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Caleidoscopio
Caleidoscopio

Prohibir es poder

Cuando el poder está en descomposición, como en tiempos previos a la revolución francesa, los poderosos relajan sus reflejos y preparan su ruina aunque quieran salvarse. En tiempos de Etienne de la Boetíe era diferente: había gobernantes atentos al peligro, con ojos de águila y olfato de lobo.

La Boetie tenía 18 años en 1548, cuando escribió el "Discurso sobre la servidumbre voluntaria". Murió en 1563, a los 33 años. Su obra fue publicada en 1572, algunos dicen que por su amigo Miguel de Montaigne, otros por los hugonotes, los protestantes franceses.

Entonces reinaba en Francia Luis XIII y gobernaba el cardenal Richelieu, primer ministro que decía no tener más enemigos que los del Estado.

Combatía a sus enemigos con un celo preventivo implacable, que creía no dejar resquicio para ningún "subversivo"; es decir, para ningún opositor a la monarquía que él servía y de la que se servía.

Cuando Richelieu tuvo noticia de un manuscrito inconveniente, el "Discurso sobre la servidumbre voluntaria", quiso conocerlo. Sus espías no pudieron encontrarlo, hasta que un desconocido le ofreció una copia; pero eso si, a cambio de cinco monedas de oro, mucho dinero.

Richelieu pagó sin chistar, lo que importaba era conocer el texto para saber qué aberraciones nuevas debía combatir, para desbaratar cualquier plan contra el Estado, su único amigo.

El cardenal tenía razón: Maquiavelo había mostrado que el príncipe, para gobernar, debe ser un criminal, y su contemporáneo De La Boétie que si hay gobierno es porque los gobernados lo consentimos.

Richelieu es un ejemplo de poder omnímodo y de las medidas "realistas" que cabe esperar del Estado en cualquier circunstancia.

Para reforzar su poder sometió a los nobles rebeldes y a los protestantes; acabó con las garantías políticas heredadas del reinado anterior; intervino en las artes para convertirlas en propaganda para el Estado; sometió a su control a la universidad, impulsó la economía para favorecer el poder de la monarquía y expandió el imperialismo francés al Canadá, la Guayana, la Martinica, Senegal, Madagascar y a la isla de la Reunión, en el Indico.

Fue un espécimen casi puro de realismo político, que atendía solamente a la razón de Estado sin contemplaciones espirituales ni consideraciones ideológicas.

A pesar de su condición de jerarca del clero católico, se alió con los protestantes cuando fue necesario para combatir a los Habsburg, los enemigos del Estado francés.

Yo mando
El cardenal es un ejemplo, dentro de la modernidad europea, de la acción del Estado, en su caso desprovisto de los controles y contrapesos que ideó Montesquieu en El Espíritu de las Leyes y que todavía se sostienen, por lo menos formalmente, aunque crujen ya en medio de severas tormentas.

Desde que hay Estado hay imposiciones, reglas que cumplir y eludir, estorbos de diferente índole, mandamientos religiosos, legales, políticos, burocráticos; obstáculos admitidos, otros reclamados, otros incomprensibles, muchos ridículos.

Algunos revelan un poder suficiente para imponerlos y digerir cualquier crítica mientras no sea oportuno reprimirla. Así se en la lista de leyes absurdas publicada por el diario inglés The Times, que son la resaca burlesca de la omnipotencia:
-En Japón estaba prohibido bailar en locales públicos después de la medianoche.
-En México el gobierno prohibió la venta de mazorcas durante el festejo del día de la independencia porque podían ser usadas como proyectiles.
-Los casados infieles y sus amantes iban presos en Corea del Sur si eran acusados de adulterio.
-En Tenerife, islas Canarias, un legislador previsor propuso que solo los que tuvieran licencia pudieran construir castillitos de arena en la playa.
-Cuando un ministro griego protagonizó un escándalo debido a su ludopatía, el gobierno se curó en salud prohibiendo los videojuegos en público. Cayeron los juegos de apuestas y también el buscaminas.
-Otra norma extrañas, anclada en costumbres ancestrales, es la que tolera que un ginecólogo de Bahrein examine los genitales de una mujer, pero siempre que no los mire directamente sino solo su reflejo en un espejo.
-En Vermont, en los Estados Unidos, los mordiscos tienen un dejo patriarcal si son artificiales, porque las mujeres no pueden usar dentadura postiza sino con permiso de sus maridos.
-El poder de las costumbres que se niegan a morir aparece en York, Inglaterra. Todavía hoy es legal matar allí a un escocés dentro de las murallas de la ciudad, con la sola condición de que el asesinado lleve arco y flechas.
-En El Salvador hay que tener mucho cuidado al manejar un vehículo, como en todas partes; pero no solo por el control de alcoholemia, sino porque los que son sorprendidos borrachos al volante pueden ser fusilados.
-En Tropea, Calabria, una ley prohíbe a las mujeres “gordas, feas o poco atractivas” usar bikini o mostrarse desnudas.
-El Estado ha pensado también en los grandes bebedores de cerveza para no dejar sin reglamentar sus necesidades, porque todo lo que entra, sale: En Inglaterra un hombre puede orinar en público siempre que apunte hacia la rueda de su automóvil y apoye la mano derecha en la ventanilla.
-A pesar de la opinión de los psicólogos, que vinieron a contrariar las del clero cuando predominaban, en Indonesia la masturbación no está permitida. El que la practique será decapitado para que no reincida.
-Quizá una queja que llegó a oídos del legislador hizo que en Estonia no se pueda jugar al ajedrez mientras se hace el amor.
-Finalmente, la previsión inglesa otra vez parece insuperable: por ley, es ilegal morirse dentro del Parlamento para no perturbar a la reina.

