Ya el siglo veintiuno lleva unos años caminando en el tiempo, y suman mil millones las gentes sin casa.
Buscando solución a este problema, los expertos están estudiando el cristiano ejemplo de san Simeón, que vivió treinta y siete años domiciliado en una columna.
En las mañanas, san Simeón bajaba, para rezar sus oraciones, y en las noches se ataba, en lo alto de la columna, para no caerse mientras dormía.
Capítulo para el 17 de mayo del libro Los Hijos de los Días de Eduardo Galeano (2012).-