La marcela es una planta medicinal, de nombre científico achyrclina satureioides, muy requerida por sus propiedades estomagantes en el Brasil, el Uruguay y la Mesopotamia argentina.

Florece desde la primavera hasta mediados o fines del verano. Crece en donde el clima es templado, y en suelos generalmente arenosos o rocosos, sin exceso de humedad

Se usan con fines medicinales las hojas y las flores El secado debe realizarse a la sombra, en un lugar ventilado, hasta que su desecación sea completa.

Contiene flavonoides, aceites esenciales y taninos, entre otros compuestos. Los flavonoides (quercetina, luteolina) son responsables de sus efectos antioxidantes y protectores celulares, además de ser anti-inflamatorios y antivirales y para problemas estomacales.

La infusión de marcela se utiliza para combatir cólicos, indigestiones, acidez y otros problemas estomacales y digestivos. De la misma manera, se usa esta planta medicinal como antiséptico y antiinflamatorio, en forma de lavados.

En Entre Ríos dio nombre a un aperitivo y en el Uruguay en Semana Santa miles de personas salen a recogerla, porque la creencia popular es que tiene poderes curativos que se manifiestan particularmente para esta fecha y en quines la han cosechado personalmente

La marcela difícilmente supere los 70 centímetros. Se la encuentra en praderas, sierras y hasta en los médanos de alguna playa

La flor tiene coloración amarillenta (hay una versión blanquecina y en este tiempo emana un aroma dulzón tan intenso que se puede sentir sin aproximarse a la flor.

En el sur de Brasil y en el norte de Uruguay era frecuente que rellenaran una almohada con marcela sin otro objetivo que el de tener mejores sueños y disfrutar del aroma. Los ramos de marcela juntados por uno mismo o comprados en ferias y yuyerías, suelen colgarse en cocinas y ambientes donde uno pasa el día.

Los indígenas la utilizaban macerada para reducir el peso corporal. Lo común es ingerirla en forma de infusiones o agregada en el termo al agua del mate, pero también existen preparados en crema, que son usados por sus propiedades antioxidantes.

Los conocedores ponen un puñado de flores en una taza de agua hirviendo la dejan reposar y la beben.