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Economía
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El Plan Guzmán

Hoy Alberto Fernández develará el gran misterio en torno de los integrantes de su equipo económico y la versión que viene creciendo es que el economista Martín Guzmán quedaría a cargo del área de Finanzas y de renegociar la deuda pública.

Martín Guzmán
Martín Guzmán

Guzmán es un especialista en macroeconomía y crisis de deudas soberanas que trabajó en la Universidad de Columbia junto a Joseph Stiglitz, el premio Nobel de Economía en 2001, conocido por sus críticas a los fundamentalistas del libre mercado y al FMI que siempre subyugó a Cristina Kirchner.

En los corrillos del mercado financiero ya se habla del Plan Guzmán para la renegociación de la deuda con los acreedores privados, sobre la base de una reciente conferencia que brindó este economista en Ginebra. Algunos de los principales conceptos deslizados allí son los siguientes:

Sin acceso a los mercados internacionales de crédito, con un riesgo país cercano a los 2500 puntos básicos, la Argentina no podrá cumplir con los pagos programados de la deuda.

Restaurar la sustentabilidad de la deuda es una condición necesaria para la recuperación de la economía argentina. Y la recuperación económica es la condición necesaria para restaurar la sustentabilidad de la deuda.

Hay que negociar con los bonistas privados el no pago de capital e intereses por los años 2020 y 2021, junto a una renegociación de la tasa de interés.

No hay que tomar nuevos préstamos del FMI para el pago de deudas con los bonistas privados. Y, si se produjeran desembolsos adicionales del organismo financiero internacional, esos fondos deberían ser empleados en inversiones orientadas a incrementar la producción y las exportaciones argentinas.

Plantear una negociación de buena fe que no implique un default en diciembre de 2019 y que se fije como meta alcanzar un acuerdo en marzo de 2020.

El Plan Guzmán está alineado con algo que ha dicho públicamente Fernández en las últimas semanas: "Queremos pagar la deuda, pero para eso primero necesitamos que nos dejen crecer". Una diferencia no menor es que, en sus primeros mensajes, cerca de las elecciones de octubre, el futuro presidente hablaba de una renegociación "amigable" de la deuda, con una extensión de los plazos de pago, pero sin quitas de capital ni de intereses, poniendo la solución utilizada por Uruguay en 2003 como ejemplo. Ahora, si bien no se estarían proponiendo quitas, la extensión de los plazos no solo comprendería los pagos de capital, sino también los de intereses.

Una duda que plantea entre los economistas el plan de Guzmán es que el Estado argentino debería seguir pagando la deuda -en particular la contraída bajo la ley de Nueva York- mientras se extienden las negociaciones con los acreedores. ¿Podrá la Argentina seguir pagando esos compromisos si las gestiones se prolongan más allá de marzo de 2020?, se preguntan. "¿Existe la voluntad para seguir pagando por mucho más tiempo mientras se negocia?", inquiere un informe de la consultora Delphos.

Frente a esos interrogantes no faltan en el mercado algunos optimistas, quienes creen que, merced al fuerte cepo cambiario, el Banco Central podría llegar a fin de año con reservas netas superiores a los 10.000 millones de dólares y adquirir a lo largo de 2020 otros 6000 millones de dólares, que nos acercarían a afrontar los vencimientos de deuda de unos 20.000 millones de dólares de ese año. Honrando los compromisos, dicen, siempre sería más factible volver al mercado de crédito.

La visión del economista Agustín Monteverde es distinta. Cree que, aislados de los mercados de deuda y con déficit operativo primario, nuestra situación se volvería insostenible a poco de iniciado el nuevo año.

Según sus números, entre enero y mayo próximos, los vencimientos de deuda -sin contar los que corresponden a organismos del sector público- suman unos 13.000 millones de dólares, en tanto que en todo el año totalizan unos 21.000 millones de dólares. A esos 13.000 millones de dólares, hay que añadir 800.000 millones de pesos (unos 12.700 millones de dólares a la cotización oficial actual) que también vencen en los primeros cinco meses del próximo año.

Monteverde estima que el gobierno de Fernández podría heredar del de Mauricio Macri un nivel de reservas disponibles de 9000 millones de dólares, por lo que, de no mediar un rápido acuerdo con los tenedores de bonos bajo legislación extranjera, un nuevo default sería difícil de esquivar.

Para el caso de que, tras una renegociación de los intereses que lleve la tasa al seis por ciento anual en dólares, los intereses rondarían en adelante los 18.900 millones de dólares por año sobre el total de la deuda pública, mientras que hoy cada punto del PBI argentino representa unos 3500 millones de dólares. Aun cuando se aplace el pago de esos intereses por dos años, el país debería crecer a tasas chinas o reducir de manera dramática el gasto público y el déficit fiscal para que el pago de la deuda eventualmente renegociada pueda garantizarse.

El gran peligro sobre el que advierten no pocos economistas es que, sin acceso al crédito y menguada la capacidad del Estado para seguir aumentando los impuestos sin correr el riesgo de que la recaudación se desacelere, la alternativa pase por un aumento desmedido de la emisión monetaria que ponga en ridículo las proyecciones de quienes apuestan a que, durante 2020, la inflación no superará el 43 por ciento.

Fuente: LN

Economía Martín Guzmán

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