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A ocho años de la tragedia de Once, los familiares siguen pidiendo justicia

El 22 de febrero de 2012, la formación N° 3772 de la línea Sarmiento se estrelló contra la cabecera del andén de Once y causó la muerte de 51 personas. Ocho años después de la tragedia de trenes se sigue pidiendo justicia.

A ocho años de la tragedia de Once, los familiares siguen pidiendo justicia
A ocho años de la tragedia de Once, los familiares siguen pidiendo justicia

A las 08.33 del 22 de febrero de 2012, la formación N° 3772, chapa 16, de la línea Sarmiento, se encontraba llegando a la terminal de Once. El tren no frenó, se estrelló contra la cabecera del andén y causó la muerte de 51 personas.

“Nuestras mentes no sanan, los cuerpos se enferman porque el círculo de la justicia no se termina de cerrar. Hace tres años perdimos al papá de Carli que empezó a morir lentamente a los 20 días de morir, tuvo un ACV, no se recuperó nunca más y estuvo postrado hasta el final de sus días por el dolor que le causó la pérdida de su hijo”, contó Elisa Ojeda, tía de Carlos Garbuio.

Elisa expresó que mientras la justicia “tenga detenidas las confirmaciones de la pena” es “imposible sanar”. “Quienes ocasionaron este dolor se denominan presos políticos, cuando en realidad son corruptos presos que tenían la responsabilidad de cuidarnos y cometieron un delito”, apuntó.

Paolo Menghini, papá de Lucas Menghini Rey, dijo que su vida “es la de un padre que todos los días extraña a su hijo como desde la primera vez pero que ha logrado aprender a vivir a regañadientes con ese dolor”.

“El amor hacia Lucas y la necesidad de justicia han sido un motor fundamental para transitar un camino muy difícil como el que afrontamos desde hace ocho años. Junto a los afectos más cercanos y el grupo de familiares que hemos conformado conseguimos condenas ejemplares aún cuando todavía quedan pasos para su confirmación”, señaló.

Por su parte, María Luján Rey, mamá de Lucas, indicó que hace ocho años su vida “cambió radicalmente”. Ella es en la actualidad diputada nacional de Juntos por el Cambio, "con el objetivo de seguir luchando por la causa", afirmó. “Pasé a tener una hija única. A tener que pelear todos los días para tener ganas de levantarme. Tuve que caminar por lugares por los que nunca había caminado. Aprendimos sobre trenes y llevamos adelante una lucha que nos permitió condenar a culpables”, contó.

La tragedia de Once, un antes y después para nuestro país

“Hubo un cambio de mentalidad en la sociedad. Desde la tragedia de Once se entendió que a cualquiera le podía pasar. Hubo más conciencia social. Fueron víctimas que solo viajaban a trabajar. Fueron víctimas de una cadena de corrupción”, apuntó la tía de Carlos Garbuio.

En sintonía, María Luján Rey sostuvo que “fue un punto de inflexion” en la sociedad para “comprender qué tan real es la frase que la corrupción mata”. “La lucha de todos los familiares fue una gran demostración de que se puede luchar contra estos corruptos. Que puede haber justicia y que se pueden exigir políticas de estado”, aseguró.

“El usuario del Sarmiento siente esta historia como propia Y a partir de lo sucedido, se entendió que cuidar las unidades es también cuidarse a uno mismo”, opinó Paolo Menghini.

El maquinista, ¿culpable o “perejil”?

Marcos Córdoba era el conductor de la locomotora al momento del accidente. Fue apuntado como responsable por no haber accionado los frenos de emergencia a tiempo y se encuentra detenido en el penal de Marcos Paz. Podría recibir una condena de tres años y ocho meses.

Elisa Ojeda, tía de Carlos Garbuio, consideró que “fue una ruleta” que lo designó para conducir “en el peor horario, en la peor máquina que existía y con la mayor cantidad de gente”. “Cargar la responsabilidad sobre Marcos sería cruel. Quienes lo hicieron fueron malvados”, manifestó.

“Le dieron una bomba que estaba a punto de explotar. Siento solidaridad y un poco de pena por lo que pasó”, añadió.

María Luján Rey coincidió en que “si no hubiera sido él, el maquinista habría sido otro”. “Tuvo actitud imprudente pero no fue eso lo que ocasionó la tragedia. Los familiares siempre entendimos que fue el último eslabón de la cadena”, dijo.

“Más allá de sus responsabilidades, Córdoba tuvo en sus manos un tren que no debería haber estado sobre las vías, Y más allá de la responsabilidad es que la justicia le endilgó, es un eslabón menor en la cadena de responsabilidades de funcionarios y empresarios que condenar a muerte a nuestros familiares”, aseveró Menghini.

La vida de los familiares cambió para siempre y coinciden en que nadie se puede olvidar de lo que pasó.

“Es necesario que mantengamos viva la memoria para que hechos como éste no se repitan. No importan los años que pase. La tragedia de once fue un punto de inflexión para la historia de Argentina”, enfatizó Rey.

Menghini señaló que del “dolor más profundo es necesario sacar fortaleza para afrontar los desafíos que en este caso nos tocaron enfrentar a nosotros”.”Todavía hoy estamos esperando que las condenas queden firmes por eso seguimos este camino apoyados por gran parte de la sociedad que entiende que lo que nos pasó también le pudo pasar a cualquier usuario. Por eso es central que nos sigan acompañando en el reclamo por condenas firmes y efectivas”, analizó.

“Necesitamos tener memoria, como argentinos, que puede volver a suceder”, concluyó la tía de Carlos Garbuio.

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