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Frangi: “Fue emocionante y un desafío muy grande”

La construcción de la nueva sede de la Cooperativa Agrícola, Ganadera y de Servicios Públicos de Aranguren (Coopar) en Crucesitas Octava “es un orgullo”, afirmó el Gerente de Producción, Iván Frangi, quien destacó que la experiencia “fue muy linda y emocionante, porque fue un desafío muy grande”.

Durante la primera década del 2000 Coopar ya pensaba en expandirse. El terreno estaba comprado. Desde el 2006 se hablaba de instalar una planta, “pero con el paso del tiempo quedó y hubo inconvenientes que fueron demorando la ejecución de la obra que recién se aceleró en los últimos tiempos, cuando se dieron las condiciones”, contó el Gerente de Producción.

El proyecto demandó una inversión de aproximadamente 350.000 dólares, que implicó “el costo de materiales y todo lo que se contrató ya que cuando llegamos allá hubo que empezar a ver por el terreno, hubo que hacer nivelación y muchas otras cosas”, pero aclaró que “gran parte se hizo con gente de la cooperativa (todos pusieron su granito de arena), toda la parte eléctrica se hizo con gente nuestra, que trabaja para la empresa”.

Así, “la construcción comenzó en agosto de 2020 pero el proyecto tomó forma un año y medio antes; se trazaron croquis, se buscó gente para construir, se planeó dónde se iba a ubicar y qué era lo que se iba a hacer. Se inició pensando en un año de construcción, pero fue bastante complejo, casi una odisea, por el lugar y el impacto de la pandemia, en un momento no se conseguían materiales”, contó Frangi.

Un deseo compartido
“Personalmente, y para muchos de mis compañeros, fue una experiencia muy linda, muy emocionante, porque fue un desafío muy grande: fuimos a construir a un lugar en el que no había prácticamente nada, entonces todo era más difícil, todo más lejos, más complejo”, recordó, y agregó: “Fue hacer algo en una zona en donde no había nada. Me resultó impresionante que en el día uno ya hubiese gente que parara para consultarnos cuándo abríamos porque el combustible era una necesidad primaria ya que quedaba todo lejos”, por lo que “se decidió arrancar por la estación de servicio, que en primera instancia iba a construirse sólo con gasoil, pero, luego empezó a verse que se necesitaba también tener euro (porque las máquinas modernas lo exigían) y se pusieron depósitos enterrados porque también se agregó nafta”.

Pero el interés de la comunidad también se tradujo en solidaridad que se sintió en el proceso, destacó Frangi, quien rememoró: “La gente del lugar confió en nosotros y se ofreció por si necesitábamos algo. Todo eso empezó ya de entrada porque cuando fuimos no había ni una sombra y uno estaba al rayo del sol trabajando, entonces mucha gente se acercó a ver qué necesitábamos. Son cosas que a uno le quedan para siempre y a veces no hay forma de agradecerlo”.

Desarrollo en etapas
La primera etapa “era hacer la estación de servicio, llegar a la gente, empezar a conocer un poco más la zona, que, si bien se conoce, es bueno ver como empieza a funcionar todo eso. Se instaló también un galpón para los insumos, que está ya en el 98 por ciento, y algunas otras cosas para cumplir con normas que nos exigen”, dijo Frangi, quien destacó: “Tenemos la estación de servicio, una línea de lubricantes de oil y una ferretería, con todos artículos de primera necesidad. También se está haciendo un puesto de carga virtual… todas cosas que la gente va pidiendo, que por conectividad o demás no tenían y que nosotros sí, entonces todos los servicios los vamos llevando e instalando”.

Sigue la marcha
“La parte del combustible comenzó a funcionar en los primeros días de marzo, y si bien hubiéramos podido hacerlo antes, queríamos tener todo más ordenado. Se inició con el combustible, luego fuimos anexando todo lo demás; a medida que la gente nos iba comunicando cuáles eran sus necesidades (no son las mismas en una zona que en otra), ahí se fueron llevando los productos que más se necesitaban, ya fuesen socios o no asociados, ya que viene mucha gente de afuera a cargar combustible o a buscar algo que necesite. El otro día vinieron unas personas de Santa Fe que estaban trabajando por el lado de Maciá, que se encontraron con la estación y no sabían qué había; es decir, no solamente va a favorecer al asociado, sino a mucha gente de la zona”, aseveró.

Trabajo en equipo
La presencia de la cooperativa mejorará la calidad de vida de la gente, ya que la sucursal les facilitará muchas cosas. “Mucha gente del pueblo debía cuidar el combustible, porque ellos ya venían con el auto y tenían que tener siempre una reserva para volver a cargar, siempre podían ser un par de kilómetros: no es siempre lo mismo, los caminos son complicados y uno con el tiempo va dándose cuenta de que no es fácil estar ahí”.
Sobre la siguiente etapa, el Gerente aseveró que “veremos cuándo se realizará, ya que tenemos otros proyectos, ampliaciones en otras sucursales y otras cosas que atender que no podemos dejar de lado. No hay una fecha cierta, pero se tiene en mente una planta, que es lo que faltaría como para empezar a darle forma y un poco más de movida a las cosas”.

“Nos debemos a la comunidad”
La ejecución de la obra “no es para todos lo mismo, pero para mí, personalmente, es un orgullo, es casi como que si fuese mío”, apuntó, y contó que “arrancas con un proyecto como éste y estás todo el día pensando, viendo, tratando de que todo salga lo mejor posible, de que nada falle. Sabemos que una construcción siempre es compleja y más en un sitio como este, en el que tenés que pensar muchas cosas para adelante, pero todos se sienten orgullosos, además de que es algo como que si uno lo hizo. No sé cómo explicarte, pero creo que todos deben sentirse de la misma forma, es como algo propio”.

En ese marco, subrayó la confianza que tuvieron “todos mis compañeros y en particular, el Comité Ejecutivo de Coopar, por confiarme todo el proyecto. Sinceramente, me pone muy orgulloso y espero poder haber cumplido con las expectativas porque llevé adelante un proyecto que era de todos”.

Sin embargo, aclaró: “Soy quien transmitió qué se pensaba hacer, no es que hice todo. Fue un trabajo en conjunto, con el apoyo de todos los compañeros de trabajo y los directivos y cuando uno siente el apoyo de los demás, lo hace con un gusto enorme”.

El apoyo de la gente ahora será retribuido por la cooperativa, destacó, ya que la institución se debe a la comunidad: “Seremos nosotros quienes después tengamos que acompañarlos para que, como empresa, tengan algún desarrollo en algo más. Es la función que nosotros cumplimos como cooperativa; nos debemos a la comunidad, por ahí pasa la cosa; no tenemos que esperar a que nos den, nosotros tenemos que tratar de hacer las cosas mejor para poder ayudar, sino la función de cooperativismo no cierra”.

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