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Agroindustria
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El Inta Famaillá y los secretos de la hidroponía

Investigadores vinculados a la temática de cultivos protegidos del Grupo Frutihorticultura del Inta ubicado en la provincia de Tucumán están llevando a cabo experiencias de producción de frutilla y tomate sin suelo.[{adj:64888 alignright}]

La palabra hidroponía deriva del griego Hidro (agua) y Ponos (labor o trabajo) lo cual significa literalmente trabajo en agua; sin embargo, en la actualidad se utiliza para referirse al cultivo sin suelo, aunque O. Valenzuela (EEA San Pedro)  propone utilizar la denominación de cultivo sin suelo como término más genérico para las producciones que no se realizan in situ, de los cuales el uso de medios porosos como los sustratos (cultivo en sustrato) constituyen un caso particular.

El sistema de producción sin suelo es una tecnología de reconocida eficiencia y de masiva implementación en países desarrollados y altamente tecnificados. Se ha comprobado que con éste sistema se consigue mayor productividad y rentabilidad, mayor eficiencia en el aprovechamiento de la superficie y de los recursos naturales, reducción en el uso de agroquímicos, se incrementa el bienestar de los trabajadores ya que mejora la ergonomía de las operaciones, especialmente las de cosecha en frutilla, permitiendo una mayor capacidad y eficiencia de trabajo diaria; y se expanden las fronteras de las regiones productivas, posibilitando la producción en zonas no aptas para el cultivo, ya sea por problemas sanitarios o por el alto valor inmobiliario de la superficie. Los cultivos de mayor interés en Argentina en sistemas sin suelo después de la lechuga son la frutilla y el tomate.

Investigadores vinculados a la temática de cultivos protegidos del Grupo Frutihorticultura y Flores de la EEA Inta Famaillá–Tucumán están llevando a cabo experiencias de producción de frutilla y tomate sin suelo. Como experiencia en el territorio estos ensayos se realizan en el predio de la EEA Famaillá y cuenta con la colaboración de empresas vinculadas al sector (Semillas Emilio, Plastar San Luis, Syngenta, Vivero Don Antonio, Ing. Carluccio, Terrafertil y Compo Expert).

La EEA Famaillá viene trabajando en cultivos protegidos desde hace cinco años y desde el año pasado se incursionó en líneas de trabajo relacionadas a hidroponía. En este sentido se experimentó en la localidad de El Ceibal, departamento Lules, en la finca de un pequeño productor de invernaderos. Se trabajó en el cultivo de tomate, probándolo en condiciones hidropónicas y en suelo. Este año mediante un convenio firmado entre el INTA y las empresas antes citadas se iniciaron nuevas experiencias en el tema en el campo experimental de INTA Famaillá.

En esta etapa se iniciaron cuatro ensayos donde se evalúan variedades, densidades de plantación y formas de conducción del cultivo, en cultivos de tomate y frutilla.

En tomate se trabaja con fibra de coco como sustrato, donde se evalúan dos variedades de tomate redondo indeterminado, injertadas sobre un pie vigorizante y sin injertar (pie franco). En frutilla se están evaluando diferentes variedades (sobre fibra de coco como sustrato), con el objetivo de identificar las que mejor se adapten a este sistema de producción; y también se evalúan diferentes densidades de plantación (utilizando turba, y corteza de pino como sustrato), con el objetivo ajustar el manejo en este sistema para maximizar los rendimientos y el ingreso por unidad de producción. Estos trabajos son realizados por el grupo de trabajo de la EEA Famaillá, conjuntamente con alumnos de la FAZ - UNT, mediante comisiones de estudios en el marco de sus Prácticas Profesionales.

El objetivo final de trabajo es generar un módulo de producción hidropónica diseñado especialmente para las condiciones climáticas de nuestra región y que pueda ser replicado en otras áreas con características agroecológicas similares. Asimismo, una vez definidas para las condiciones locales de producción, se aspira a capacitar en estas técnicas de producción hidropónicas.

Por otro lado, desde el Inta a través del Proyecto Tierra Sana, se vino trabajando para reemplazar el uso del Bromuro de Metilo, que es un fumigante químico, utilizado en el sector hortícola para la desinfección de suelos en el cultivo de frutilla, hortalizas en invernaderos y flores de corte. El Bromuro de Metilo es un biosida que afecta la capa de ozono atmosférico. Para eliminar su uso se ha definido y transferido diferentes estrategias tendientes a aplicar técnicas más amigables con el medio ambiente con alternativas sustentables para reemplazarlo. Entre estas tenemos opciones químicas, físicas; dentro de estas últimas se han evaluado y difundido la solarización, la aplicación de vapor de agua, y la biofumigación.

Una de las ventajas que presenta el cultivo sin suelo no solo es la eliminación de los agroquímicos en la desinfección de suelos; sino que el sistema en si permite una mejor sanidad del cultivo y una mayor uniformidad y calidad de la producción.

En síntesis lo que se está buscando es una nueva alternativa de producción, donde el Inta está conformando una red de profesionales, de productores y de proveedores de insumos para trabajar en conjunto y poder definir así técnicas de manejo sustentables de las diferentes producciones involucradas. Para que este sistema tenga éxito hay que tener en cuenta muchas variables técnicas, fundamentalmente relacionadas a manejo de agua y cultivos, sustratos, uso de soluciones nutritivas, densidades de plantas, etc. Todas estas técnicas tienen beneficios e impactan en mayor producción y en la calidad de la fruta, pero también estas nuevas tecnologías se van a poder adoptar en la medida que resulten rentable. Son sistemas de cierta complejidad en el manejo que se va mejorando en el día a día.

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