vuelto incomprensible,  alegan que es  una tradición “medieval” repugnante (en realidad mucho más antigua).

 

El origen de la semana santa

Ni el Nuevo Testamento ni en las escrituras de los padres de la iglesia, hay ninguna indicación de la existencia del festival de pascua.

Sin embargo un texto de comienzos del siglo II sostiene que el festejo de Pascuas es una práctica temprana en el cristianismo.

El acatamiento a cualquier día festivo a lo largo del año cristiano es una innovación, posterior a la iglesia cristiana temprana. Según ha establecido el historiador eclesiástico Sócrates Scholasticus, la observancia de pascua por la iglesia se debe a la permanencia de una  costumbre local, "como tantas otras costumbres". Apunta que ni Jesús ni  sus apóstoles impusieron acatar esta o ninguna otra fiesta.

Sin embargo, en ninguna parte de su historia Sócrates Scholasticus sostuvo que la  observancia de pascua era debida a las influencias paganas.

Muchos comentaristas han interpretado la última cena como “seder” de la pascua, ritual que Jesús presidió. Jesús y los apóstoles observaban  “sukkot” cuando ocurrió la transfiguración, indicando que no se opusieron inmediatamente a la observancia de días festivos propios del judaísmo.

El nombre más común en el mundo de este día de fiesta, Pascha (o variaciones) indica que el día de fiesta se presentó como continuación de las celebraciones de la pascua judía, con un fuerte  énfasis en la resurrección de Jesús.

De la Redacción de AIM.

pascua

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