En América, los insectos se utilizan también con fines medicinales desde antes de la llegada de los españoles, como es el caso de las hormigas mieleras.

Una variedad de hormigas tiene la función de acumular miel en su abdomen para alimentar a sus compañeras.

Estas hormigas no cuentan con alas como para volar hasta las flores y alimentarse de néctar, tal como lo hacen las abejas.

Las hormigas obreras estériles son las encargadas de acumular miel en su abdomen. A lo largo de la jornada van recibiendo de sus compañeras obreras, jugos de plantas que recogen por la noche.

Su abdomen llega a hincharse tanto que permanecen inmóviles en sus cámaras mientras están cumpliendo esta función de almacén.

Las hormigas que necesiten alimentarse de esta miel, con tan solo tocar con sus antenas el abdomen de las mieleras, éstas regurgitarán gota a gota el brebaje.

En particular, quienes se alimentan de esta miel son las crías de hormiga hasta que llegan a su edad adulta, aunque también lo hacen todas en épocas de escasez.

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