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Provinciales
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Charles Perrault, la magia escrita

El 16 de mayo 1703 murió Charles Perrault, escritor francés que dio forma literaria a cuentos tradicionales franceses  y europeos en que aparecen elementos tradicionales que ignoran sus lectores actuales y que crean inquietud en los adultos y encantan a los niños.

Charles Perrault.
Charles Perrault.

Nacido en París en 1628 perteneció a la corte francesa de Luis XIV, fue escritor, abogado, comisario administrativo, miembro de la comisión sobre inscripciones en los monumentos públicos y miembro de la Academia Francesa.

En 1697, cuando ya contaba 69 años, publicó, con el nombre de su hijo, Pierre Darmancour,  Les Histoires et contes du temps passé avec des moralités, ou Contes de ma Mère l’Oye (Cuentos de mi madre la Oca, donde los aspectos "secretos" aparecen para quienes sepan ver). Es un libro breve que contiene ocho narraciones, que se han convertido en verdaderos mitos de la literatura infantil, de fuera irresistible, cautivantes como algo que tiene luz propia´ Barba Azul, La Cenicienta, La Bella durmiente del bosque, Caperucita roja, El gato con botas, Las Hadas, Riquete el del copete, y Pulgarcito .

Perrault toma el asunto de sus cuentos de la tradición oral o escrita  pero los retoca y los reelabora según el gusto refinado propio de su época. Los cuentos adaptados por Perrault no pertenecían a la literatura infantil, sino a la literatura oral destinada a ser narrada en las largas veladas de invierno, al amor de la lumbre, y él los pasó a la literatura escrita y culta.

En los ocho cuentos de Charles Perrault, aparece el Mal, en forma de actitud egoísta y agresiva, enfrentado al Bien, como actitud de generosidad y bondad. El Mal tiene una fuerza arrolladora y, al principio, parece que somete o elimina al Bien (La madrastra de Cenicienta, el malvado Barba Azul, la hermana mayor de Las Hadas, el lobo que se come a Caperucita, el ogro de Pulgarcito...).

El Mal se mueve en el nivel infracreativo, en el de las relaciones lineales, interesadas y faltas de respeto. Es el nivel del dominio y el abuso de poder (Barba azul), los ogros...). El egoísta pone todas las realidades de su entorno a su propio servicio y destruye las que entorpecen su interés o sus apetencias.

Por el contrario, el ámbito del Bien es el nivel de la creatividad, de las relaciones reversibles, de la apertura generosa al encuentro interpersonal, y de los valores . El Bien es discreto y silencioso (Pulgarcito), pero se compromete activamente en la promoción de los demás, es reflexivo, auténtico y sincero (Riquete), digno de confianza (El gato con botas) y capaz de perdonar sin rencor (Cenicienta).

En el nivel del dominio y la fuerza, se diría que el Mal vence al Bien. Pero es una victoria falsa, sólo aparente, porque lo esencial del Bien pertenece a un nivel superior y, por tanto, es inaccesible. A ese elevarse de nivel y hacerse invulnerable a los ataques del Mal, lo presenta Perrault como inteligencia, reflexión y astucia. Cuando esto falla, la bondad degenera en estupidez y Caperucita es devorada por el Lobo. Pero si el Bien es iluminado por la inteligencia, el aparentemente más débil triunfa y queda liberado de la opresión del Mal. Cenicienta se convierte en princesa, Pulgarcito se hace rico a expensas del ogro, la mujer de Barba Azul hereda a su cruel marido, el Gato con botas libra a la comarca del temible ogro...

El Bien es “suave” como una brisa, pero es “imponente”, causa admiración, “enamora”. Quien está en actitud de apertura generosa y de disposición al compromiso crea unidad, expande su bondad y promociona a los demás. Cenicienta hace felices a las hermanastras, el Gato con botas consigue todos los honores para su amo, Pulgarcito lleva el bienestar a su familia, la viuda de Barba Azul comparte su herencia con sus hermanos.

 

Charles Perrault

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