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Thoreau, la inteligencia natural

 Cuando Thoreau volvió de la universidad, su amigo Ralph Waldo Emerson dio una fiesta. ¿Para festejar el título de agrimensor? No. "Para celebrar que la universidad no haya conseguido destruir la inteligencia de este joven".

¿Era Thoreau realmente un nihilista, según han planteado algunos exégetas contemporáneos?
¿Era Thoreau realmente un nihilista, según han planteado algunos exégetas contemporáneos?

La inteligencia, la capacidad de responder de manera única, propia y creativa a cada problema que nos plantee la vida sin cargas de erudición ni prejuicios, se mantuvo intacta en Thoreau desde que nació inteligente como nacemos todos el 12 de julio de 1817 en Massachussets hasta que murió el 6 de mayo de 1862, momento en que la mayoría de nosotros la dejó por el camino como muchos el pelo, o ha permitido que quede sofocada tras miserias y convencionalismos varios.

El que se preguntó para qué sirve una casa si no hay un planeta tolerable donde ubicarla; el que consideraba que solo los indígenas podían hablar con él de la naturaleza; el que pidió la verdad antes que el amor, la justicia, el dinero, la fe y la fama, un día se fue a vivir a los bosques.

Solo como siempre, dado a la soledad y al silencio como bienes preciosos cuya falta presentía ya a mediados del siglo XIX, cuando se veía venir la destrucción de la naturaleza, se fue un día a vivir a los bosques. Con sus manos construyó una cabaña de madera junto a Walden, un lago situado en medio de un bosque cerca de su ciudad natal de Concord, en Massachussets, Nueva Inglaterra.

En esa cabaña vivió dos años y luego regresó a Concord, donde fue agrimensor y fabricante de lápices. "Una vez tuve un gorrión posado en mi hombro por un momento mientras cavaba en un jardín del campo. Sentí que era más distinguido por ese suceso que por cualquier charretera que hubiera podido llevar".

Cuando su país, aunque no era todavía el país cerradamente conservador, imperialista y rentista que es hoy, se declaró en guerra con México y se obstinó en mantener la esclavitud a pesar del cacareo democrático, Thoreu se negó a pagar impuestos y sostuvo su decisión a pesar de la cárcel.

“Bajo un gobierno legítimo que encarcela injustamente, el verdadero lugar para el hombre justo es la cárcel”. Se suele atribuir esta frase, digna de Sócrates, a la admiración por Platón que sentia Thoreau, pero es preferible, en honor a su inteligencia, vincularla con sus propias decisiones, con sus experiencia directa de la injusticia y del error.

Thoreau y Emerson están entre los fundadores de la literatura norteamericana. Se los ha enrolado en el "transcendentalismo" y se ha recordado el origen puritano de ambos; pero con menos frecuencia se menciona la libertad interior que no debían al puritanismo ni a ninguna fe ni filosofía, sino solo a mantenerse siempre atentos a lo que eran en esencia.

De la cárcel surgió su ensayo sobre la Desobediencia Civil, donde propone la abolición de todo gobierno y no admite ceder al Estado sino el poder que los ciudadanos estén dispuestos a ceder.

Por estas ideas se lo ha considerado un anarquista y por ellas fue valorado por Tolstoy y Gandhi. También en este caso, brotan sin artificio de su propio ser. Hoy, sufrimos al Estado avasallante y todopoderoso porque detenta contra nosotros el poder que nosotros estuvimos dispuestos a concederle a cambio de seguridad y vianda. Pero la seguridad no existe y la comida se va con el poder a los que pretenden controlar a la humanidad por el hambre.

Bastaría con dejar de conceder nuestro poder al poder para rectificar la situación, pero es tarde y el camino ya no se ve.

Hay en Walden una alusión muy clara a la desobediencia que propone Thoreau. No es la mera rebeldía todavía confusa de los adolescentes ni la negativa individualista a ver ninguna potencia exterior a las pasiones o los intereses propios.

La desobediencia civil es obediencia a “leyes superiores”. Se ha querido hacer coincidir tales le yes con la obediencia a Dios que Platón pone en boca de Sócrates. Pero en Thoreau estamos más cerca del dharma, de la ley propia, de la naturaleza genuina de cada uno, de aquello que nos hace ser lo que somos y no otra cosa, y que debemos respetar para no vivir extraviados como un pez en los árboles. Thoreau no quiere obedecer las leyes del Estado si no van de acuerdo con la ley superior que es la que ante todo debe obedecer cada uno.

Thoreu pudiera ser el autor de la afirmación de Emerson: “la educación sólo puede ser endógena”. Educar es permitir que el niño, el joven o el adulto sea el que es, no el que ningún poder pretende que sea. Hemos llegado a ser totalmente ficticios, artificiales, maquinales, cuando el ser auténtico no permite que ninguna ficción se suporponga sobre él.

Thoreau no rechaza la vida en sociedad, pero entiende que una condición previa es haber tenido éxito en soledad. Exito no significa dinero, poder ni fama, sino conocimiento y respeto por la "ley superior".

Solo vivir de acuerdo a la ley superior evita sucumbir a la naturaleza, como sabía que los indígenas no habían sucumbido, sino vivir sabiamente de acuerdo con ella, en armonía, sin mezquindades, sin las groserías a que estamos acostumbrados.

Vivir según la ley superior lleva a saludar con alegría la salida del sol cada mañana, "a que la vida desprenda una fragancia como las flores y las hierbas aromáticas y sea más dúctil, más estrellada e inmortal".

Thoreau tenía a la prensa por "basura" pero admitía valor en algunos escritos que aparecían en ella, en su tiempo sobre todo a los que combatían la esclavitud

Su consideración de los políticos no era mejor que la de la prensa. Sencillamente no hacían - ni hacen- falta. Si son necesarios los hombres capaces de reconocer una ley propia por encima de la constitución o las decisiones del mayor número

Premonitoriamente, sostuvo: “Aunque admitiéramos que los americanos se han liberado de un tirano político, seguirían siendo esclavos de un tirano económico y moral”, y esto porque para los q que saben ver "sólo amanece cuando estamos despiertos”.

Ralph Waldo Emerson Thoreau

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