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Ryan Reynolds: "Deadpool fue creado por la gente"

Antes del estreno de este jueves de la secuela del particular superhéroe, el actor dice que si no hubieran filtrado imágenes a Internet, la película no se hubiera filmado.

Foto: Twentieth Century Fox vía AP17
Foto: Twentieth Century Fox vía AP17

¿Qué habría sido de Ryan Reynolds sin Deadpool? Tal vez seguiría haciendo de galancete carilindo en comedias románticas, algún protagónico de tanto en tanto, o papeles secundarios más o menos dignos según la buena suerte. Lo que seguro no habría ocurrido es que se transformara en la estrella que es hoy: ya había participado en unos cuantos fracasos que amenazaban con hundirlo cuando, al borde de los 40 años, Wade Wilson cambió su vida.

“Nunca encontré un papel que me quedara mejor, y viceversa. Amo a Deadpool, espero poder interpretarlo la mayor cantidad de veces que pueda. No me importa ser encasillado: ese es un problema suntuario. El 99% de los actores está sin trabajo”, dice Reynolds en una teleconferencia con medios latinoamericanos a propósito del estreno, el jueves próximo, de Deadpool 2.

El ex marido de Scarlett Johansson quería ser Deadpool desde 2004: cuenta la leyenda que leyó una de las historietas y se identificó a tal punto con el personaje que se obsesionó. Cinco años después había escrito un guión junto a Rhett Reese y Paul Wernick, pero no conseguía que Fox se entusiasmara con el proyecto.

“Era una película que el estudio nunca iba a impulsar. Hizo falta que se filtraran imágenes de una filmación de prueba para que Internet hablara, y entonces el estudio a regañadientes acordó hacerla. A diferencia de otros superhéroes, Deadpool fue creado por la gente”. Una de las razones por las que Fox no quería arriesgarse era el propio Reynolds, que no parecía haber nacido para estos trotes: había interpretado a un desangelado Deadpool en la fallida Wolverine y, después, había quedado al borde del ridículo en Linterna Verde. Y él no sólo era el protagonista, sino también coguionista -en Deadpool 2 figura como tal en los créditos por primera vez, pero en la anterior también había participado en los libros- y productor.

Hacía falta una jugada astuta para que el proyecto avanzara y la “filtración” -jamás se supo quién había sido el responsable, pero seguro que no intervino ningún hacker- lo fue: gracias a la buena repercusión en las redes sociales de esas imágenes, Fox apostó 58 millones de dólares a ese renegado del universo X-Men, muy poco para una película de este tipo.

Fue como acertar un pleno: recaudó 783 millones, más que producciones de superhéroes mucho más costosas estrenadas ese 2016, como X-Men: Apocalipsis o Escuadrón suicida. Y todo un récord para una película calificada con una R en Estados Unidos: es decir, que los menores de 17 podían verla sólo si eran acompañados por un adulto (acá la restricción fue para mayores de 16).

“Me encantaría hacer una película de Deadpool apta para mayores de 13 años. Te dejan poner dos mierdas, un fuck y un vaso de vino blanco. Sería divertido ver a Deadpool gastar todo eso en la primera frase, y que el resto de la película quedara atragantado por no poder putear de nuevo”, dice Reynolds, que también bromea con la posibilidad de hacer una película de My Little Pony sólo apta para mayores de 17.

“Sería un experimento gracioso hacer cualquier franquicia calificada con una R. No se lo hace porque el costo es prohibitivo. Deadpool fue filmada con nada: el estudio arriesgaba muy poco. Deadpool 2 se hace después del éxito de la primera, pero aun así no nos dieron el presupuesto de una gran película de Marvel. De todos modos, una película R siempre es una apuesta. Pero si uno logra mantener los costos bajos, se puede tener más libertad creativa y hacer cosas que salgan de lo establecido, interesantes para el público”.

Al parecer, los costos fueron uno de los motivos por los que Tim Miller, el director de la primera, se bajara de la secuela: en Hollywood se dice que quería hacer una película mucho más ambiciosa que la primera, algo con lo que Reynolds no estaba de acuerdo. Se adujeron “diferencias creativas” y David Leitch reemplazó a Miller, un incidente que Reynolds minimiza.

“Es algo mucho más abarcativo que eso. Miller es un director brillante, estoy ansioso por ver lo que hace con el nuevo Terminator. Pero Dave Leitch fue doble de riesgo durante muchos años y sabe mucho sobre acción, hizo un gran trabajo en John Wick y en Atómica, y lo que logró en Deadpool 2 no se puede ser subestimado, aportó algo maravilloso. Aunque uno quiera mantener el mismo equipo, la gente tiene distintas visiones de lo que quieren hacer. Y eso no implica que en el futuro no vuelva a trabajar con Tim Miller o Dave Leitch. Así es el negocio del cine”.

