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¿Qué es un sarcoma?

Un sarcoma es un tipo de cáncer. Específicamente se trata de cánceres del tejido conectivo del cuerpo que pueden volverse agresivos. Te contamos en este artículo cómo se originan y cómo se les trata.


Cuando hablamos de un sarcoma estamos hablando de un tipo de cáncer. Es un crecimiento anormal y maligno de células de ciertos tejidos del cuerpo que se multiplican sin control.

Los tejidos que originan los sarcomas son el hueso y los llamados tejidos blandos del organismo. Entre estos tejidos blandos tenemos los lípidos, los músculos, el cartílago, los vasos sanguíneos, entre otros.

Podríamos decir, entonces, que un sarcoma es un cáncer del tejido conjuntivo. Este tejido extenso también se denomina conectivo o de sostén. Su principal característica es que tiene mucha matriz extracelular entre las células que lo forman.

Los sarcomas no son tan frecuentes. Del total de cánceres que afectan al ser humano, se calcula que menos del uno por ciento son sarcomas. Y de las muertes por cáncer, se les atribuye el dos por ciento.

Aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, son más habituales en las extremidades, tanto piernas como brazos. También se hacen presentes dentro de la cavidad del abdomen y hasta en la cabeza.

La edad de aparición suele oscilar entre los 40 y los 70 años. Algunas variedades son características de la infancia y, en general, hay más afectación de varones que de mujeres.

Causas del sarcoma

Como sucede con muchos cánceres, no se puede establecer una causa específica de su génesis. Se supone que una serie de factores coinciden para que se desarrolle la tumoración y las células crezcan descontroladamente.

En el caso de los sarcomas, ni siquiera se han podido establecer factores de riesgo claros para algunas variedades, lo cual hace más dificultosa la prevención. Se realizan estudios en el mundo científico para llegar a conclusiones sobre estos tumores de las partes blandas.

Con la experiencia y las investigaciones se han podido establecer unos pocos factores de riesgo:

Enfermedades genéticas: hay patologías, como la neurofibromatosis, que, siendo congénitas, tienen entre sus síntomas la proliferación de sarcomas.

Radioterapia: cuando una persona es sometida a radioterapia como tratamiento, ya sea para problemas de tiroides o para neoplasias, puede tener como efecto adverso el desarrollo de tumores de los tejidos blandos.

Virus: hay infecciones que aumentan la probabilidad de enfermar con sarcomas. El sarcoma de Kaposi, por ejemplo, está vinculado a una variedad de herpes.

Linfedema: el linfedema es la acumulación de linfa en las partes blandas del organismo. Cuando esa situación se prolonga en el tiempo y se vuelve crónica, los tejidos pueden proliferar en forma de neoplasia.

Síntomas

Los sarcomas no suelen ser dolorosos, a menos que hayan avanzado lo suficiente para presionar alguna parte corporal. Por ello, el diagnóstico es dificultoso y las sospechas tardan en aparecer.

Otra característica que determina que no manifiesten tantos síntomas es que se pueden localizar en regiones profundas. Al estar en la profundidad, demoran en hacerse evidentes.

Quizás el síntoma más común sea la aparición de un bulto. Suele ser el signo que determina la consulta. No siempre el bulto palpable se debe al sarcoma en sí, sino que puede ser una inflamación circundante por el crecimiento tumoral.

Diagnóstico y tratamiento del sarcoma

Si el médico sospecha un sarcoma solicitará algunas pruebas de imágenes para iniciar el diagnóstico. Puede solicitarse una ecografía, una resonancia magnética o una tomografía.

En el caso que las imágenes sean sugestivas de la presencia de un proceso neoplásico, el siguiente paso es una biopsia. Con la biopsia se puede arribar al diagnóstico definitivo para confirmar el sarcoma.

Con el diagnóstico confirmado las opciones terapéuticas son:

Cirugía: muchos sarcomas pueden resecarse quirúrgicamente solucionando el problema en este solo paso.

Radioterapia: la aplicación de rayos suele ser un complemento a la cirugía. Si la resección quirúrgica no pudo eliminar la lesión con bordes libres es una indicación.

Quimioterapia: no siempre es necesaria la quimioterapia para los sarcomas. Suele indicarse en tumores de gravedad o con localizaciones complicadas.

Inmunoterapia: relativamente novedosa, la utilización de medicamentos biológicos para combatir el cáncer es prometedora. La inmunoterapia busca frenar el proceso por el cual las células tumorales bloquean la reacción inmune del cuerpo. Son medicamentos costosos y no están disponibles en todo el mundo.

En conclusión

La aparición de un bulto en cualquier parte del cuerpo debe ser una alarma. Es necesario consultar con un médico para que se realicen las pruebas complementarias necesarias e indicadas.

No se trata de alarmarse ante cualquier tumoración bajo la piel, pero sí estar atentos. La demora en la consulta es capaz de retrasar el diagnóstico y enlentecer un tratamiento que podría ser totalmente efectivo para este cáncer.

Leonardo Biolatto para Mejor Con Salud.-

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