Cerró el año 2023, y Argentina obtuvo a nivel mundial un triste récord, ser el campeón de la inflación en el planeta. De esa manera, le ganó al Líbano la carrera por el primer puesto de la inflación mundial. Nuestro país cerró en 2023 con 211,4 por ciento, seguido por el Líbano con, 192 por ciento y Venezuela, con 190 por ciento.
La definición del primer puesto global había quedado pendiente hace diez días, cuando el INDEC dio el índice de inflación de diciembre, que marcó 25,5 por ciento, y el de todo el año, que fue el mayor registro en desde 1991.
Pero para ese momento los números del Líbano no estaban cerrados y con un 212 por ciento de inflación interanual acumulada a noviembre se perfilaba como el ganador. Pero en la tarde de este lunes, el sitio Bloomberg en Línea difundió los datos oficiales del país de Medio Oriente y confirmó el primer puesto asegurado para Argentina.
La inflación del Líbano se moderó en el último mes del año pasado, cuando solo marcó 0,02 por ciento. Desde 2015 el país viene atravesando una crisis, marcada por a la salida de capitales extranjeros en medio del aumento de la conflictividad en la región, la pérdida del turismo generada por la pandemia de la que aún no pueden recuperarse, más tensiones políticas que se incrementan por la creciente influencia de Irán. Todo esto generó una devaluación del 95 por ciento en la libra libanesa, determinó que el gobierno impusiera restricciones para el acceso al dólar para la mayor parte de la población y así se generó un mercado paralelo.
En el tercer puesto mundial quedó Venezuela, con una inflación del 190 por ciento interanual, según cifras oficiales, y del 193 por ciento, según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
De este modo, Argentina se convirtió en el único país con una inflación superior al 200 por ciento.
Los números de Argentina son una anomalía en un mundo en el que, salvo el año de la pandemia, había resuelto sus problemas de inflación hace más de 30 años. Solo un puñado de países atraviesan procesos inflacionarios hoy, de la mano de una fuerte depreciación de sus monedas o de conflictos armados.
Con la excepción de Argentina y Venezuela, ningún país de Latinoamérica tiene una inflación superior al 10 por ciento. Según Clarín, la tasa más alta fuera los ocupantes del podio es para Colombia, con 9,28 por ciento, mientras Uruguay cerró con una inflación de 5,13 por ciento, México con 4,62 por ciento y Brasil con 4,66 por ciento.