El éxito de Deadpool estuvo en respetar el espíritu de los comics y, así, estirar los límites del humor superheroico que Marvel ya había mostrado en las películas de Iron-Man, Ant-Man o Guardianes de la Galaxia. Chistes sobre feminismo, pedofilia, masturbación, y muchísimo meta-humor: Wade Wilson constantemente rompía la cuarta pared y se cargaba a sí mismo, a Ryan Reynolds, a los superhéroes en general.

“Es el mejor trabajo del mundo”, sintetiza Reynolds. “En Deadpool, cualquier cosa es posible, podés decir lo que quieras, podés hablarle al público. Todo lo que filmamos en la secuela fue divertido y loco, nos asombrábamos todos los días de hacer esto para vivir”.

Esta secuela, según lo visto en los trailers, mantiene el tono de la primera. No se reveló mucho de la trama, más que hay un chico mutante, Russell, a quien Cable (Josh Brolin) se quiere llevar, pero Deadpool se mete en su camino y forma un equipo de mutantes, la X-Force, para evitarlo. Aunque el vínculo que Deadpool tendrá con Cable no es el tradicional entre un héroe y un villano. Porque, como explica Reynolds, el propio Deadpool es inclasificable: “No está preocupado por salvar al mundo ni ser un gran superhéroe, sino por ser un poquito mejor persona. Me gusta porque camina sobre una delgada cuerda floja entre ser bueno y malo, es moralmente flexible, y eso es interesante en un mundo poblado de superhéroes virtuosos”.

Alguien le pregunta si esos “superhéroes virtuosos” cambiaron un poco a partir del éxito de Deadpool: ahora se los ve más desacartonados. Pero él lo descarta: “La gente que trabaja en el MCU (Universo Cinematográfico de Marvel) es tan brillante en lo que hace que dudo que sean influidos por algo de lo que nosotros hagamos. Tal vez los divierte nuestro pequeño proyecto, pero están en su propio mundo y saben lo que están haciendo. Sí creo que Deadpool permitió más levedad en el universo de los cómics, y eso ayuda al público a aceptar estas películas con un tono cómico”.

¿Otra película de Deadpool y Wolverine?

¿Es posible que Deadpool, como mutante que es, se cruce en el Universo Cinematográfico de Marvel con los X-Men o los Avengers? “No creo que Deadpool sea capaz de traer exitosamente huevos del almacén, así que mucho menos podría unirse a los universos de Avengers o de los X-Men. El no puede jugar según las reglas de los X Men, no está en su adn. Necesita estar con gente que haga lo que los X-Men no quieren hacer, por eso arma las X-Forces".

Pero Reynolds cree que podría tener revancha con Wolverine, después del fiasco de la película de 2009: "Sí creo, sin embargo, que podría tener una película con Wolverine. Porque técnicamente, en la línea de tiempo de Deadpool, Wolverine está vivo y en buen estado: Logan sucede mucho más adelante. Así que técnicamente, su personaje está ahí, en algún lado. Eso me vuelve loco. Espero alguna vez convencer a mi viejo amigo Hugh (Jackman) de que se ponga las garras una vez más. Le digo: ‘Vamos, Hugh, hagámoslo una vez más, algo chiquito, divertido, no tenés que ejercitarte durante 55 meses, podés taparte con un gran abrigo. Hagámoslo’. Veremos”.

El ex de Scarlett y Alanis

Ryan Rodney Reynolds nació en Vancouver (Canadá) hace 41 años, y es el menor de cuatro hermanos. En la secundaria, trabajó en telenovelas juveniles y en algunas películas para televisión. Después de un paso frustrado por la universidad, se fue a Los Angeles a tratar de retomar la actuación y logró un papel protagónico en la sitcom Tres para todo. Eso le abrió las puertas del cine: su protagónico en la comedia Animal Party le dio cierta notoriedad y lo llevó a películas como Blade: Trinity, Luciérnagas en el jardín, Adventureland o La propuesta. Mientras tanto, se hacía conocido por su vida amorosa: estuvo comprometido con su compatriota Alanis Morissette y tuvo un matrimonio que duró menos de tres años con Scarlett Johansson. En 2012, un año después de su divorcio, se casó con su actual mujer, la actriz Blake Lively (conocida por la serie Gossip Girl), con quien tuvo dos hijos.

Clarín.-

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