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Política
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Ganadero isleño rechaza las acusaciones por los incendios en el Delta

Rafael Sagasti, integrante de la denominada Comunidad Islera y productor que vive en las islas cerca del peaje que se encuentra en el puente Rosario-Victoria, negó rotundamente la posibilidad de que los lugareños prendan fuego los campos. Indicó que los mayores incendios se dieron en el conflicto que tuvo el campo con el gobierno, por la resistida resolución 125 en el 2008, y que recrudeció a partir del 2020 con incendios en buena parte del territorio nacional, no solo en los humedales. Sostuvo que a “nadie con dos dedos de frente se le ocurriría quemar en la entrada del invierno”. Recordó que se trabaja con el ganado vacuno hace 150 años y que desde hace algunos años el 80 por ciento de las islas no tiene hacienda, apuntó.

A raíz de las controversias que han surgido por las quemas en las islas del Delta entre las que se atribuye a la mano del hombre provocar incendio con el objeto de renovar pasturas y abrir espacios para la ganadería, Rafael Sagasti contó que desde el 2006 vive en la Isla que “está frente a Rosario, cerca del peaje, a unos 15 minutos en lancha a la costa de Rosario y me dedico a la actividad ganadera y turística”.

Detalló que “alrededor de 80 familias trabajamos con ganadería en la zona que hace un tiempo nos hicimos presentes en la cabecera del puente Rosario-Victoria, montados a lomo de caballo para hacer oír nuestra voz y que la gente sepa cómo vivimos y que no somos responsables de un solo foco de incendio que se dan frente a la ciudad de Rosario. Muchos de los que concurrieron son puesteros que viven en casas levantadas en la isla y trabajan con los vacunos. Gente que vive en una superficie de unos 40 kilómetros lineales, norte a sur, enfrente a Rosario y unos 20 kilómetros para el lado de Victoria, zona que es donde están los principales focos que molestan a los rosarinos en los últimos tres años. Y justamente fuimos a Rosario para dar la cara y dejar bien establecido que no somos nosotros, por los isleños, los responsables de esos fuegos, todo lo contrario, ya que somos las primeras víctimas y somos los primeros que salimos corriendo a apagar el incendio. Vivimos en las islas. No es que tengamos una casa para venir los fines de semana. La isla es nuestro hogar, nuestro hábitat y a nadie se le ocurriría prender fuego donde vive”. Acotó que “lo que está pasando puede venir de alguna ideología política que esté en contra de la producción y si bien no podemos decir con pormenores de donde vienen los fuegos, sí podemos afirmar que es notable la inacción por parte de los gobiernos que nos lleva a pensar que no lo quieren solucionar al problema”. Puso como ejemplo “el pedido de hacer cortafuegos y que no nos autoricen, que presentemos planes de prevención del fuego y no los aplican”. Remarcó que “ya no sabemos qué hacer luego de golpear puertas y persianas de las distintas instancias políticas”. Acotó que han “hablado con intendentes, legisladores, y no hemos tenido una sola respuesta favorable”

Sobre el ganado vacuno recordó que “hace más de 150 años que está en la isla y nunca se dio una problemática de la magnitud que estamos teniendo ahora. Tengo registros del 2008, inicio del conflicto por la 125, en la que casi todo el año estuvo prendido fuego la mayor parte del humedal, algo que nunca antes había pasado. Los incendios comenzaron en los meses de abril/mayo en las puertas del invierno y fue muy fácil demostrar que no venía del lado de la producción porque a quien se le va ocurrir generar fuego, cuando estás quemando tus propios recursos. Y cuando ves que del estado nadie sale a desmentir uno percibe que de alguna manera existe una complicidad. Sería muy fácil para el gobierno salir a clarificar que los productores, los dueños de los campos no estamos quemando. Y cuando-sigue- desde algunos ministerios salen a decir que la solución es meter preso a los dueños de los campos directamente se te ponen los pelos de punta y decís “me voy al Concejo a denunciar lo que corresponde”.

Subrayó que “la actividad ganadera en las islas es para la gente que es apasionada y que tiene mucho amor por la naturaleza. Acá las vacas tienen buenos pastos para comer, cuando no nos pega la sequía como en los últimos años, agua fresca sombra, y en el caso nuestro amamos el lugar en el que estamos. Es un estilo de vida que elegimos, lejos del confort de una gran urbe y la posibilidad de hacer mejores negocios. En la isla-continua- tenemos una intensidad de vida que no es para todos porque la naturaleza tiene sus ciclos. Cuando viene un repunte, una creciente se genera un problema, al igual que los incendios que nos tienen a maltraer, la falta de lluvias dificulta la actividad, aunque uno se siente agradecido del lugar donde está, agradecido porque nos sentimos protectores del lugar y conocedores del mismo”. Hizo hincapié en que “los políticos nos incluyan en los proyectos que tengan sobre los humedales ya que somos los vivimos en los mismos y conocemos mejor que nadie. Queremos que las islas sigan siendo argentinas y nosotros los que continuemos desarrollando la actividad como lo hicieron nuestros mayores y no nos gustaría que el día de mañana con decretos y leyes nos dejen afuera del baile”.

Destacó que sin la presencia del “productor nadie podría detener los efectos de incendios intencionales como los que estamos teniendo. Somos la primera voz de alerta y los primeros en combatir la llama”.

Los incendios

Dijo que se combate gracias a la “interacción de un grupo de vecinos que estamos unidos y combatimos en conjunto los fuegos con la ayuda de la policía local que siempre viene a darnos una mano y el apoyo de los bomberos de Entre Ríos y de Santa Fe. Fuerzas que están muy presentes y de hecho estamos interconectados con los teléfonos; también con alguna participación de Vialidad Nacional y de Entre Ríos que cuando pueden nos mandan máquinas para hacer cortafuegos”.

Manifestó que el “otro punto que vale la pena aclarar, teniendo en cuenta que vivimos estos atentados de fuego intencional desde el 2008, se estudió el tema y se redactaron nuevas leyes como una que data del 2014 que nunca se aplicó. Las leyes ya están y por eso uno pega el grito en el cielo cuando las agrupaciones se limitan a la creación de nuevas leyes como la de humedales que servirían para avivar aún más el fuego. Y cada vez que se reúnen a pedir leyes a nosotros se nos quema el campo y esos hechos no son casualidades. Entendemos que hay un factor ideológico detrás de todo esto. No nos olvidemos que buena parte, no solo los humedales, se prendieron fuego, también está la rotura de silos bolsas que tampoco fueron casuales”.

Contó que “el vacuno tiene una manera de moverse por los humedales trazando un camino por donde todas transitan en fila india. Abren un camino y van pastoreando en los distintos sectores del campo y cuando viene un fuego e identificamos de dónde proviene nos vamos al camino de vaca más cercano que puede ser de medio, la senda, metro y ahí esperamos el fuego ensanchando, en lo posible, el camino”. Aseguró que “sin la ganadería el problema sería mucho peor”.

humedales

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