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No hay que bajar la guardia ante los microbios de la Estación Espacial Internacional

Se han identificado en la Estación Espacial Internacional (ISS) cepas de la bacteria Enterobacter, existiendo similitudes con organismos infecciosos oportunistas recién encontrados en algunas instalaciones de hospitales. Las cepas halladas en el espacio no eran patógenas para los humanos, pero los investigadores creen que deberían ser estudiadas para mayor seguridad.

La estación espacial internacional (Foto: Nasa)
La estación espacial internacional (Foto: Nasa)

El equipo de Kasthuri Venkateswaran y Nitin Singh, del Laboratorio de Propulsión a Chorro, en Pasadena, California, Estados Unidos, investigó cinco cepas de Enterobacter que fueron aisladas en el inodoro espacial y en la plataforma de ejercicio físico de la ISS en marzo de 2015, como parte de un trabajo más amplio destinado a caracterizar las comunidades bacterianas que viven en las superficies dentro de la estación espacial. Para identificar las especies de Enterobacter recogidas en la ISS y para conocer con detalle la configuración genética de las cepas individuales, los investigadores compararon los genomas de las cepas de la estación con todos los genomas disponibles públicamente de 1.291 cepas de Enterobacter recogidas en la Tierra.

Venkateswaran y sus colegas averiguaron que los genomas de las cinco cepas de Enterobacter de la ISS eran genéticamente muy similares a los de tres cepas recién encontradas en la Tierra. Estas tres cepas son de una especie de la bacteria, llamada Enterobacter bugandensis, de la que se ha comprobado que ha enfermado a recién nacidos y a un paciente especialmente vulnerable, los cuales fueron ingresados en tres hospitales diferentes: uno en África oriental y dos en Estados Unidos (concretamente en el estado de Washington y en el de Colorado).

La comparación de los genomas de las cinco cepas de la ISS con los de las tres cepas clínicas terrestres permitió a los autores del estudio comprobar si las de la ISS mostraban características de resistencia antimicrobiana, averiguar si tenían perfiles genéticos similares a aquellos encontrados en las llamadas bacterias multirresistentes, e identificar los genes relacionados con su capacidad de causar enfermedades (potencial patógeno).

Singh advierte que cepas futuras de estas especies podrían resultar peligrosas para las futuras misiones. Sin embargo, no hay que olvidar que las cepas encontradas en la ISS no eran virulentas, lo que significa que no son una amenaza activa para la salud humana, sino solo algo ante lo que no debemos bajar la guardia, por lo que conviene seguir con la vigilancia.

El equipo de investigación ha determinado que los ejemplares aislados de la ISS poseen unos patrones de resistencia similares a los de las tres cepas clínicas halladas en la Tierra y que eso incluía a 112 genes implicados en su virulencia, la enfermedad y su defensa. Si bien las cepas de E. bugandensis de la ISS no eran patógenas para los humanos, los autores del estudio han pronosticado, ayudándose de análisis informáticos, una probabilidad del 79 por ciento de que puedan llegar a causar enfermedades. No obstante, se deberían llevar a cabo análisis en organismos vivos para confirmar esto.

Ncyt.-

Estación Espacial Internacional microbios nasa

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