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Hiparquía: la única cínica

Hiparquía es una filósofa sorprendente. Procediendo de una familia acomodada, se dedicó, durante la segunda mitad del siglo IV a.C. ((350-300 a. C.), junto a Crates, a seguir la doctrina y vida cínica, viviendo sin propiedades y públicamente. En lugar de haberse adaptado a su situación social y económica, Hiparquía lo dejó todo para vivir como una “perra”.

Pintura mural que muestra a Hiparquía y a Crates. Jardín de la Villa Farnesina, el Museo delle Terme, Roma
Pintura mural que muestra a Hiparquía y a Crates. Jardín de la Villa Farnesina, el Museo delle Terme, Roma

La historia de Hiparquía nos la transmite Laercio en su libro VI dedicado a los cínicos. Curiosamente es Hiparquía la única filósofa que desarrolla Laercio en todo su libro, siendo además la única cínica también. La verdad es que tiene mérito la inclusión de Hiparquía en las Vidas… a tenor de lo que las demás fuentes nos han dejado; no obstante hay que tener en cuenta que  la idiosincrasia de Laercio hace que no la trate en un apartado diferente, sino integrada dentro del que dedica a su marido Crates de Tebas, conocido  y destacado miembro de la escuela cínica y apodado “el abridor de puertas”, según Laercio VI, 2.

Hiparquía es una filósofa sorprendente. Procediendo de una familia acomodada, se dedicó, durante la segunda mitad del siglo IV a.C., junto a Crates, a seguir la doctrina y vida cínica, viviendo sin propiedades y públicamente. En lugar de haberse adaptado a su situación social y económica, Hiparquía lo dejó todo para vivir como una “perra”.

Hiparquía es rebelde, contracultural y underground, pues rechazó la cultura oficial ateniense que recluía, excluía y subordinaba a la mujer, apartándola del espacio público, tanto cultural, política como sociológicamente. Desafió con su comportamiento público, su rechazo de la oikonomía y con su interés intelectual, a una sociedad patriarcal, machista y misógina, incrustada hasta en la médula de los filósofos, como fue el caso de Teodoro el ateo.

Hiparquía consiguió no sólo educación, aunque ésta, al parecer, venía de las enseñanzas de su hermano Metrocles, quien estudió con Teofrasto en el Liceo y posteriormente con Crates. También consiguió algo más impensable aún para una mujer de la antigüedad, ya que al parecer escribió un libro contra Teodoro el ateo que llevaba por título Cuestiones sobre Teodoro el ateo; Suidas nos transmite que además de este libro, escribió unas Hípotesis filosóficas y unos Epiqueremas.

Conocemos por Laercio que Teodoro el ateo fue discípulo de Aristipo “el joven”, hijo de Areta la cirenaica. Teodoro, filósofo cirenaico, que se encontraba por Atenas entre el 317 y el 307 a.C. tuvo un encontronazo algo más que dialéctico con la controvertida cínica Hiparquía. Al parecer Teodoro no era muy partidario de que Hiparquía asistiese a los banquetes con Crates. Sólo las hetairas podían hacerlo. Pero también tenía cierto desprecio al hecho de que además de mujer y en el convite, se hubiese dedicado a la filosofía. Al parecer, en casa de Lisímaco, durante un banquete, Hiparquía dejó en evidencia, mediante un sofisma aplastante, a Teodoro; fue cuando demostró que le era lícito dañar a Teodoro, si Teodoro se dañaba a sí mismo. Acto seguido, Teodoro le preguntó si era ella la que había cambiado la rueca por la filosofía, a lo que Hiparquía le contestó con una pregunta retórica si creía él que había hecho mal en dedicarle al estudio lo que por su condición femenina le hubiese correspondido dedicarle a las tareas domésticas. Enfadado Teodoro, parece ser que le arrancó la ropa intentando dejarla en evidencia, pero al igual que una Friné, su desnudez sólo sirvió para justificar su acción.

De ella nada conservamos hoy.

Aquí tenemos un gazapo producto de una lectura desatenta:

Su talento parece ser reconocido por un compañero de escuela, ya que Diógenes elogió su cultura filosófica y la elegancia de sus razonamientos, comparándola con el mismo Platón. Fuente: Giulio de Martino y Marina Bruzzese,"Las filósofas", Ed. Cátedra

Al parecer Giulio de Martino y Marina Bruzzese hacen este comentario sin percatarse de que Laercio está hablando en ese momento ya de Crates de Tebas, pues parece ser que, aunque sea encomiable que dedique un espacio para tratar de una filósofa: Hiparquía, no debemos dejar de apreciar que lo hace dentro de la vida de Crates, pues tiene poco sentido que finalizando a Hiparquía, vuelva a comentar a Crates.

Hiparquía, la contracultura

Representa pues Hiparquía, la contracultura. Comparte con otras filósofas como Aspasia y como Hipatia, el hecho de ocupar el espacio público, salirse de los roles sociales establecidos e invertir el concepto que los varones tenían de lo que debía ser la virtud de una mujer; sólo que en Hiparquía, a diferencia de Aspasia e Hipatia, esta transvaloración es radical, pues está planteada desde una praxis revolucionaria, con un fuerte contenido ético: a la mujer también le es posible acceder a la cultura, a la filosofía, y a los banquetes, siendo capaz de tomar las calles despreciando el determinismo antropológico del gineceo. Al menos así es como la vemos, al hilo de la respuesta que dio a Teodoro cuando éste le increpó el abandono de sus tareas femeninas.

La Rueca de Aspasia (website).-

 

cínicos filosofia Hiparquía

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