La negociación entre el Ministerio de Educación y los gremios universitarios volvió a fracasar y se retomará mañana. Mientras tanto, la Marcha Federal Universitaria promete una masiva convocatoria que marcha en estos momentos desde el Congreso al Palacio Pizzurno, sede de la Cartera Educativa. Los docentes no sólo han rechazado la oferta del Gobierno sino que además la han tildado de “irrisoria” y “burlona”. Algunas cuestiones referidas a por qué no sirve.
La propuesta del Ministerio, en la práctica, no tuvo demasiadas variaciones: propuso continuar con el 15% —como estaba previsto para a cobrar en octubre— y solamente agregó como variante sumas remunerativas y no bonificables de $406 y $206 que, realizando cálculos en promedio, llevaría a un incremento del 21% a cobrarse en diciembre.
El carácter “no bonificable” de ese aumento implicaría no tener en cuenta la antigüedad ni los títulos que cada docente tenga —y por lo cual se percibe más o menos dinero—. Esto se traduciría en que el porcentaje percibido el incremento sea sensiblemente menor y se traduzca en códigos del salario percibidos en negro. Asimismo, el aumento ofrecido está muy por debajo de la inflación estimada para diciembre que, con la corrida cambiaria, es muy probable que la disparidad sea mayor.
La noticia generó malestar en los docentes, quienes la tildaron de “irrisoria” y de “una burla” a la mesa de negociación. Consultados por AIM, referentes de los gremios docentes provinciales, dieron posturas sobre lo que se ofreció a los docentes universitarios en la mesa de negociación de ayer.
Sofía Sforza, del Sindicato de Trabajadores Docentes Universitarios (Sitradu), nucleado en la Conadu Histórica, manifestó que “la oferta es, básicamente, la misma” y agregó que solo hay algunos incrementos en algunas categorías “como las de los auxiliares de primera, que representa entre $300 y $500”. Pero la referente sostuvo que “la parte más complicada está en lo no bonificable del incremento, porque es una lucha histórica la que hemos sostenido a lo largo del tiempo y hemos luchado para que el salario no tenga códigos ni partes en negro”.
“Pensamos que esta oferta es insuficiente, al igual que las anteriores, como ya lo habíamos declarado anteriormente. Salvo que haya una mejora importante, no entendida como un aumento de sueldo sino como un acercamiento del salario real a la inflación, apostamos a marchar hoy en defensa de la educación”, señaló Sforza.
De esta forma, la referente de Sitradu calificó “burla” y “provocación”, las sucesivas respuestas que el Gobierno ha realizado en cada una de las mesas de negociaciones. “La universidad pública la defendemos entre todes, porque creemos que hay un desinterés del Estado hacia la universidad y la educación pública”, finalizó.
Por su parte y consultada por AIM, Graciela Mingo, secretaria adjunta de la Asociación Gremial de Docentes Universitarios (Agdu), nucleado en la Conadu, tuvo el mismo lineamiento al decir que el hecho de que las sumas de incremento no son bonificables “se traducirá en un código en negro dentro de los haberes” que impactaría “negativamente” en las jubilaciones. “Volver a cobrar dinero en negro implicaría un retroceso hacia 15 años atrás, cuando luchábamos por el blanqueo de códigos dentro del salario”, subrayó.
En cuanto a la disparidad del incremento en relación a la inflación, la dirigente señaló que “es algo muy escaso”, porque se habla de aproximadamente 400 pesos en noviembre y 200 en diciembre” y que “es algo irrisorio, que de ninguna manera se va a aceptar por ser irreal con lo que estamos viviendo”.