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La unidad de Alemania

El 8 de junio de 1815 treinta y nueve  Estados alemanes firmaron el acta de confederación, un paso hacia la unidad germana tras la disgregación que siguió a la caída del Imperio Romano primero y después del Sacro Imperio Romano Germánico (Heilige Römische Reich-Deutsche Nation).

Foto ilustrativa.
Foto ilustrativa.

Tras abdicar el último monarca del Sacro Imperio Romano Germánico, se inició, en los antiguos Estados que lo componían, una  búsqueda por crear un Estado nacional alemán unificado. La cuestión territorial se debatía entre la creación de una «gran Alemania», que incluyese los territorios germanófonos austriacos o una «pequeña Alemania», formada exclusivamente por otros Estados. A esta disyuntiva se sumaba la cuestión institucional sobre el reparto de poder entre el pueblo y la corona.

La cuestión se planteó de manera concreta tras la caída del Primer Imperio francés. Napoleón, el emperador de los franceses, fue derrotado, pero el hecho de terminar con la dominación extranjera no les reportó a los alemanes una Alemania unida dentro de la Confederación Germánica, implantada en 1815.

Parlamento de Fráncfort en 1848.

En marzo de 1848, la revolución estalló en Alemania. Convertir a Alemania en un Estado nacional e institucional suponía tener que definir qué pertenecía a Alemania. El primer Parlamento libremente elegido en Fráncfort del Meno descubrió que no era posible forzar el establecimiento de un Estado nacional pangermánico, con inclusión de Austria. Este hecho planteó la solución de la «pequeña Alemania», en la forma de un imperio bajo la hegemonía del Reino de Prusia.

El parlamento exigió que, como emperador alemán, el rey de Prusia tendría que renunciar a su carácter divino y concebirse a sí mismo como ejecutor de la voluntad del pueblo, exigencia ésta que el monarca rechazó en 1849, impidiendo de esta forma que se realizara la unificación alemana.

En la década de 1860, el Canciller Otto von Bismarck favoreció en Prusia al ejecutivo contra el Parlamento. La cuestión del poder político externo se resolvió con la Guerra de las Siete Semanas en 1866, en el sentido de la «pequeña Alemania».

La Confederación Germánica (en alemán: Deutscher Bund, fue una unión establecida en 1815 por el Congreso de Viena que agrupó a 39 Estados alemanes en una confederación de Estados soberanos bajo la presidencia de la Casa de Austria. Sucedió a la Confederación del Rin, creada en 1806 por Napoleón I en sustitución del Sacro Imperio Romano Germánico.

Creada para mantener la seguridad de los múltiples pequeños Estados del desaparecido Sacro Imperio Romano Germánico, la Confederación no suponía ninguna concesión al creciente nacionalismo alemán, por no ser éste del agrado de Viena.

La Dieta, que no era un parlamento de representantes elegidos por el pueblo, sino un congreso de delegados con sede en Fráncfort del Meno, fue su única entidad central, aunque en 1834 se creó la Unión Aduanera de Alemania y, con ello, un mercado interno unitario para la mayoría de los Estados.

Alemania Revolución

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