El informe sobre alquileres en villas se entregó el pasado 11 de junio en la sede central de la Defensoría del Pueblo. El texto, al que tuvo acceso AIM, intenta mostrar la realidad de las personas inquilinas de las villas de la Ciudad de Buenos Aires. El relevamiento fue realizado durante el mes de marzo por el Consejo de Organizaciones Sociales de la Defensoría del Pueblo, junto al Movimiento Barrios de Pie.
La encuesta se realizó entre el 12 y el 27 de marzo en seis villas de la Ciudad de Buenos Aires: Villa 31 y 31 bis de Retiro, 21-24 de Barracas, 1-11-14 de Bajo Flores, 15 -más conocida como Ciudad Oculta-, Piletones de Soldati y 20 ubicada en el barrio de Lugano-. Participaron como encuestadores alrededor de 60 vecinas y vecinos de los mismos barrios, supo AIM.
Mediante el informe, se pudo comprobar que las personas que alquilan en las villas son doblemente vulnerabilizadas. Los datos obtenidos en el estudio demuestran que los inquilinos, lejos se encuentran de tener privilegios, de poder vivir sin trabajar o como dicen las malas lenguas de vivir de “ser planeros”. El 77,6 por ciento de las personas encuestadas afirmaron pagar un alquiler de $4000 - y en algunos casos de hasta $6000-. Es decir, el costo del alquiler superó en 22 por ciento la Canasta Básica Total y un abultado 45 más de lo que se necesita para cubrir las necesidades básicas de alimentación (CBA).
Esto implica que una persona que ya pertenece a un sector vulnerable tiene que elegir entre pagar el alquiler o satisfacer necesidades básicas. Además estas familias pagan un alquiler que no es mucho menor al que se paga en algunos barrios de clase media, pero para vivir en condiciones de hacinamiento y sin contar con los mismos servicios básicos, casi no existe la conexión de gas de red, a la luz acceden mediante conexiones precarias y el acceso al agua es deficiente.
Otro dato relevante obtenido por el informe fue que el 71,81 por ciento afirmó alquilar un cuarto o pieza. El informe demuestra que el crecimiento poblacional en las villas de se canalizó hacia arriba y generó que se alquilen mayormente ambientes pequeños. En un testimonio realizado en la Villa 21-24 de Barracas, Lorena, una inquilina de las villas de la Ciudad afirmó: “Vos tenés que ver, ponele que hay una casa de cuatro pisos sabés que la primer planta es del dueño y todos los otros pisos son alquilados. Encima no son cuartos estamos hablando así amplios, son cuartos que entra una cama de una plaza y media, un mueblecito y una mesita, nada más”.
Por otro lado, la dinámica de alquileres en las villas es muy diferente al resto de la ciudad: Un 83,68 por ciento afirmó que realiza contratos con tan sólo “acuerdos de palabra”. En este sentido, Lorena, agregó: “La mayoría que trabaja en negro gana entre cinco y seis mil pesos. Más de eso no ganan, las personas que trabajan ocho horas en costura ganan seis mil pesos, mensuales. Porque si pagás, estamos diciendo, si pagas un alquiler de seis mil pesos y vos ganás casi lo mismo, con lo del marido, ¿Y si el marido no trabaja?”
Además, es indispensable tener en cuenta que las familias que alquilan en villas, pertenecen a los sectores más vulnerables, por su condición socioeconómica de indigencia, de pobreza y/o como trabajador/a de la Economía Popular y, por ende, perciben el Salario Social Complementario (SSC) de $4750 y/o la Asignación Universal por Hijx (AUH) de $1493. Sin embargo, el 77,6 por ciento de los inquilinos gasta por lo menos el 84 por ciento de SSC en pagar el alquiler. Por otro lado, las familias Hogar Tipo 1, que perciban el SSC ($4.750) y dos AUH (2 x $1.493) deberán reunir aparte de estas asignaciones, casi $15.000 más para escapar de la línea de pobreza".
Cabe destacar que el objetivo de este informe fue y es visibilizar las problemáticas que tienen los vecinos inquilinos en las villas, este estudio prueba que los derechos a la vivienda y a vivir dignamente están gravemente vulnerados. Urge la implementación de políticas públicas para que el hecho de tener que afrontar el pago de un alquiler no implique que más personas caigan en la pobreza o la indigencia. De este modo, demostramos que el dicho popular “en la villa se vive gratis” es simplemente eso, un dicho.
Por el Consejo de Organizaciones Sociales presentaron el informe: Joaquin Ferreyra Monge, Sofia Eugui Herrera. También estuvieron presentes en la mesa de trabajo: Dolores Gandulfo-Unidad de política institucional de la Defensoría del pueblo de la Caba-, Federico Berardi -Coordinación Operativa Villas acompañado por el equipo técnico de dicha dirección-. Fernando Muñoz, Defensoría del Inquilino (averiguar bien el nombre de la dirección o sector),
Walter Cordoba referente del movimiento Barrios de Pie junto a coordinadoras y coordinadores del movimiento que realizaron la encuesta, Marta Yane del Movimiento Evita - Ctep, Gervasio Muñoz, Agrupación Inquilinos Agrupados.