Las reservas de humedad en el suelo de la provincia de Entre Ríos se sostienen "en muy buen nivel", a pesar de la "pobre" performance pluvial de todo mayo, aseguró hoy la Bolsa de Cereales provincial.

Las lluvias de este miércoles mejoraron la situación pluvial de la zona, aunque no logró revertir el patrón seco de mayo, que preveía una segunda quincena más húmeda.

Aun así, incluso en lugares donde no llovió significativamente, los valores de humedad en superficie fueron muy elevados, sin llegar a una condensación en capas bajas similar a si hubiese precipitaciones normales, pero sirvieron para humedecer la capa superficial.


Según la Bolsa de Cereales entrerriana, gran parte de las zonas aptas para la siembra fina de la campaña 2022/23 disponen de un nivel de humedad "satisfactorio", y dejan condiciones iniciales "cercanas a la ideales".

Asimismo, se prevén días fríos, con un ambiente seco y temperaturas propias del invierno, lo que "garantiza estabilidad y seguramente cero lluvias", pero también no se pronostican jornadas con mucho viento, lo que sostendrá la humedad en superficie.

"Si la decisión está tomada, este período se ofrece como muy favorable para avanzar con las siembras" en Entre Ríos, concluyó la entidad bursátil.

La sequía récord registrada a fines de 2021 y principios de 2022 fue calificada como la peor de los últimos 60 años según los registros provinciales, y provocó efectos ecológicos y económicos devastadores, con inconvenientes en las siembras y cosechas, e incrementó los costos del riego.

También las escasas precipitaciones y elevadas temperaturas generaron un fuerte retroceso de la humedad y un estrés térmico para los cultivos y animales.

Los lotes pastoreados no lograron recuperarse para ingresar nuevamente los animales, no hubo un crecimiento normal o adecuado del forraje y alfalfas, lo que produjo una gradual caída de la condición corporal de los animales.

Los registros pluviales de diciembre de 2021 en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años, y las lluvias de ese mes acumularon menos de 20 milímetros, seis veces por debajo de lo que normalmente debe llover.