El 30 de mayo se celebró el Día Internacional de la Doula. Romina Luso, quien práctica esta profesión, dialogó con AIM sobre la importancia de contar con este acompañamiento para tener un parto lo más natural y dichoso posible. “No se reemplaza a ningún obstetra ni médico, sino que se trabaja principalmente en brindar la información y herramientas necesarias para que la mujer viva su embarazo como un momento único”, explicó.
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Al igual que el reconocido obstetra francés Michel Odent, Luso entiende que ser doula es una vocación que se adquiere desde el nacimiento, y define a esta labor como "la práctica de mujeres madres al servicio de otras mujeres”.
“La palabra doula deriva del griego antiguo y significa mujer que sirve. Aplicado al nacimiento, es una mujer que atravesó sus propios partos y se pone al servicio de otra mujer que va a parir. La acompaña durante el embarazo, el parto, el puerperio, la lactancia y la crianza, enfocándose principalmente en el aspecto emocional: en el bienestar y en las necesidades de su acompañada”, contó.
Entre sus acciones más comunes, se ocupan de ser un sostén y servir como guía. Pero principalmente, cumplen el rol de informantes: “Una doula se preocupa por que la mujer y su pareja sientan la autonomía de poder vivir una experiencia única”, explicó Luso.
Son “guardianas de las decisiones de la madre y de su familia, brindando herramientas para que cada mujer asuma el rol protagónico de su experiencia”, según agregó.
Finalmente, Luso contó que "se encargan de estar presentes en aquellos momentos difíciles o de muchos dolores físicos", donde se encargan de aliviar el dolor a partir de prácticas relajantes como los masajes.
“Las doulas no suplen a parteras, obstetras o familias, sino que asumen otro rol, ligado a brindar seguridad emocional a las mujeres y a las familias en gestación”, resumió.
Natural y fisiológico
Luso explicó que la acción de parir es “un acto fisiológico natural a todo cuerpo”. Por eso, remarcó la importancia de "hacer visibles aquellas cuestiones que suelen quedar ocultas, para brindarle a una mujer la fortaleza respecto de su capacidad de parir”.
En tal sentido, el horizonte de las doulas está legislado, en la Argentina, por la Ley 25.929 de Partos Humanizados, que garantiza a las mujeres el poder elegir cómo, dónde y con quién parir.
“Las doulas promulgan y sostienen esta ley, fundamental para derribar mitos relacionados a la cultura del miedo que dispone al embarazo y al parto como una enfermedad. Es una acusación patológica sin sentido, porque el parto es un proceso fisiológico y natural. Es importante no olvidar el poder natural de la mujer al parir”, contó Luso.
Similares precauciones, agregó, deben tomarse respecto a "las sombras del deber ser" relacionadas al posparto, ya que “puede ser una experiencia muy angustiante, para una mujer con culpa, si no tiene el acompañamiento necesario para sentirse comprendida”.
“Deben sostenerse vínculos de confianza para sobrellevar de la mejor manera las maternidades y las crianzas”, contó.
Empoderarse
Según detalló Luso, el contar con una doula en el parto promueve “la reducción en el uso de anestesias y analgésicos, como así también la de oxitocina sintética, además de aportar beneficios en la lactancia materna y mejorar el vínculo familiar”.
“A través de las doulas las familias se empoderan, porque van informándose respecto de aquello que desean hacer”, puntualizó.