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Jesse James, el perseguido asesinado

El 3 de abril de 1882, tras 16 años de persecución murió asesinado Jesse James, un émulo de Robin Hood o de Bairoleto, declarado bandido y forajido por la justicia en el Oeste de los Estados Unidos.

La foto muestra a Jesse James con su asesino.
La foto muestra a Jesse James con su asesino.

Jesse era hijo de un pastor protestante. Había sido monaguillo y su carácter era tranquilo, pero la guerra secesión en su país le cambió la vida y lo llevó a la muerte.

Cuando estalló la guerra de secesión, Missouri, donde vivía la familia, pertenecía a la Unión, pero muchos de sus habitantes se identificaban con la causa del Sur, de la Confederación, los James entre ellos.

Al término de la contienda, entre 1865 y 1870, Missouri fue gobernado por una facción que suprimió todos los derechos de las personas que habían apoyado la causa del Sur.

Se les prohibió llevar armas incluso para cazar. El ejército requisó los animales de las granjas, lo que hizo que muchos no pudieran pagar sus hipotecas, de modo que sus tierras iban pasando a manos de los vencedores por pocos dólares. Las compañías del ferrocarril, respaldadas por políticos, expropiaban tierras a su antojo para tender nuevas vías y abrir establecimientos.

En 1863, un destacamento había atacado la granja de los James. Jesse, que tenía 16 años, vio cómo torturaban a su padrastro y él mismo fue azotado cruelmente.

Con estas imágenes en la retina, Jesse se unió a la banda de William Anderson, ex-oficial confederado ahora conocido como Bloody Bill. En un encuentro con una avanzada enemiga, con 16 años, Jesse mató a ocho soldados nordistas. Por entonces, su hermano mayor, Frank, formaba parte de otra banda, capitaneada por William Quantrill.

Los hermanos Frank y Jesse James formaron su propia banda, compuesta por perdedores ansiosos de hacer pagar cara su victoria a los nordistas. Para ellos, los bancos sólo eran el sitio donde hombres de negocios, ladrones victoriosos, depositaban el producto de su rapiña.

Se veían a sí mismos más como guerrilleros que como forajidos. Así que, durante quince años, se dedicaron a asaltar bancos, diligencias y los trenes que venían cargados de oro desde California. Entre asaltos y tiroteos, Jesse tuvo tiempo para casarse con su prima Zerelda y tener dos hijos con ella.

Pronto empezaron a ser vistos por sus paisanos como héroes populares, rebeldes contra los opresores del Norte. Entregaban bolsas de dinero a viudas desamparadas y pobres granjeros para pagar las hipotecas.

En 1869, como consecuencia del asalto al banco de Gallatin, Missouri, el 7 de Diciembre, se ofreció la primera recompensa por los hermanos James: tres mil dólares. Jesse había matado al cajero, al parecer sin que éste hubiera opuesto resistencia.

En 1870, una reforma en la constitución del Estado de Missouri restituyó sus derechos a los ciudadanos que habían apoyado al Sur. Pero no hubo amnistía para los “guerrilleros” o “forajidos”,

Los hombres de la agencia de detectives Pinkerton, contratada por los propietarios de los ferrocarriles y los bancos, acosaban a los hermanos James. En una ocasión, atacaron la casa donde habían nacido y le prendieron fuego, creyendo que estaban dentro, y arrojaron por la ventana un artefacto explosivo que mató a un hermano de nueve años llamado Archie, y arrancó un brazo a la madre. A partir de ahí, la ferocidad de los James se hizo legendaria.

El 3 de abril de 1883, Robert Ford, un infiltrado en la banda de los hermanos James, lo mató de un tiro por la espalda en la casa de Jesse, sin testigos, para cobrar la recompensa de 10.000 dólares ofrecida por el gobierno.

Ford murió diez años más tarde por una perdigonada de escopeta disparada por alguien que también quería pasar a la Historia como el hombre que mató al hombre que mató….

La letra de una canción popular entonada en el Sur, decía:

Jesse era amigo de los pobres,

No soportaba ver sufrir;

Junto con su hermano Frank,

Desvalijó el banco de Galatin

Y asaltó el tren de Glendale.

Sobre la tumba de Jesse, su madre mandó poner este epitafio: “Memoria eterna a mi querido hijo, asesinado por un cobarde y traidor cuyo nombre no merece figurar aquí”.

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