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Quién es la amante del rey Juan Carlos que obligó al ostracismo del monarca

Luego que se conocieran transferencias multimillonarias a su amante Corina Larssen, el rey emérito le comunicó ayer a su hijo el rey Felipe VI la decisión de fijar residencia en otro país.

Es universitaria, habla cinco idiomas y enamoró a un príncipe y a un rey. Crónica de una vida agitada y de una historia de amor que, esta vez, no tuvo un final feliz.

La suya no fue una historia de amor más. No fue uno de los muchos affairs –algunos afirman que Juan Carlos I de España tuvo relaciones con más de 1.500 mujeres– que tanto angustiaron a la reina Sofía durante su matrimonio. Fue más.

En cuanto el hoy Rey emérito la vio -cuentan sus amigos- reconoció algo especial, diferente. Si bien hay varias versiones sobre el momento en que se conocieron, la más aceptada asegura que fue en el año 2004, en un evento que reunía a los más granado de la sociedad europea: era una jornada de cacería en una finca de Ciudad Real, en España.

Juan Carlos tenía 66 años y Corinna Larsen, 40. En ese entonces, ella era gerente de Boss and Company, una empresa de armas que organizaba cacerías de lujo, y mantenía el título de princesa junto al apellido zu Sayn-Wittgenstein que le había dado su segundo marido, el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wiitgenstein, de quien se separó en 2005.

Fue amor a primera vista. Un desenfreno tal, que hizo que muchas veces el Rey fuera más que desprolijo en la relación y se dejara ver, despreocupado, por las cámaras de los paparazzi.

Fue una pasión tan intensa que hoy, muchos años después y ya separados, los enfrenta a la Justicia y obliga a Juan Carlos a abandonar España envuelto en un escándalo de corrupción que también la involucra.

Una vida agitada

Corinna Larsen nació en Alemania en 1964. Su padre, el danés Finn Bönnig Larsen, fue director de Varig, la aerolínea brasilera. Ella estudió Relaciones Internacionales en Ginebra y luego, a los 21 años, se instaló en París.

Tan elegante como distante, habla cinco idiomas y, justamente por eso, su trabajo en Boss and Company consistía en establecer relaciones públicas con aristócratas, ricos herederos y millonarios árabes. A lo largo de su carrera hizo de la distinción un sello personal que la llevó a codearse con lo más chic de las elites locales.

Corinna tuvo dos matrimonios: el primero con el empresario británico Philip Adkins y el segundo con el aristócrata alemán Johann Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn. Con cada uno de ellos tuvo un hijo.

Luego de conocer a Juan Carlos, el hombre que la acompañó durante más de diez años, su vida trascendió los límites de la nobleza y su nombre se instaló en la boca de los españoles y las tapas de los periódicos.

Es que si bien pudieron mantener oculta la relación por mucho tiempo, se supo de ella cuando el rey se rompió la cadera cazando elefantes en Botswana, África, en 2012. Mientras la Reina Sofía estaba en España, Corinna, que trabajaba para una empresa que organizaba safaris, estaba junto a él.

Negocios en común

El escándalo de haberlo encontrado cazando, más la confirmación de su vínculo de amantes con Corinna fueron el puntapié inicial de una serie de hechos que llevó a Juan Carlos a alejarse del trono y dejárselo a su hijo, el Rey Felipe.

Los últimos años del rey emérito Juan Carlos I: de la abdicación al deporte y al “destierro”
Pero había más. Sucede que la relación con Corinna superaba los límites de la pasión y las sábanas: también compartían negocios millonarios por los que ahora ambos deben dar explicaciones a la Justicia.

Ya separados desde hace un tiempo, Corinna Larsen quiere dar su testimonio. Dijo que va a hablar, que contará lo que sabe. Y no recordará las noches de rosas y champagne precisamente.

En el banquillo -y luego, con seguridad, frente a la prensa- describirá cómo era ese entramado de comisiones irregulares, testaferros y empresas fantasmas que también fueron parte de su historia con el Rey Juan Carlos. Una historia que no fue (solo) de amor y que, esta vez, no tuvo un final feliz.

La realeza española atraviesa sus horas más difíciles. Este lunes, el rey emérito Juan Carlos I comunicó a su hijo Felipe VI, actual rey de España, que fijará residencia fuera de ese país, en el marco de un escándalo reciente por las declaraciones de su amante, Corinna Larsen, y a la par del avance de la investigación que lo involucra con presuntos negocios privados al interceder por la construcción del tren de alta velocidad (AVE) a La Meca en Arabia Saudita.

Juan Carlos dio a conocer su decisión de abandonar España en un comunicado, en el que aclara que fue una “meditada decisión”.

RTVE recuerda que el pasado mes de marzo, Felipe VI – un día después de decretarse el estado de alarma por el coronavirus- renunció a la herencia de su padre, al que retiró además la asignación pública del Presupuesto de la Casa del Rey, que en los últimos años superó los 194.000 euros. En estos momentos existen investigaciones abiertas por fiscales suizos y españoles sobre los supuestos fondos en paraísos fiscales.

“A veces ocurría que Don Juan Carlos me pedía que comprara regalos para las personas que iba a conocer y compraba esos regalos con mi tarjeta de crédito. Yo pagaba y luego él me devolvía el dinero”, declaró Corinna Larsen, ex amante del soberano español, en diciembre de 2018 ante el fiscal suizo que investiga presuntas maniobras de lavado de dinero de Juan Carlos I.

Fuente: Clarín – LT 10.

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