El presidente Mauricio Macri afirmó que los argentinos pagamos por el litro de nafta "lo que se paga en el mundo" pero salvo Uruguay, que no produce petróleo, en nuestro país el precio es mayor que en cualquier otro de América y mayor que en casi todos los otros países de la Tierra.
Desde que Macri dijo en octubre del año pasado ser optimista respecto de que el precio de la nafta bajaría, ya aumentó varias veces y hay más aumentos previstos, según el detalle del ministro Juan Carlos Aranguren.
El litro de nafta cuesta un centavo de dólar en Venezuela; 39 en Ecuador; 54 en Bolivia, 59 en Trinidad y Tobago, 79 en los Estados Unidos y en Puerto Rico; 80 en Panamá; 82 en Colombia; 92 en El Salvador; 92 en Haití; 1,03 dolares norteamericanos en Nicaragua y Honduras, 1,06 en Paraguay; 1; 07 en Perú; 1,26 en Brasil, 1,30 en Argentina y 1,7 en Uruguay.
Por otro lado más allá del optimismo presidencial, que los hechos no justifican, el Estado argentino que él preside se queda con el 41% del precio de los combustibles, de modo que se beneficia con sumas enormes por vía impositiva con cada aumento que dispone Aranguren, ex gerente de Shell en la Argentina, sin que la imposición incluida en el precio haya pasado por el congreso.
El gobierno nacional le entregó a dos o tres empresas cartelizadas la facultad de decidir el precio de los combustibles, que son con el dinero, en el cuerpo del Estado, lo que la sangre en el cuerpo humano.