Por Ignacio Vila, de Revista PPV, especial para AIM. Al 2 de agosto de este 2021 casi 200 millones de personas en 222 países del mundo han sido afectadas directamente por el Covid-19, de las cuales han fallecido unas 4,247,170. Esta inédita situación en la historia mundial está siendo combatida por las diversas vacunas surgidas en el mundo, aunque las propias mutaciones del virus en nuevas variantes y cepas ponen en tensión la tan ansiada vuelta a la normalidad.
De acuerdo a los datos publicados en el sitio Worldometers.info, el 2 de agosto la Argentina figura en el puesto ocho entre los 10 países con más contagios del mundo con casi cinco millones de contagios y con 106 mil muertos. El trágico número indica que el 2,14 por ciento de los contagios han derivado en muerte en nuestro país; una tasa que coincide casi al dedillo con el promedio mundial de un 2,13 por ciento.
En términos regionales la Argentina tiene una menor tasa de mortalidad que Chile (2,20 por ciento), Paraguay (3,33 por ciento) y superior a la uruguaya (1,56 por ciento). El caso extremo a nivel mundial es Perú, que ya alcanza casi los 200 mil muertos habiendo recientemente atravesado la línea de los dos millones de contagios. La cifra es tremenda y seguramente ayude a comprender la realidad política del país: el 9,29 por ciento de los contagios en Perú terminaron en muerte.
Vacunación
En términos de vacunación, Argentina tiene un alto porcentaje de su población vacunada con la primera dosis, habiendo superado en estos días el 55 por ciento y ya ha comenzado a vacunar masivamente a menores de 18 años. En términos de promedio, los 10 países con más contagiados, han vacunado con una primera dosis al 49 por ciento de su población, aunque tienen un mayor promedio de población con la aplicación completa de la vacuna alcanzando el 32,82 por ciento, mientras que la Argentina sólo tiene el 15,46 por ciento. La estrategia evidente de nuestro país fue priorizar la doble vacunación en el marco de la población de riesgo y luego intentar aplicar la primera dosis a la mayor cantidad de población posible. El caso colombiano, por ejemplo, marca una fuerte diferencia: ya tiene al 23,66 por ciento de su población con dosis completa pero sólo ha vacunado al 34,59 por ciento de su población. Demás está aclarar que, a pesar de las estrategias definidas por cada país, existen limitaciones impuestas por los países proveedores de vacunas. En el caso de la Argentina, por ejemplo, tuvo una etapa inicial con un fuerte ingreso de las vacunas rusas Sputnik – V, pero el atraso en la entrega de las segundas dosis ha generado una demora en la aplicación de las mismas a las primeras camadas de vacunados.
Sobre la estrategia nacional, en el sitio oficial del Gobierno Nacional (www.argentina.gob.ar) la explicación es contundente: “La mayor eficacia se logra con la primera dosis, y la segunda dosis aumenta un poco la eficacia pero, sobre todo, permite mantenerla por más tiempo. En todo el mundo se ha observado que la vacunación con una dosis, si bien ofrece menos protección que con dos dosis, brinda protección muy alta frente a enfermedad grave, hospitalización y muerte. Por este motivo, y teniendo en cuenta los principios de ética, justicia y equidad y con el objetivo de proporcionar protección al mayor número de personas lo más pronto posible, se decidió priorizar la aplicación de la mayor cantidad posible de primeras dosis entre la población de alto riesgo, difiriendo la aplicación de la segunda dosis”.