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Parte del Amazonas ya emite más carbono del que absorbe

Los científicos alertas que reducir las emisiones de CO2 es más urgente que nunca porque el gran sumidero de carbono del planeta se está convirtiendo en un productor. Hablamos de la selva amazónica que producen más de mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año, mucho más del que puede absorber. Así lo ha confirmado por primera vez un estudio publicado en la revista Nature.

Este bosque gigante, antes conocido como el pulmón del mundo, absorbía las emisiones que provocan la crisis climática, pero ahora su papel ha cambiado y está contribuyendo a su aceleración.

La mayoría de las emisiones que produce son causadas por incendios, muchos de ellos provocadas de forma deliberada con el objetivo de despejar tierra para la producción de carne de res y soja. Pero incluso sin estos incendios, las temperaturas más altas y las sequías significan que el sureste de la Amazonía se ha convertido en una fuente de CO2, en lugar de un sumidero.

El cultivo de árboles y plantas ha absorbido aproximadamente una cuarta parte de todas las emisiones de combustibles fósiles desde 1960, y el Amazonas desempeña un papel importante como el bosque tropical más grande. Los científicos responsables de este estudio alertan que la pérdida del poder de la Amazonía para capturar CO2 es una severa advertencia de que reducir drásticamente las emisiones de combustibles fósiles es más urgente que nunca.

Mediciones nunca antes realizadas
Este no es el primer estudio que indica que el Amazonas se está convirtiendo en una fuente de CO2, pero estos se habían realizado basándose en datos satelitales, que pueden verse obstaculizados por la cobertura de nubes o las mediciones de árboles en el suelo, que pueden cubrir solo una pequeña parte de la vasta región.
Esta investigación utilizó aviones pequeños para medir los niveles de CO2 hasta 4.500 m sobre el bosque durante la última década, mostrando cómo está cambiando todo el Amazonas. Para obtener estas mediciones se tomaron 600 perfiles verticales de CO2 y monóxido de carbono, producido por los incendios, en cuatro sitios de la Amazonía brasileña de 2010 a 2018.

Los resultados de estas mediciones muestran como los incendios han producido alrededor de 1.500 millones de toneladas de CO2 a año, con el crecimiento forestal eliminando 500 millones de toneladas. Los mil millones de toneladas que quedan en la atmósfera equivalen a las emisiones anuales de Japón, el quinto mayor contaminador del mundo.

Deforestación: el gran problema
Los investigadores aseguran que el descubrimiento de que parte del Amazonas está emitiendo carbono, incluso sin incendios, es particularmente preocupante. Dicen que “lo más probable es que sea el resultado de la deforestación y los incendios de cada año que hacen que los bosques adyacentes sean más susceptibles el próximo año. Los árboles producen gran parte de la lluvia de la región, por lo que menos árboles significa sequías y olas de calor más severas y más árboles muertos y quemados”.

El gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido duramente criticado por fomentar una mayor deforestación, que se ha disparado y ha alcanzado su máximo de los últimos 12 años. Los incendios alcanzaron su nivel más alto en junio desde 2007.

“La primera mala noticia es que la quema de bosques produce alrededor de tres veces más CO2 de lo que absorbe el bosque. La segunda mala noticia es que los lugares donde la deforestación es del 30 por ciento o más muestran emisiones de carbono 10 veces más altas que donde la deforestación es inferior al 20 por ciento”, explica Luciana Gatti, autora principal del estudio e investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil.

Menos árboles significan menos lluvia y temperaturas más altas, lo que hace que la estación seca sea aún peor para el bosque restante. Según el estudio, este es un circuito muy negativo que hace que el bosque sea más susceptible a incendios incontrolados.

Gran parte de la madera, la carne vacuna y la soja del Amazonas se exporta desde Brasil. “Necesitamos un acuerdo global para salvar el Amazonas”, dijo Gatti. Algunas naciones europeas han dicho que bloquearán un acuerdo comercial de la UE con Brasil y otros países a menos que Bolsonaro acepte hacer más para abordar la destrucción de la Amazonía.

Un estudio satelital publicado en abril encontró que la Amazonía brasileña liberó casi un 20 por ciento más de dióxido de carbono a la atmósfera durante la última década del que absorbió. La investigación que rastreó 300,000 árboles durante 30 años, publicada en 2020, mostró que los bosques tropicales estaban absorbiendo menos CO2 que antes. Dos estudios complementarios, pero realizados con una metodología totalmente diferente, que llegan a conclusiones muy similares.
"La peor parte es que no usamos la ciencia para tomar decisiones", dijo Gatti. "La gente piensa que destinar más tierra para agricultura significará más productividad, pero de hecho perdemos productividad debido al impacto negativo en la lluvia".

La actual investigación estima que la industria de la soja de Brasil pierde 29 mil millones de euros al año debido al aumento del calor extremo y a la escasez de lluvias debido a la destrucción de los bosques.
Fuente: La Vanguardia (España)

Amazonia cambio climático deforestacion ecosistemas

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