En el Medioevo
Un señor del Franco Condado francés podía llevar a sus vasallos a cazar en invierno y luego obligarlos a vaciar los intestinos para calentarse los pies en los excrementos.

Si el Señor caía prisionero, los vasallos debían pagar el rescate de su liberación. También debían contribuir a fabricar la armadura del primogénito del señor cuando era armado caballero, y para casar a la hija mayor y pagar las excursiones en Tierra Santa.

El señor tenía derecho de pernada, residuo del que lo autorizaba a pasar la primera noche con toda mujer vasalla que se casara. En la práctica, era el derecho a exigir cierto dinero a la familia de la casadera.

Cuando en Escandinavia un señor decidía pasar una noche con la mujer de uno de sus vasallos, éste se inflaba de orgullo y publicaba la distinción colocando en la puerta de su casa la cabeza de un ciervo con su cornamenta. De allí vienen los cuernos que suelen adornar cabezas como las de aquel buen súbito, aunque duelan.

Los siervos tenían prohibido sacar granos del señorío; la obligación de usar el molino o el horno del señor pagando una tasa; el señor tenía derecho a los bienes de un siervo muerto sin hijos y el derecho de corral, que era llevarse el ganado que quisiera cuando quisiera. El señor podía poner grillos a sus siervos, encarcelarlos y requisar sus bienes sin no obedecían.

En Borgoña los siervos debían entregar al señor las lenguas de todos los bueyes sacrificados.

En Cataluña medieval los seis principales "malos usos" de los señores feudales contra los campesinos recibieron nombres:
La intestia era el derecho del señor a quedarse con un tercio del patrimonio que dejara en herencia el campesino.
La exorquia era el derecho a quedarse con un tercio de los bienes del paisano si moría sin descendencia.
La cugucia era la apropiación de la dote de las mujeres de los campesinos en caso de un adulterio consentido
La arsia era la responsabilidad económica del siervo en caso de incendio en la tierra que cultivaba.
La firma de spolii era el pago por los derechos de boda a cargo del padre de la novia.
La remensa era el pago que debía hacer un campesino a su señor para recuperar su libertad de movimientos y dejar de estar adscrito a la tierra que trabaja.

En la Biblia
El poder codificó sus exigencias en los libros sagrados, que están llenos de preceptos y normas arbitrarias, sin sentido, salvo que obligan a la obediencia sin otra razón que el sometimiento que obedece sin preguntar.

En levítico manda: No comerán grasa ni ninguna sangre" y aclara que es una regla perpetua "para ustedes y para sus descendientes, dondequiera que habiten"
El mismo levítico discrimina los frutos de mar que se pueden comer: "De todos los animales que viven en las aguas podrán comer los siguientes: Todos los que tienen aletas y escamas, y viven en las aguas del mar, y en los ríos". Quedan excluidos entonces los camarones, mejillones, ostras, almejas y el pulpo.

En la carta a los griegos de Corinto, Pablo manda aclarando que el mandamiento es de dios, no de él: Que la esposa no se separe del esposo; pero en caso de separarse, que no se vuelva a casar, o que se reconcilie con su esposo. De la misma manera, que el esposo no abandone a su mujer».

El libro del Exodo manda guardar el sábado y establece la pena "porque es sagrado para vosotros… Cualquiera que haga algún trabajo en el día del sábado, morirá irremisiblemente”.

En el año 321, poco antes del concilio cristiano en Nicea, el emperador Constantino estableció una jornada de descanso "en el venerable día del sol", pensando seguramente en el Sol Invictus, que era entonces la principal deidad de Roma. Después de Nicea, en el 336, la Iglesia Católica transfirió la solemnidad del séptimo día al primero, porque ya no se festejaba al sol sino al Cristo, que resucitó un domingo.

