El Gobierno buscará negociar nuevos acuerdos por fuera del Mercosur, una baja de aranceles del bloque y eliminará todos los trámites por reglamentos técnicos.
En medio de las tensiones con el sector industrial, el Gobierno acelera las gestiones para profundizar la apertura comercial. La canciller Diana Mondino se plegó a la estrategia de Uruguay y ahora pide que los países puedan iniciar negociaciones por fuera del Mercosur. Al mismo tiempo, buscan bajar los aranceles y cerrar el demorado acuerdo con la Unión Europea.
La Secretaría de Comercio pisa el acelerador y promete correrse por completo de los controles y eliminar todos los trámites por reglamentos técnicos. Esta semana, los empresarios le pidieron al presidente Javier Milei que antes de abrir la economía iguale las condiciones de competencia.
La Cancillería argentina profundizó su retórica aperturista. Por ello, en línea con el planteo que viene haciendo el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, Mondino pidió durante la última cumbre del Mercosur que se realizó en Montevideo que los miembros puedan avanzar de manera unilateral en acuerdos con otros países y bloques, lo que rompe la lógica de conformar una unión aduanera.
Está claro que Javier Milei tiene una mirada crítica del Mercosur. El Gobierno espera que se pueda avanzar con nuevos acuerdos comerciales con Emiratos Árabes Unidos, República Dominicana, Indonesia y Panamá, entre otros. Pero al mismo tiempo tiene en carpeta una reducción del arancel externo común, al que considera “el más alto del mundo”.
Todo esto ocurre en momentos en donde el sector industrial, que podría verse afectado por estos cambios en la política comercial, afronta caídas récord por el efecto de la recesión. Según los datos del Indec, la actividad manufacturera acumula un retroceso del 16,1 por ciento en lo que va del año.
En este marco, Javier Milei visitó este lunes la sede de la UIA para participar de la celebración del día de la Industria. Frente a los empresarios, el presidente dijo que para protegerlos a ellos “se le robó al campo" y habló de una apertura gradual: “Vamos a abrir la economía cuando estén dadas las condiciones estructurales”, dijo.
Ese no parece ser el rumbo que toma la Cancillería que buscará esta semana en las reuniones bilaterales entre jefes negociadores cerrar el acuerdo Mercosur-Unión Europea. Con la derrota de Emmanuel Macron en las elecciones al parlamento europeo, la posición de Francia se encuentra debilitada y se abre una puerta para sellar la negociación que arrastra décadas: “Creemos que es la última oportunidad”, reconocen en el Gobierno.
Comercio exterior: cero intervención estatal en trámites
La Secretaría de Comercio, también está en esa línea. En el foro de negocios organizado por la provincia de Santa Fe, su titular Pablo Lavigne prometió “cero intervención estatal para los trámites vinculados al comercio exterior”. El funcionario destacó que el rol de su despacho es “la intrascendencia”.
En su cuenta de X, el jefe de Asesores de la Secretaría de Industria y Comercio, dijo que “en 2023 se hicieron 140.000 trámites por reglamentos técnicos y en 2025 van a ser 0” y puntualizó: “Los pocos productos que queden alcanzados tendrán habilitada la comercialización e importación sin control aduanero”.
En el equipo económico creen que lejos de perjudicar a la industria, la apertura ayudará al sector fabril porque agilizará el acceso a insumos productivos. Desde la UIA, su titular, Daniel Funes de Rioja, dijo que no tienen miedo de que se abra la economía pero pidió que “primero equilibren el terreno”. Hasta ahora, la baja de impuestos brilla por su ausencia.