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La periodista asesinada en Corrientes investigaba corrupción policial y recibía amenazas

Las primeras pericias confirmaron que a la periodista correntina Griselda Blanco, de 44 años de edad la asesinaron. Había sido amenazada por cuestiones vinculadas a su trabajo, los investigadores apuntan a un femicidio. Y esto se reforzó cuando detuvieron a su ex pareja.

La víctima fue encontrada muerta en su casa, en la localidad de Curuzú Cuatiá, a más de 300 kilómetros de la capital provincial.

Fuentes policiales indicaron que el cuerpo de Blanco fue encontrado ahorcado con una soga y presentaba golpes en el rostro, y además había rastros de sangre en el piso de la vivienda.

"Se hallaron también pelos en sus manos, que podrían ser señales de que se defendió del ataque", aseguró a Télam un investigador, que añadió que los accesos a la propiedad no fueron violentados.

Sus colegas advirtieron que en los días previos había recibido amenazas, luego de denunciar un caso de mala praxis en un hospital provincial y por investigaciones sobre abusos policiales.

Durante la madrugada del sábado, pasadas las 2, la periodista había hecho una publicación en referencia al caso de Débora Serrano, una mujer que murió en el Hospital Civil Fernando Irastorza, de Curuzú Cuatiá. Allí denunciaba que su amiga había sufrido mala praxis.

“Justicia por Débora Serrano. Murió en el hospital civil de Curuzú Cuatiá por mala praxis, los culpables que vayan presos, inclusive los directores del hospital. Juntos, unidos, todo el pueblo en busca de justicia y haremos una protesta fuera del hospital de la muerte. Si te sumas, comunicate. Todos por Débora Serrano”, fue la última publicación que hizo en su cuenta de Facebook, el viernes, pocas horas antes de su muerte.

El cuerpo de Blanco fue hallado el sábado a la tarde. Había manchas de sangre en el piso e investigan si fue torturada.

Según el diario El Litoral, Griselda era "una periodista crítica y muy comprometida con varias causas". En su perfil de Facebook hacía denuncias de casos policiales de su comunidad, venta de drogas, abusos.

También recibía reclamos de vecinos que se acercaban a ella para contar los problemas que tenían. Desde sus distintas redes sociales, donde tenía más de 7.000 seguidores, hacía programas de radio y otras campañas

"Nunca dejaste a las personas de bajo recursos sin ayudar siempre solicitaste ayuda para los más necesitados siempre estuviste cuando alguien te escribía pidiéndote algo siempre muy humilde y de gran corazón por esa personalidad que tenías la gente te quería y te apoyaba. Descansá tranquila al lado de Dios y fuerza a tus familiares Griselda Blanco. Que en paz descanses", fue uno de los mensajes de despedida.

El cuerpo de la periodista fue llevado a la capital correntina para realizar las pericias. La Policía Federal comenzó a trabajar en el caso.

Detuvieron a su ex pareja
En las últimas horas hubo un detenido. Se trata de su ex pareja, Armando Jara (54), también periodista y con quien mantenía un vínculo laboral, señalaron las fuentes. Se allanó la vivienda del sospechoso, en la que se incautaron prendas de vestir y una notebook.

Lautaro Cesani (25), uno de los hijos de Blanco, dijo a Télam que el cuerpo fue encontrado por uno de los hermanos de la mujer, quien ya prestó declaración ante la fiscal al igual que la madre de la víctima.

"No creo que femicidio sea el calificativo que haya que darle a esto. Con Jara, como en cualquier pareja, se tienen problemas, pero no para llegar a este extremo. En mi opinión, no creo que Jara haya tenido algo que ver con esto, aunque aclaro que estamos esperando las pericias y los resultados", destacó el joven, quien es hijo de Blanco con otra ex pareja.

Cesani, a su vez, confirmó que su madre le había pedido que contacten a la abogada Silvia Casarrubia en caso de que le pasara "algo" y lo vinculó con la cobertura que hizo Blanco sobre supuestos abusos en la Policía de la provincia.

"De esta persona (un comisario denunciado por presuntos abusos) recibió amenazas para que no hablara, que no dijera nada", subrayó el hijo de la víctima.

En ese sentido, puso de manifiesto que "la Policía local operó muy mal, porque había como seis policías locales entrando y saliendo de la casa, de la escena del crimen, sin fiscal, sin peritos, sin secretario y pudo haber pasado cualquier cosa".

Por último, remarcó que su madre "tenía dos teléfonos, uno con el que transmitía y otro con el que pasaba música y solamente se encontró un teléfono, el menos importante, porque el que desapareció era con el que más se comunicaba".

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