En todas partes debía haber normas, la presencia del poder no debe ignorarse nunca. El levítico manda: "no rapéis en redondo vuestras cabezas, ni cortéis la punta de vuestra barba"

En la primera carta a Timoteo, Pablo o alguno de sus discípulos manda: "quiero también que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, y no con peinados ostentosos, ni con oro, ni perlas, ni vestidos costosos". No faltaron los que quisieron adivinar en estas recomendaciones un deseo de controlar la libertad de las mujeres.
Los mandamientos en algunos casos implican daños terribles: Jesús dice en el evangelio de Mateo: "Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno".

Las prescripciones suelen ser detalladas al extremo, al punto de dificultar la vida de quien sienta la necesidad de cumplirlas "religiosamente": "no harás aparear tu ganado con animales de otra especie. No siembres tu campo con dos clases distintas de grano. No uses ropa de dos clases de tejido"

El levítico contiene una prescripción para considerar en los tiempos que corren: "no te echarás con varón como con una mujer, es abominación", y la carta de Pablo a los Corintios deja afuera del reino de dios “a los fornicarios, los idólatras, los adúlteros, los afeminados y los que se echan con varones".

Gran estupidez, gran obediencia
Singapur es una ciudad-estado muy próspera de la Polinesia, de 729 kilómetros cuadrados. Hace tres décadas, una norma prohibió importar, fabricar y vender goma de mascar. Si alguien es sorprendido vendiendo chiclets de contrabando lo espera una condena de dos años de cárcel. La intención es mantener la ciudad limpia.

En la ciudad inglesa de Warrington, cuelga en la estación de trenes un cartel que dice "prohibido besarse". Nada de amar mas y pelear menos, porque el cariño alarga las despedidas y perturba los horarios de los trenes. El besuqueo está permitido, pero en un sector especial de la estación, donde no se esperan los coches.

Una norma de tránsito vigente en Rusia prohíbe conducir un auto sucio. No ha de ser muy fácil de cumplir porque por una parte, no se define "auto sucio" y por otra en muchas ciudades está restringido el uso del agua, sobre todo de lavado. Algunos dicen que un auto está sucio cuando no se ve la matrícula, otros cuando la mugre no deja ver al conductor

En los Estados Unidos los hinchas de hockey tienen prohibido arrojar pulpos al campo de juego; en Francia el Estado prohíbe llamar "Napoleón" a un cerdo, posiblemente después de que los burócratas se enteraron de que en el libro "Rebelión en la granja", de George Orwell, un cerdo stalinista se llama “Napoleón”.

En el estado de Nueva Jersey abundan las leyes absurdas, demasiado puntuales, demasiado a medida. Los delincuentes tienen prohibido por ley usar chaleco antibalas. Seguramente si son capturados y se confirma que llevaban chaleco, la pena será mayor


En 2011 el gobierno de Malasia declaró ilegal usar ropa amarilla, posiblemente porque era el color que diferenciaba a un grupo de activistas de la oposición política.

En Estados Unidos, publicitado por sus gobernantes como el país de la libertad, está prohibido un plato escocés tradicional a base de pulmón, corazón e hígado de oveja. Revolviendo los archivos se pudo conjeturar que hace mucho alguien prohibió la importación de pulmones de oveja porque se creía que una enfermedad prevaleciente entonces provenía de las ovejas. Hoy no queda ni el recuerdo de aquello, pero la prohibición permanece.

Los "andadores" son vehículos a modo de un corralito con ruedas que impulsan los bebés que todavía no se lanzan a caminar sin ayuda. Algún especialista dictaminó que retrasaba el desarrollo motor de los bebés y los burócratas los prohibieron

En una ciudad polaca llamada Tuszyn está prohibido el osito "Winnie the Pooh" en las escuelas. Es porque el animal está desnudo y su sexualidad parece dudosa.

En tren de prohibir, la iglesia prohibió las conclusiones de Galileo sobre el geocentrismo y siglos después varios gobiernos dictatoriales prohibieron "Rebelión en la Granja" de Orwell y el gobierno estadounidense prohibió ‘Las uvas de la ira’ de John Steinbeck.

El libro mentaba la pobreza que reinaba entonces en el país de la abundancia. Cuando la situación mejoró, el libro se rehabilitó y hoy es un clásico.
El escritor indio Salman Rushdie fue condenado a muerte en ausencia en 1988 por sus "Versos satánicos’, por sus referencias a Mahoma. Rushdie sufrió un apuñalamiento en Nueva York en agosto pasado.

El clásico ‘Alicia en el País de las Maravillas’ del matemático Lewis Carroll fue prohibido en China porque los censores opinaron inobjetablemente que los animales no pueden hablar. Como el Conejo Blanco habla, es una influencia negativa para los niños.

Harry Potter fue un gran éxito, pero no en todas partes, en algunos lugares de los Estados Unidos y en los Emiratos Arabes fue prohibido por promover la brujería.
De la redacción de AIM

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