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Provinciales
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Franz Kafka

El 3 de julio de 1883 nació en Praga, ciudad entonces del Imperio Austrohúngaro, el escritor de lengua alemana Franz Kafka.

Kafka es autor de una obra extraña, única pero enraizada en la estructura de la modernidad.
Kafka es autor de una obra extraña, única pero enraizada en la estructura de la modernidad.

Kafka es autor de una obra extraña, única pero enraizada en la estructura de la modernidad, que produce profunda impresión por el destino de sus antihéroes extraviados en un mundo incomprensible.

En el marco de una apariencia cotidiana, vulgar, aparece una realidad opresiva y asfixiante, una pesadilla donde florecen angustias propias del hombre contemporáneo llevadas al paroxismo.

Obligado por su padre, un comerciante judío exitoso, Kafka siguió estudios de derecho hasta terminar la carrera, pero jamás sintió el menor interés por la abogacía.

En la universidad pudo tener tiempo para leer sus literatos preferidos y conoció a  Max Brod, con quien trabó una   amistad perdurable.  Brod era activo y extrovertido, lo opuesto a Kafka, solitario, reconcentrado  y triste.

Entusiasmado con el sionismo quiso emigrar a  Palestina, pero la tuberculosis que apareció entonces, que fue la causa de su muerte, abortó el proyecto.

Murió el  el 3 de junio de 1924 en el sanatorio de Kierling, en compañía de Max Brod  y de una joven checa que le había devuelto transitoriamente las esperanzas tras varios intentos frustrados de matrimonio.

Brod recibió la orden de Kafka de quemar todos sus manuscritos tras su muerte, pero el amigo no respetó el mandato y publicó los libros que hoy conocemos.

Kafka sintetiza el absurdo, la ironía y la lucidez con una concepción metafísica profundamente pesimista e inquietante. Describe con precisión realista un mundo de pesadilla.

Su primera novela es El proceso, protagonizada por el bancario Josef K   Una mañana, dos individuos de uniforme le notifican su detención en virtud de un proceso iniciado contra él. Es inútil que quiera conocer el delito de que se le acusa: son simples funcionarios que se limitan a   notificarle su detención.

En sus intentos de probar su inocencia, Joseph K. penetra  un inquietante sistema judicial. Las sesiones del juzgado de instrucción se celebran en casa de un carpintero; los libros de la ley son novelas sádicas e indecentes; los archivos judiciales están instalados en el granero  en cuya  atmósfera irrespirable escriben incesantemente los empleados sobre sus pupitres.

Un tío de Joseph K. le presenta a su abogado, un viejo enfermo que recibe a sus clientes en la cama,  cuya enfermera se siente atraída eróticamente por todos los procesados.   Un pintor retratista de jueces le informa de que podría ser aparentemente absuelto, lo que equivale a decir que el día menos pensado podría volver a ser detenido.

Obsesionado por el caso, descuida su trabajo en la oficina para pasar largas horas examinando las posibilidades de salvación que aparentemente se le ofrecen,   Al mismo tiempo, percibe miradas y sonrisas maliciosas en el banco, la pensión, el café; de forma inexplicable, todos están enterados de su proceso.

Sus medios de defensa resultan insuficientes y equivocados; al cabo de casi un año, sin haber llegado nunca a conocer cuál era la acusación, y extenuado e impotente tras una lucha imposible y absurda, Joseph K. es llevado sin resistencia a la afueras de la ciudad y ejecutado.

escritor Franz Kafka

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