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Día de los Humedales, en Argentina olvidados por la política

En la Argentina están bajo presión crítica, especialmente en el corredor del Paraná-Paraguay. Por tercera vez en 10 años perdió estado parlamentario una ley para protegerlos

La crisis climática dejó de ser un titular catástrofe periódico para convertirse casi en una realidad cotidiana: olas de calor extremo hasta en los polos; migraciones y la acidificación de los océanos y la consecuente pérdida de biodiversidad son algunos de estos efectos. También lo son las lluvias copiosas y las inundaciones. Es por eso que se ha vuelto central el cuidado de los humedales, estos ecosistemas funcionan como reguladores de los niveles de agua.

A pesar de la importancia que tienen estos reservorios de agua, en la Argentina no cuenta con un inventario exhaustivo de estos ambientes y acaba de perder estado parlamentario, por tercera vez en una década, una ley de protección de los humedales.

“Es en este contexto que hoy, Día Mundial de los Humedales, representa una gran oportunidad para generar conciencia sobre la importancia de estos ecosistemas y de lo imprescindible que resulta su conservación. Los humedales son esenciales para la vida porque son la principal fuente de agua dulce y albergan el 40 por ciento de la biodiversidad del planeta. Sin embargo, están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques y desde 1970 hemos perdido el 35 por ciento de los humedales del mundo.”, indicaron en la Fundación Humedales, parte de la red mundial Wetlands International.

“En Argentina, los humedales ocupan el 21,5 por ciento del territorio nacional. Sin embargo, aún no tenemos una ley que los proteja. El proyecto de ley para la conservación de los humedales perdió por tercera vez estado parlamentario sin que llegara a tratarse en la Cámara de Diputados, a pesar de que la ciudadanía viene pidiéndolo hace tiempo”, indicaron voceros de esa ONG.

Mientras tanto, la Argentina sufre una crisis hídrica sin precedentes, que ya se siente en las altas cumbres de los Andes. “La región se está volviendo cada vez más seca por efecto del cambio climático, con menos lluvias, disminución del agua de deshielo por el derretimiento de los glaciares y por el creciente uso del agua para la minería y la energía hidroeléctrica”, agregaron.

La situación también es crítica en el corredor de humedales Paraná-Paraguay donde una bajante extraordinaria afecta la región desde hace dos años. “Donde antes había agua ahora se ven grandes bancos de arena, sequías prolongadas y focos de incendio que recrudecen cada verano. Recién en julio del año pasado el Gobierno declaró por decreto la Emergencia hídrica por 180 días en los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú. Sin embargo, concluido dicho plazo, el panorama no parece mejorar. Desde el comienzo de la crisis en 2019 ya se registraron más de 300 días donde el agua estuvo debajo de los niveles de “aguas bajas” y, según el Instituto Nacional de Agua, no se prevén mejoras en los próximos meses.”, detallaron.

La escasez de agua afecta el correcto funcionamiento de los humedales poniendo en riesgo la biodiversidad y los medios de vida de las comunidades. Es por eso que este año el lema de la campaña de la Convención Ramsar (organismo internacional que se dedica a la conservación y uso racional de los humedales a nivel mundial) es: “Valorar – Gestionar – Restaurar – Amar los Humedales”:

• Valorar los múltiples beneficios que aportan al bienestar humano y a un planeta sano.
• Gestionarlos con inteligencia y de forma sostenible para poder conservarlos.
• Restaurar los humedales perdidos o degradados para recuperar su rica biodiversidad y los medios de vida que de ellos dependen.

“Los humedales son un bien común del pueblo, y cada día diversas actividades humanas avanzan sobre ellos, degradando y destruyendo sus funciones ecosistémicas, esenciales para todas las formas de vida.”, indicaron en la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn), al tiempo que lanzaron una campaña con referentes sociales de estos ecosistemas urbanos y no urbanos para reclamar por una norma que los proteja.

“Cajonearon la Ley de Humedales una vez más”, aseguró Ana Di Pangracio, directora Ejecutiva de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn). “Falta compromiso político. No hay interés de parte de los bloques para que se sancione. La ley de humedales formó parte de las propuestas de campaña y después terminó ganando el lobby extractivista una vez más”, señaló la experta en declaraciones a la prensa.

La Comisión de Recursos Naturales le dio dictamen a la iniciativa, sin embargo nunca llegó al recinto. Leonardo Grosso (FpV), autor de uno de los proyectos defendió en reiteradas ocasiones la iniciativa y acusó a los empresarios del agro de interceder en el avance legislativo. Brenda Austin, diputada con mandato cumplido (UCR) y vicepresidenta de la Comisión en 2021, sostuvo que se trataba de un tema “complejo” que requiere acuerdo y capacidad de diálogo para poder avanzar. “Lo vemos al interior del oficialismo pero también para construir una mayoría en Diputados y Senadores”, indicó.

“Faltó voluntad, no se quiso poner en agenda el tema. Durante todo 2021 no hubo convocatorias para el tratamiento del proyecto. No estuvo el dictamen listo para entrar a sesión de Diputados y quedó trabado en la Comisión de Agricultura. Se les cayó el discurso de realmente querer que haya una ley que ordene y proteja los ecosistemas que están cada vez más amenazados”, agregó Austin para quien es “una deuda pendiente”.

Como destaca Daniela Mondelo, colaboradora de Casa Río Lab “Una sociedad se define por lo que se niega a destruir. Necesitamos concientizar, educar y decir: #LeyDeHumedalesYA”

Los humedales albergan una biodiversidad única, y prestan servicios ecosistémicos imprescindibles para los seres humanos. Regulan y purifican el agua, reducen el riesgo de inundaciones, estabilizan las costas, protegen contra tormentas, retienen y exportan sedimentos y nutrientes, mitigan el cambio climático, proveen de alimentos, son centrales a la hora de hablar de recreación y turismo.

Ríos, lagos y lagunas, hasta salinas, vegas y turberas, además de las albúferas, pastizales, no sólo embellecen los paisajes del país, sino que prestan vida a cada una de sus regiones. Hoy están gravemente amenazados.

Actividades productivas como la megaminería, las construcciones ilegales en las turberas de la Patagonia, los endicamientos y canalizaciones en el Litoral o en la región Centro, o los barrios cerrados en la provincia de Buenos Aires, afectan no sólo el equilibrio dinámico de los humedales, sino también la economía tradicional de las comunidades que viven gracias a ellos.

En otras latitudes

Varios humedales famosos del mundo se han perdido o han sido gravemente dañados, como los humedales del mar Amarillo en China, o el manglar de la desembocadura del río Níger en Nigeria que están siendo fuertemente degradados por el sector petrolero y por el gas. Del mismo modo, la desembocadura del río Mississippi, en Estados Unidos, donde hay una pérdida masiva de tierras debido al desarrollo de infraestructura y cambios en la hidrología.

El 23 por ciento de la población mundial y el 60 por ciento de todas las grandes ciudades se encuentran en las zonas bajas a 100 kilómetros de la costa. También los humedales costeros y las desembocaduras de los ríos están bajo una creciente presión.

Fuente: InfoBae

ecosistemas legislación y derecho ambiental ley de humedales política ambiental

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