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Deforestación: Ambientalistas exigen gestión estatal y endurecer sanciones

Ecologistas consultados por TN dijeron que si bien la Ley de Bosques ayudó a reducir el desmonte, se necesitan más fondos y nuevas leyes que la complementen.

Los dramáticos incendios en Corrientes y Entre Ríos volvieron a poner en el centro de la escena al avance de la deforestación en la Argentina, y diversas organizaciones ambientalistas del país consultadas por TN consideraron al actual escenario como “un problema crónico y una tragedia”.

En un reciente informe Greenpeace denunció que solo durante 2021 se deforestaron más de 110.000 hectáreas en el norte argentino, una superficie equivalente a cinco veces la Ciudad de Buenos Aires. Mientras que desde 1998 ya son siete millones las hectáreas que se perdieron en todo el territorio argentino, sin contar los campos devorados por las recientes llamas en el Litoral.

“La deforestación en la Argentina es un problema crónico por el cambio del suelo en especial para la agricultura y la ganadería, y para la urbanización en menor escala”, aseguró en diálogo con TN Manuel Jaramillo, director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina.

A este preocupante diagnóstico hay que agregarle que el Gran Chaco es uno de los principales frentes de deforestación a escala global, según un reporte de la Organización Mundial de Conservación (WWF por sus siglas en inglés).

En este sentido, Jaramillo señaló: “En gran medida el monte chaqueño subsidia el aumento del tonelaje de granos que se cosecha en el país. A comienzos de este siglo se hablaba de 100 millones de toneladas, en la actualidad esa cifra es de entre 135 y 140 millones, y para 2030 el objetivo es de 200 millones de toneladas”.

Por su parte Ana di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn), afirmó que “la Argentina sigue estando entre los 10 países del mundo que más deforesta, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Y cada hectárea que se pierde es una tragedia”.

Con respecto al mayor foco de deforestación en el país, la representante de FARN detalló: “Santiago del Estero, Formosa, Chaco y Salta son las cuatro provincias donde más se deforesta con topadoras o incendios intencionales, y entre ellas concentran el 80 por ciento del total. Mientras que en Córdoba, donde es muy usado el mecanismo del fuego para deforestar, ya se perdió el 97 por ciento de los bosques nativos”.

Se necesita algo más que la Ley de Bosques para combatir la deforestación en la Argentina

Si bien ambos ecologistas reconocen que la aprobación en 2007 de la Ley de Bosques sirvió para disminuir la deforestación, al menos hasta 2015 cuando volvió a crecer, al mismo tiempo advierten que esta legislación debe ser fortalecida económicamente y complementada con nuevas leyes para alcanzar los objetivos medioambientales.

“Necesitamos que haya una tipificación del delito penal ambiental, porque hasta ahora la deforestación solo se pena con infracciones. Esto implicará que haya fiscalías ambientales con recursos para llevar a la Justicia a los culpables”, reclamó Jaramillo.

En esta misma línea, el titular de Vida Silvestre agregó que “se necesita un ordenamiento ambiental del territorio y políticas que incentiven la rotación de los cultivos. Además estamos buscando una Ley de Humedales y también otra sobre pastizales, que son de los ambientes más amenazados y menos protegidos. Porque menos del 1 por ciento de los pastizales está protegido, y por eso su biodiversidad está en peligro”.

A su vez, Di Pangracio enfatizó que “la Argentina se debe plantear la ‘deforestación cero’, y promover la conservación y el uso responsable de los bosques. Para esto tenemos la Ley de Bosques, que es una herramienta fuertísima pero hay que dotarla de los fondos que le corresponden y no subejecutarla”.

En esta misma línea, la ejecutiva de la Farn añadió: “Pero no solo hay que contar con más fondos para la conservación y uso sostenible de los bosques nativos, sino dirigirlos más a comunidades indígenas y locales que viven allí. Esto debiera ser prioritario, pero por ahora apenas el tres por ciento de los recursos de la Ley de Bosques se destinan a este fin”.

El impacto sobre la fauna autóctona en las zonas deforestadas de la Argentina

Con respecto al daño que sufre la fauna autóctona en los lugares deforestados, Jaramillo dijo que “es tremendo. Cuando hay deforestación la fauna que se puede mover (en especial los mamíferos y marsupiales) busca otro espacio que ya está ocupado por otras especies. Y en esa situación terminan sobreviviendo los animales que tienen las mejores condiciones adaptativas”.

Además, el director de Vida Silvestre aseguró: “Cada vez que perdemos bosques perdemos especies que los habitan. Porque la fragmentación de los habitats por deforestación condena a la extinción de especies locales que no estaban amenazadas”.

Asimismo, su colega de la Farn indicó que “la deforestación afecta, entre otras varias cosas, la fuente de alimentación y de refugio de los animales que habitan el lugar, e implica que deban desplazarse hacia otras zonas. Y el impacto ecológico en cadena abarca a vertebrados e invertebrados, y sobre todo a las especies amenazadas”.

¿Podrá cumplir la Argentina el acuerdo firmado en Glasgow para frenar la deforestación?

En noviembre pasado, durante su participación en la Cumbre Climática de Glasgow, el presidente Alberto Fernández firmó un compromiso junto otros más de 100 países para frenar la deforestación en 2030.

Sobre la posibilidad de cumplir este acuerdo (que no es vinculante), Jaramillo consideró: “Es posible, porque tenemos las herramientas como la Ley de Bosques, los recursos científicos, académicos, el marco regulatorio y la sociedad civil movilizada como para lograrlo. Aunque faltan los aportes financieros y el compromiso político, porque necesitamos que las políticas medioambientales sean políticas de Estado a largo plazo”.

En tanto que Di Pangracio pronosticó que “sí, es perfectamente realizable e incluso antes de 2030. Aunque para eso la Ley de Bosques deberá recibir el financiamiento que le corresponde, porque históricamente se le ha dado entre el 5 y 6 por ciento de lo acordado. Y en 2021 apenas se le dio el tres por ciento, y la tendencia es a la baja. El desfinanciamiento muestra la voluntad política que hay en el Congreso sobre los temas medioambientales”.

Por último, la directora de la Farn afirmó: “A la Ley de Bosques hay que implementarla como corresponde y sostenerla en el tiempo. Se ha fortalecido la Dirección Nacional de Bosques, y en la Argentina las leyes ambientales son muy buenas, pero a veces se complica la implementación. Lo que falla es la gestión estatal, y por esto la sociedad civil deberá seguir activa en estos temas”.

Fuente: TN

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