El  "centro half" del seleccionado uruguayo del 50, Obdulio Varela, tendrá  una estatua  en Montevideo,  en el Prado, junto a la entrada del estadio de Wanderers, el parque  Viera.

Obdulio, "el Negro Jefe" es una de las leyendas del Maracanazo, cuando Uruguay venció a Brasil en la final del campeonato del mundo contra todas las previsiones.

Entró en la gloria al colocarse la pelota de la final de 1950 bajo el brazo para enfriar el partido y “chamuyar” al juez de línea, a quien le reclamaba que cobrara offside en medio de un estadio que se había transformado en un infierno tras el primer gol de Brasil.

La intendencia de Montevideo aprobó la colocación del monumento al “Negro Jefe” en la zona de las avenidas Buschental y Delmira Agustini.

El periodista y escritor Luis Prats observa que la exaltación de Obdulio como capitán de la gesta de Maracaná hizo pasar a un segundo plano las menciones de sus virtudes como futbolista. Que debieron ser muchas, pues menos de un año después de su debut en Wanderers, ya estaba en la selección, convocado para el Sudamericano de Lima 1939.

Obdulio siempre cargó con su pasado de niño lustrabotas en las calles de Montevideo y sintió solidaridad con los que sufren.

Después del triunfo uruguayo del 50 en el Maracaná, lejos de festejar él mismo, salió a las calles de Río   y comprobó el dolor de la hinchada brasileña por la derrota, del que se sintió responsable.