Desde el programa de extensión Por una nueva economía, humana y sustentable de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner) repudiaron “la brutal, ilegal y cobarde represión que sufren los trabajadores de la empresa Cresta Roja, por decisión política de los gobierno nacional y bonaerense”.
Desde el programa de extensión expresaron la total solidaridad con los trabajadores reprimidos e hicieron un llamado “al conjunto de la sociedad para sumarse a la necesaria resistencia a la marcha hacia el abismo a que la conducen las medidas de saqueo y depredación”, e instaron “a la mayor participación y compromiso posible para cambiar el rumbo, en la construcción de otros mundos donde el derecho a la vida digna y a ser feliz sea posible para todos y no para una ínfima minoría que sólo piense en un enriquecimiento ilimitado”.
En momentos que en las falsas promesas oficiales se esfuman ante la voracidad de la avaricia empresarial y la indiferencia de ‘los economistas serios del establishment’ con cargos en el Gobierno, “los que sufren son los cientos de familias que en medio de una grave crisis social como la que vivimos en la Argentina, son arrojados a engrosar las filas de los desempleados y sufrir la mala suerte que significa no tener ingresos para satisfacer las necesidades más elementales”, expresaron desde el programa en un documento abierta a la que accedió AIM.
“Un trabajador despedido es una familia que no podrá pagar el alquiler de su vivienda y no podrá alimentar a sus miembros. Tampoco podrá tener derecho a la salud, a la educación y a disfrutar el derecho legítimo a una vida digna. Pero no es uno, ni diez, ni veinte. En este caso, son novecientas las personas despedidas, a pesar de lo que les manifestó el Presidente cuando asumió su mandato y de las afirmaciones de la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires”, precisaron.
En ese marco, subrayaron que “nada justifica la bestialidad con que fuerzas institucionales pretenden garantizar a sangre y fuego la violación sistemática a los derechos humanos, consagrados no sólo por los tratados internacionales sino por nuestra propia Constitución Nacional. Parece que hoy, por encima de ellos está la protección de los negocios privados y la supuesta enseñanza que pretenden brindar a toda la sociedad, respecto de cuál será la consecuencia de aquellas víctimas que intenten defender sus legítimos derechos agredidos y violados de manera sistemática”.
“Aunque esta situación no es novedad en Cresta Roja, ya que el problema y la represión ya habían comenzado con el gobierno anterior, la gravedad actual radica en que las políticas implementadas están llevando a múltiples situaciones similares en una numerosa y gran variedad de empresas, de distintos rubros y tamaños, a lo largo y lo ancho del territorio nacional”, dijeron.
El saqueo y la depredación del que es víctima sistemática la sociedad argentina, “se profundiza en estos tiempos ante la insaciabilidad sin límites del capital usurero internacional y del vandalismo de las grandes corporaciones, envalentonadas por las decisiones de un gobierno que les responde a rajatablas en sus planes por llevarse todas nuestras riquezas y dejarnos sólo obligaciones incumplibles y un territorio arrasado”.
Lo que les sucede a los trabajadores despedidos de Cresta Roja y reprimidos por la brutalidad de las ‘fuerzas del orden’ de Gendarmería y la Bonaerense, “es sólo una muestra de lo que puede llegar a suceder a toda la sociedad argentina si continúa indiferente frente a estos graves hechos, y aceptando de manera pasiva la orientación antinacional y antipopular de las políticas públicas (tanto del gobierno nacional como de la mayoría de los gobiernos provinciales), donde los únicos beneficiarios son un puñado de sanguijuelas que aprovechan la ‘zona liberada’ que les brinda la democracia condicionada y a su servicio”.