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Una multitud contra Bolsonaro

Por Miguela Varela, de Revista PPV, especial para AIM. Estudiantes y profesores de todo el país llamaron, este miércoles, a un paro y tomaron las calles tras los anuncios del gobierno sobre un recorte presupuestario del 30 por ciento (unos 180 millones de dólares) dirigido a las universidades federales. Los principales escenarios fueron: Brasilia, Río de Janeiro, Belo Horizonte, San Pablo y Salvador de Bahía. Según las organizaciones que movilizaron las protestas, se calcula una participación de un millón de personas en todo el país. Sólo en San Pablo, asistieron unos 250.000 manifestantes. La tensa calma que atraviesa a la sociedad está comenzando a despertar.

Movilizaciones en contra de Bolsonaro en Brasil.
Movilizaciones en contra de Bolsonaro en Brasil.

Bajo la consigna “Libros sí, armas no” sindicatos docentes, empleados y estudiantes de otras instancias educativas como colegios y escuelas primarias y secundarias salieron a las calles. Fue un paro con alto acatamiento en todos los estados del país. Las protestas no sólo se sintieron en las calles, sino también en las redes sociales con la etiqueta #TsunamiDaEducação, que fue tendencia en Twitter durante toda la jornada.

Desde la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) confirmaron una nueva manifestación para el 30 de mayo que desembocará en una huelga general para el 14 de junio, convocada por la Central Única de Trabajadores (CUT).

Fue una marcha plagada de organizaciones sindicales, muchas de ellas de extracción de izquierda y otras sin pertenencia partidaria. Lo que logró la consigna fue unificar diferentes demandas sociales, todas contra el gobierno. Por eso, se trató de la primera gran manifestación contra Jair Bolsonaro desde su asunción en el mes de enero. Pese al impacto político del reclamo, el presidente se refirió a les manifestantes y disparó: “Son unos idiotas manejados por la izquierda (…) La mayoría es militante, no tienen nada en la cabeza. Si le preguntas la fórmula del agua no la saben, son unos idiotas útiles e imbéciles que son usados como margen de maniobra de una minoría que compone el núcleo de muchas universidades en Brasil”, y continuó: “El 70 por ciento de los chicos con 15 años de edad no sabe lo que es una regla de tres simple, estamos cada vez más ladera abajo”. Sobre los recortes expresó: “No hay recortes. El problema es que encontré un Brasil destruido económicamente y las recaudaciones fueron inferiores a las previstas.” El ministro de Educación, por su parte, fue el encargado de dar algunas certezas sobre la medida, pero no hizo más que empantanar la discusión cuando declaró que las universidades son espacios donde se promueven el alboroto y los eventos ridículos, y que son estos hechos los que merecen el recorte presupuestario. Sin embargo, dirigentes estudiantiles y profesores universitarios consideran que se trata de una represalia hacia las Instituciones sobre su posicionamiento político.

Otro aspecto importante a destacar fue el silencio de los medios de comunicación de la región a la hora de cubrir este hecho político, sin duda decisivo, y a la vez poco común en la sociedad brasilera. En la misma línea, en Argentina, fueron escasas las menciones de los medios hegemónicos sobre las protestas. Esto se enmarca en una estrategia de ocultar el profundo desgaste que sufre Bolsonaro a tan solo 5 meses desde su asunción. Veamos rápidamente los traspiés políticos que atraviesan su gestión y el silencio que rodearon a estos hechos.

Tensión con el vicepresidente

El ex oficial del Ejército, Hamilton Mourao, ha bajado el tono de sus declaraciones dejando expuesto al presidente en una señal de transformarse en un “hombre más moderado y dialoguista”. Las tensiones se reforzaron cuando se conoció una encuesta de Datafolha, según la cual, el vicepresidente tiene mejor imagen que Bolsonaro. El mismo estudio demostró que un 30% de la población considera al presidente como un “hombre malo u horrible”. La escalada continuó cuando el mandatario comenzó a hacer declaraciones criticando a los militares en sus redes sociales y desembocó en fuertes rumores de competencia política entre ambos, lo que podría desencadenar en el corto plazo en una crisis política al interior de la gestión.

Fracaso de su visita a Nueva York

Tras la organización de un evento por parte de la Cámara de Comercio Brasileño-Estadounidense, Bolsonaro fue invitado a recibir un homenaje en Nueva York. Sin embargo,  debido a una ola de manifestantes que lo repudiaron tuvo que suspender el viaje. Desde Greenpeace hasta activistas de la comunidad Lgtbi criticaron al presidente.

Caída económica

La actividad no repunta y el clima social empeora. Tras la promesa de reactivar la economía, el gobierno aún no ha podido exhibir logros. A comienzos de esta semana, el ministro de economía, Paulo Gedes, declaró que la previsión de crecimiento cayó para el 2019 de 2.2 a 1.5 por ciento. Además, cuando se refirió a los protestas del miércoles advirtió que la economía está “en el fondo del pozo”.

Familia mafiosa

Desde hace meses que comenzaron a conocerse los vínculos de la familia Bolsonaro con organizaciones paramilitares de Río de Janeiro. El Consejo de Control de Actividades Financieras del Ministerio Público se encuentra investigando a  Flávio Bolsonaro, hijo del presidente y senador nacional, por irregularidades financieras. El organismo solicitó la apertura del secreto bancario de Bolsonaro Jr. para mostrar indicios sobre la existencia de una organización criminal. Sin embargo, el senador reconoció que contrató a familiares del paramilitar Adriano Magalhaes da Nobrega y, además, que le organizó un homenaje en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro. Nobrega es jefe de una organización llamada “Escritorio del Crimen” y uno de los acusados de la muerte de Marielle Franco. Flávio también condecoró al oficial Ronald Paulo Alves Pereira, investigado como uno de los autores de la matanza de cinco jóvenes a la salida de la disco Vía Show en 2003.

Reforma previsional

El proyecto que pretende materializar un recorte de 1.6 billones de reales, equivalente a unos 300.000 millones de dólares en 10 años, aún no despega. El rechazo social y de algunos sectores de la oposición traba su tratamiento parlamentario. La reforma propone, en síntesis, que en 20 años los y las brasileras cuenten con 40 años de aportes y 65 de edad mínima para acceder a una jubilación. Además, estipula un régimen de capitalización al estilo AFJP. Estos anuncios elevaron el enojo social y consolidan una opinión pública cada vez más negativa.

En síntesis, los grandes medios ocultan al mundo el descontento cada vez mayor de la sociedad brasilera con Bolsonaro. Por eso, sorprende el millón de personas en la calles. No obstante, las medidas intempestivas de su gobierno amenazan con convertirse en un boomerang y devolver el golpe. La movilización del miércoles muestra una sociedad que comienza a despertarse después de más de 3 años de crisis política y económica: golpe de estado a la ex presidenta, encarcelamiento del principal líder de la oposición, prisión al ex presidente ilegal Michel Temer y la asunción de un mandatario de ultra derecha.

 

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