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La opinion de Jacobo Timerman

El 4 de mayo de 1971 apareció el– periódico “La Opinión”, dirigido por Jacobo Timerman,que marcó una era en el periodismo argentino. La historia no solo la escriben los que ganan, también se plasma a diario a través de páginas de los periódicos; en especial en aquellos que han dejado su marca distintiva como es el caso del diario "La Opinión" de Jacobo Timerman.

Jacobo Timerman
Jacobo Timerman

Entre los años 1971 y 1977 el país asiste a una sucesión de gobiernos tan irregular como asombrosa. Desde el General Levingston al “Proceso de Reorganización Nacional” iniciado por Jorge Rafael Videla, pasando por la convocatoria a elecciones del General Lanusse. El triunfo del “Tío” Campora y su caída, la segunda Presidencia del Perón, su muerte, la presidencia de su mujer “Isabelita” que trajo aparejado el triste período lopezreguista.

El diario se planeó de apuro. Los Talleres Gráficos Alemann (25 de mayo 626) dejaron de imprimir el Buenos Aires Herald, y le ofrecieron a Jacobo Timerman sacar “algo” con un muy buen precio. Abrasha Rotenberg hizo cálculos de ejemplares y avisos necesarios. El entonces joven banquero David Graiver aportó el dinero para concretar el proyecto. Los mellizos Juan Carlos y Julio Algañaraz se encargaron de elegir los mejores profesionales. Horacio Verbitsky fue el responsable de definir el modelo gráfico que lo diferenciará de los otros diarios de Buenos Aires. Para achicar costos el diseñó primigenio no contaría con fotos. Se asemejó al estilo inicial del periódico francés Le Monde, con un 90% de texto, caricaturas, algunos gráficos, ni una foto, solo las noticias imprescindibles. La Opinión apareció el 4 de mayo de 1971, con buena información, interesante, rico en cultura, pero duró poco este estilo. El país se encontraba ardiendo en una fogata y de golpe se convirtió en una especie de panfleto que apoyaba a la guerrilla y  criticaba duramente al gobierno de facto cuyo titular  era Alejandro Agustín Lanusse. Fue su primera etapa.

A pesar de dos o tres páginas de avisos por día, una venta entre 25 y 30.000 ejemplares de martes a domingos, se pagaba mejor que en otras editoriales. La redacción funcionaba en los pisos 3º y 9º de un edificio ubicado en Reconquista 585, con sillas, mesas y máquinas de escribir alquiladas. Cada sección tenía más gente de la necesaria, con el objetivo de que ciertos periodistas quedaran liberados algunos días de la obligación de llenar páginas y se limitaran a descubrir temas interesantes. La adopción de un periodismo interpretativo consistía en que para cada acontecimiento se deberían hacer explícitos los antecedentes, el contexto y las consecuencias. Antes de cumplir un año de vida, se produjo un cambio brusco: había pasado de un estilo pluralista y objetivo otro pro guerrilla ultraizquierdista. De éste último sector se desvió a un grupo que elogiaba a la dictadura militar. A cambio de no difundir acciones exitosas de los guerrilleros, no condenar excesos de las Fuerzas Armadas ni mostrar a sus hombres como torturadores o asesinos y no atacar las decisiones de Lanusse, La Opinión recibía todos los avisos oficiales, algunos privados de empresarios amigos de los militares y una óptima distribución del diario (a través del Cholo Peco)  un peso pesado del negocio periodístico.

El actual Senador Nacional Rodolfo Terragno y periodista fue columnista del diario; se convirtió en uno de los mas implacables críticos de la política oficial; Timerman intentaba modificar alguna de sus columnas sin consultarlo y dejando su firma. Terragno se instalaba en el taller gráfico por las noches y devolvía a sus textos el espíritu original antes de que entraran a la imprenta. Los que no aguantaron este viraje ideológico del diario, fueron Horacio Verbitsky, Hugo Gambini, Francisco Paco Urondo y Miguel Bonasso entre otros, que fueron los primeros en renunciar. En junio de 1972, estallaron dos bombas: una en la redacción y la otra en la puerta de la casa de Timerman, como consecuencia de ello, se fue a Israel con su familia dejando a su amigo Abrasha Rotemberg (no era periodista) como director periodístico. Intentó retornar a  la idea original para que La Opinión se convierta en un periódico de escritura analítica, organizada, sin notas gráficas, interesantes, novedosas. Se inició de esta manera la segunda época y fue mucho mejor que la pro lanussista; no perdió  su buena distribución, logró un número razonable de avisos y la venta diaria de martes a sábados rondaba en 25.000 ejemplares y los domingos 30.000 mil.

A fines de septiembre de 1974, varios montoneros secuestraron a los hermanos Born, pidiendo 60 millones de dólares por su liberación, mientras tanto, La Opinión se convertía en un serio producto periodístico que daba suficientes ganancias como para tener adelantada la construcción de un edificio de 5 mil metros cuadrados en Barracas, donde funcionaría su redacción. Llegó a vender 120 mil ejemplares.

Posterior al año 1977, el diario no dejó de editarse pero quedó intervenido. La Dictadura decidió “chupar” a Timerman. Lo torturaron con electricidad, intentaron asesinarlo, lo tuvieron 30 meses en prisión, le expropiaron el diario y lo echaron del país. A partir de este hecho, la historia del diario ya es otra. Dejaron sus heterogéneas huellas en La Opinión, Hermenegildo Sábat,  Osvaldo Soriano, Dante Panzeri, Hugo Gambini, Andrés Bufali, Luis Guagnini, Pasquini Durán, Carlos Ulanovsky, Juan Gelman, Enrique Jara, Enrique Raab, Vicki y Rodolfo Walsh, Marcelo Capurro, Ricardo Halac, Osiris Troiani, Roberto Roth, Pompeyo Camps,  Pablo Ibarra, Julio Nudler, Pablo Kandel, Eduardo Belgrano Rawson, Ernesto Sábato, Roberto Tito Cossa, Tomás Eloy Martinez,  son solo algunos de los que escribieron artículos memorables en sus páginas.

Por   Rodolfo Barragán Director Hemeroteca José Hernández de la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

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