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La gran invocación de Acuario por 2.000 años

Así como el padrenuestro sirvió en los 2000 años pasados; en la era de Acuario, que regiría en los próximos 2000 años, es de la gran invocación, con el propósito de servir a la humanidad para elevar la conciencia desde el centro emocional al centro cardíaco, de acuerdo con los creyentes de la “Nueva Era”.

Foto ilustrativa
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La Gran Invocación sería “un llamado a la naturaleza, el amor y el pensamiento, porque la belleza y la fuerza de esta invocación residen en su sencillez y en las verdades esenciales que expresa”.

A diferencia del Padre Nuestro que quiere reemplazar en la "nueva era", el que tiene origen en una plegaria hebrea muy anterior al cristianismo, la gran invocación es de invención moderna, obra de la ocultista inglesa Alice Bailey, muerta en 1949, integrante del grupo teosofista creado por la rusa Elena Petrovna Hahn, madame Blavatsky, del que se separó disgustada por el temperamento autoritario de Blavatsky.

Bailey cortó sus vínculos con la teosofía de Blavatsky, que es una interpretación occidental  de textos orientales y también de místicos como Jakob Boehme, de los que retuvo poco más que la terminología porque los adaptó a la mentalidad de sus seguidores dando mucho vuelo a la fantasía.

Bailey no aceptó la sumisión y obediencia que exigía Blavatsky, que según ésta provenìan de una "jerarquìa oculta" de maestros invisibles, aunque la misma Bailey publicó luego detalles de esa "jeraquía".

En noviembre de 1919, Bailey comenzó a escribir textos que según decía le dictaba telepáticamente un tal «Tibetano», o «D. K.», entre ellos la gran invocación. Más tarde reveló que el tibetano D. K. era el "mahatma" Djwal Khul.

La "gran invocación" es un rezo que Bailey afirmó haber recibido de Djwhal Khul para ser entregado a la humanidad con el fin de acelerar el desarrollo evolutivo humano, punto éste último que relaciona sus puntos de vista con el evolucionismo y el progresismo occidental, ajenos a las doctrinas orientales.

El cristianismo que aparece en la gran invocación en la expresión del deseo de que Cristo retorne a la Tierra es relativamente reciente, porque al dar a conocer su doctrina, Blavatsky aclaró que no quería restaurar el hinduísmo, sino "barrer al cristianismo de la faz de la tierra".

La "jerarquía" de Bailey muy posiblemente era una organización ocultista de aquella época llamada "La Gran Logia Blanca" o "Fraternidad del Tíbet", cuyos miembros pretendían influir en políticos y hombres de negocios y se hacían llamar "Compañía de Intelectos iluminados".

Habrían fundado, para realizar el "plan" a que alude el final la gran invocación, el "Grupo de Artesanos de la Nueva Era", o era de Acuario, cuyos miembros serían puestos en relación entre ellos “subjetivamente, intuitivamente y a veces telepáticamente", como pretendía Bailey era el origen de su inspiración.

Se ha designado al 11 de junio el día de la gran invocación, tras la lunación de Tauro en la que se celebra en todo el mundo, desde 1950, el antiguo festival budista de Vesak. El festejo mundial obedece a que Djwahl Kuhl habría previsto la aparición de un "avatar" o dios descendido para fines del siglo XX, con la misión de instaurar el amor y la unidad mediante el establecimiento de grupos activos en cada país y en cada ciudad.

La mención de "eras" que se suceden "cada 2000 años" es de origen astrológico. Se funda en el fenómeno de la precesión de los equinocciones, que hace que el sol recorra en sentido levógiro todo el ecuador celeste para volver al punto de partida cada 26.000 años, a razón de uno de los 360 grados de la circunferencia cada 72,22 años. Como las constelaciones  zodiacales son 12 y se les asigna arcos iguales, el sol permanece en cada una de ellas 2166 años.

Este fenómeno, determinado por uno de los movimientos de la tierra, hace que cada 2000 años el sol salga en el equinoccio de primavera en una constelación zodiacal diferente: en Piscis a inicios del cristianismo y en poco tiempo más en Acuario.

 

El texto es el siguiente:

Desde el punto de luz en la mente de Dios,

que afluya luz a las mentes de los hombres,

que la luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de amor en el corazón de Dios,

que afluya amor a los corazones de los hombres,

que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,

que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres,

el propósito que los maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,

que se realice el plan de amor y de luz

y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la luz, el amor y el poder restablezcan el plan en la Tierra

 

Acuario Tierra

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