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Política
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Fernández y Macri polarizaron el primer debate presidencial

El candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández y el actual titular del Ejecutivo Nacional, Mauricio Macri, quienes concentraron más del 82 por ciento de los votos en las Paso, fueron también los protagonistas excluyentes del primer debate obligatorio por ley en la historia del país. Intercambiaron chicanas y acusaciones que mezclaron con escasas propuestas en el auditorio de la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe.

Los candidatos a presidente, en el debate que se realizó en Santa Fe.
Los candidatos a presidente, en el debate que se realizó en Santa Fe.

Los otros cuatro aspirantes presidenciales -Roberto Lavagna, de Consenso Federal; José Luis Espert, de Despertar-Unite; Juan José Gómez Centurión, del Frente NOS; y Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda-Unidad- también buscaron interpelar a Macri y a Fernández, a quienes eligieron comparar entre sí.

Referentes del oficialismo y la principal fuerza opositora se adjudicaron el virtual triunfo. “Alberto Fernández hizo mal en no prepararse, fue demasiado agresivo”, dijeron entre los primeros.

En el Frente de Todos, en cambio, señalaron que el desarrollo fue el esperado y compararon la contienda con una pelea de box. “A Macri no le servía el triunfo por puntos y nunca se encontró”, sostuvieron algunos de los lugartenientes de Fernández; que reconocieron que el candidato del Frente de Todos se excedió un poco sobre el final. En ambos espacios reconocieron que Macri terminó mejor de lo que empezó.

Las estrictas normas del debate que impedía que los candidatos se cruzaran inmediatamente no evitaron la tensión arriba del escenario. Los ejes temáticos del debate fueron cuatro. En el primer bloque los candidatos expusieron sobre "Economía y finanzas" y "Educación y salud". Tenían dos minutos para exponer sus propuestas y dos intervenciones de 30 segundos para contestar a los demás candidatos o redondear sus conceptos. En el segundo bloque fue el turno de "Derechos humanos, diversidad y género" y "Relaciones internacionales" y un tercer bloque con un minuto para cerrar sus respectivas participaciones.

En las butacas, el ambiente era más relajado. Marcos Peña, por ejemplo; se saludó con un beso con Eduardo “Wado" de Pedro mientras otros funcionarios de ambos espacios bostezaban. Los dirigentes de cada fuerza que podían asistir a sus candidatos durante el intervalo estaban separados por apenas unos metros.

En el auditorio -entre los que se contaban referentes de todos los espacios -también hubo mayoría del peronismo y de Juntos por el Cambio- siguió en silencio -como marcaba el reglamento- el desarrollo del debate, pero también se escucharon algunas risas nerviosas y de asombro en algunos pasajes, como cuando Macri sostuvo que Axel Kicillof podría dar “narcocapacitaciones” si resultara electo gobernador.

En el Gobierno imaginaban -al menos al principio- a un Fernández más moderado.

El candidato del Frente de Todos aprovechó su primera intervención para destacar la presencia de Daniel Scioli y acusó al Presidente de mentir en el debate de 2015. No fue la única vez. “Usted no sabe”, repitió Fernández en varias intervenciones para contrastar los datos que Macri brindaba sobre su gestión. Las críticas se centraron en la gestión económica del Gobierno, mientras el candidato levantaba el dedo en señal de reprobación.

Ese gesto le permitió a Macri recuperar la iniciativa sobre el final. “Volvió el atril, el dedito acusador, el canchereo. El kirchnerismo no cambió”, dijo el jefe de Estado.

Lavagna concentró sus críticas en el presente -aunque mostró diferencias con Fernández- y centró sus preocupaciones en “el hambre”. Espert prefirió concentrarse en la necesidad de bajar el gasto del Estado y criticó a las corporaciones mientras que Gómez Centurión defendió varias veces su posición contraria a la legalización del aborto y Del Caño le habló a la juventud y a las mujeres.

Del Caño y Fernández se expresaron a favor de la legalización del debate. Macri y Espert evitaron el tema.

Macri quiso pegar la imagen de Alberto Fernández a la de Cristina Kirchner y eligió -como en sus actos- hablar de valores. En tanto, Fernández contrastó los datos que comunicó el Presidente con cifras propias en todos los rubros.

La política local se mezcló con la exterior cuando los opositores acusaron a Macri de resignar el reclamo de soberanía de Malvinas y el Presidente les exigió una condena explícita al régimen de Nicolás Maduro.

Al final, quedó el saludo frío entre los candidatos, que a pesar del pedido de los fotógrafos, desalojaron rápido el escenario sin posar para una foto grupal.

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