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Savonarola a la hoguera

Se cumplen hoy,  23 de mayo,   510 años de la ejecución del fraile dominico italiano Girolamo Savonarola, que fue ahorcado y luego quemado, cuya carrera política es ejemplar para los que desde los cargos públicos desean hacer algo en serio por sus comunidades y no meramente servirse de ellas o mantener la situación mediante parches inocuos fuertemente batidos.

El fraile dominico italiano Girolamo Savonarola.
El fraile dominico italiano Girolamo Savonarola.

Hace 11 años, el tribunal eclesiástico de Florencia discutió si Savonarola fue santo o no, a pesar de que murió excolmulgado por al papa Alejandro Sexto y condenado por la justicia civil de su ciudad, de la que había sido gobernante muy incómodo para las normas de entonces, como los sería más todavía para las actuales.

Savonarola, de temperamento fuerte y exaltado, carecía de la delicada prudencia y del prolijo equilibrio que muestran en demasía los políticos actuales, al punto que no se sabe qué dicen ni siquiera escuchándolos durante horas, ni es posible creerles nada en caso de que se les entienda algo.

Hoy es difícil entender la mezcla de política y religión que se dio entonces, pero es transparente que Savonarola molestó al poder del Papa, contra el que se alzó, y también a los poderes comerciales y burgueses de su época, los que finalmente decidieron su final.

La excomunión que sufrió ha sido motivo de polémica prácticamente desde el momento en el que le fue impuesta por el Papa Alejandro VI, a finales del 1500.

El cura Tito  Centi, en el libro "La excomunión de Girolamo Savonarola", sostiene que esta sanción eclesiástica carecía absolutamente de fundamento teológico-jurídico y que era más un procedimiento para inducir al dominico y a la república florentina a no obstaculizar los planes políticos del papa Borgia a finales del siglo XV.

Savonarola nació en Ferrara el 21 de septiembre de 1452 y murió quemado en la hoguera en Florencia el 23 de mayo de 1498.   A los 17 años abandonó las doctrinas humanísticas para prepararse en la medicina, y mientras, se aplicó asiduamente a la lógica y a la filosofía; estudió a Platón y Aristóteles, pero sobre todo, se dedicó a Santo Tomás de Aquino.

Entre sus obras destacan "El Triunfo de la Cruz"; "Tratato divoto e utile della umiltà", y algunos escritos de lógica y filosofía.

Tras entrar en la orden dominica en 1475,  se opuso con gran energía a la corrupción que prevalecía en muchas clases de la sociedad, y especialmente en la corte de Lorenzo dei Medici.

Savonarola atacó con dureza a Lorenzo dei  Medici,  el Magnifico, que promovió la vida frívola y la corrupción con entrega de cargos públicos a amigos y  parientes.

Tras la caída de los Medici confió en el monarca francés Carlos VIII, de quien pensó que podía liberar a Italia de los corruptos.

Entonces Florencia estableció una constitución nueva, una democracia teocrática basada en las doctrinas políticas y sociales de Savonarola, con un gran concilio gobernante que representaba a todos los ciudadanos.

La influencia de Savonarola llamó la atención del papa Borgia, que lo llamó a Roma para pedirle explicaciones sobre facultades proféticas. Pero Savonarola, que tenía en el terrible Papa Borgia el modelo de  pagano y corrupto que quería combatir, no fue porque estaba enfermo, porque tenía enemigos mortales y por el estado crítico de Florencia.

El Papa ya lo tenía en la mira y le prohibió ocuparse de política, además de recomendarle moderar el lenguaje.

Finalmente, Alejandro excomulgó a Savonarola por predicar herejías, desobedecer su orden de no predicar, y rechazar unir la congregación de San Marcos a la congregación “Tosco Romana”

El enfrentamiento con el papa fue entonces franco. La Señoría de Florencia se asustó y la oposición al fraile creció.

Savonarola fue capturado en un asalto al convento de San Marcos y llevado a Roma por orden de  Alejandro. El 22 de mayo fue publicada la condena a muerte

El día 23  fue conducido al patíbulo en el campo Di Fiori  con otros dos frailes, colgados, y sus cadáveres quemados.

Maquiavelo  acusa al dominico de haber querido hacer un partido político a partir de una idea moral, dividiendo a la humanidad en dos bandos:  "uno que milita con Dios, el suyo; y otro con el Diablo, el de sus adversarios".

Además, lo tacha de oportunista y le da, en El Príncipe, el título de "profeta desarmado", incapaz de construir algo durable, justamente porque no quiere afrontar la realidad.

Johann Wolfgang Goethe lo calificó de "monstruo grotesco", e historiadores de los siglos XIX y XX vieron Savonarola un lúgubre fanático que pretendía quemar y exterminar los bellos frutos del Renacimiento, el humanismo y las artes.

Su doctrina era muy simple: muy pronto la iglesia pagaría por sus innumerables pecados, (pocas  décadas después se produjo el cisma  protestante, resultado de la misma situación) igual que la sociedad, que degeneraba buscando sólo su provecho y su placer.

Su figura sigue suscitando polémica, y si bien muchos lo consideran un fanático cegado por la religión, otros piensan que fue un genio que abrió nuevas perspectivas y un ejemplo de lo que el poder de entonces y de ahora acepta y de lo que no está dispuesto a permitir.

 

Girolamo Savonarola.

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