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Síndrome de desregulación de la dopamina

El síndrome de desregulación dopaminérgico es una complicación poco común del tratamiento de la enfermedad de Parkinson que desencadena alteraciones conductuales graves.
Por nuestro sistema nervioso circulan diversos neurotransmisores. Se trata de sustancias químicas que impulsan o inhiben ciertas funciones de nuestro organismo. ¡Increíble! ¿verdad? Asociados a los neurotransmisores, puede haber una serie de problemas, como el síndrome de desregulación dopaminérgica.
La dopamina es un neurotransmisor que ha causado controversia en las neurociencias durante años. De hecho, hay más de 110.000 artículos científicos en los que se referencia. Además, está relacionado con la cultura popular, por lo cual, podemos decir que es bastante conocido. Pero ¿cuál es su relación con el párkinson?
¿Qué es el síndrome de desregulación dopaminérgica?
Comencemos explorando qué es la dopamina. Se trata de una sustancia química que transmite señales entre las células nerviosas del cerebro. Una de las zonas en donde más se produce es en la sustancia negra, aunque también, en la zona tegmental ventral.
Ahora bien, el síndrome de desregulación de la dopamina es una complicación que se puede dar en el tratamiento de la enfermedad del Parkinson. No suele ser muy frecuente y se asocia al uso en exceso de medicamentos dopaminérgicos.
Es importante comprender que este síndrome está relacionado a la enfermedad de Parkinson: un trastorno degenerativo frecuente que se caracteriza por manifestaciones en el área motora. Suele afectar a personas mayores de 60 años, aunque puede presentarse en personas jóvenes. Veamos algunas de sus características clínicas:
- Temblor en reposo.
- Rigidez.
- Lentitud al iniciar el movimiento voluntario.
- Reducción progresiva en cuanto a la amplitud, velocidad, y acción repetitiva del movimiento.
- Inestabilidad postural.
- Trastornos del sueño.
Además, puede presentarse disfunción autonómica. Es decir, bloqueo de las vías respiratorias, mareo, intolerancia a la temperatura, disfunción sexual, sudoración anormal, etc. También trastornos neuropsiquiátricos y conductuales, como: depresión y ansiedad, demencia, psicosis y alucinaciones, del control de los impulsos y el síndrome de desregulación dopaminérgica.
Dopamina y enfermedad de Parkinson
Para comprender el síndrome de desregulación de la dopamina, debemos conocer a mayor profundidad la relación de la dopamina con la enfermedad de Parkinson. Este neurotransmisor se encuentra en una zona del cerebro denominada sustancia negra, que forma parte de los ganglios basales, situados por encima del cuerpo estriado.
Su relación con la enfermedad de Parkinson tiene que ver con que la dopamina se encarga de ayudar al control del movimiento; sin esta, los mensajes que se envían a los músculos encargados del movimiento serían mucho menos eficaces. Por ello, vemos dificultades relacionadas con lo motor en la enfermedad de Parkinson.
Así, se ha visto que el área de la sustancia negra se afecta en la enfermedad de Parkinson. Entonces, las neuronas encargadas de la producción de dopamina mueren lentamente, lo que ocasiona dificultad en el movimiento; un problema que suele agravarse con el tiempo.
Causas y síntomas del síndrome de desregulación dopaminérgico
Con frecuencia, el síndrome de desregulación dopaminérgico se diagnostica mal e incluso no se llega a reconocer, en ocasiones debido a la comorbilidad con otras afecciones. Aunque, debería ser necesario una identificación temprana, pues a causa del síndrome se da un gran deterioro funcional a nivel, emocional, físico, social y conductual.
Ahora bien, para el alivio de las manifestaciones motoras propias de la enfermedad del Parkinson se utiliza la terapia de remplazo dopaminérgica. Pretende controlar los síntomas asociados al movimiento causados por el déficit de dopamina en la región nigroestriatal.
Esta terapia activa las neuronas de la región mesocorticolímbica asociadas al sistema de recompensa. Esta activación puede causar alteraciones conductuales, produciendo entre otras cosas adicción y abstinencia.
Entonces, aunque esta terapia sea esencial para el tratamiento de los síntomas motores de la enfermedad del Parkinson, puede desencadenar algunas alteraciones como las siguientes:
- Hipersexualidad.
- Compulsividad al comprar.
- Ingesta compulsiva de alimentos.
- Cambios de ánimo.
- Psicosis.
- Insomnio.
Además, el síndrome de desregulación dopaminérgica, que también es denominado desregulación hedonista homeostática, se asocia con altas dosis de levodopa o agonistas dopaminérgicos de duración corta. Y suele darse en pacientes en los que la evolución de la enfermedad es mayor.
Específicamente, este síndrome es un trastorno conductual neuropsicológico, que según Suárez, Arcila y Cruz, en su artículo denominado «Desregulación Dopaminérgica en enfermedad de Parkinson utilizando terapia de regulación dopaminérgica» se ha llegado a asociar al desarrollo de adicción a esta terapia.
Uno de los signos alarmantes para identificar este síndrome es cuando el paciente comienza a tomar más cantidad del medicamento dopaminérgico, aunque se dé un empeoramiento del trastorno involuntario del movimiento, inducido por el mismo medicamento.
Además, los pacientes llegan a mostrar alteraciones del estado de ánimo de forma cíclica, sobre todo, hipomanía o manía psicótica. Estos síntomas son los que, sobre todo, dificultan el diagnóstico del síndrome de desregulación dopaminérgica, pues se atribuyen a un trastorno psiquiátrico primario, que al final resulta poco eficaz.
Punding y trastorno de control de los impulsos
Por otro lado, la realización de conductas repetitivas sin finalidad, también llamada punding, algunos autores la incluyen como uno de los síntomas del síndrome, mientras que otros lo consideran como un síntoma diferenciado. Ciertamente, llega a superponerse en algunos pacientes, al igual que los trastornos del control de los impulsos. Asunto que dificulta el diagnóstico.
En los trastornos del control de los impulsos, se evidencia un impulso hacia realizar actos para obtener gratificación inmediata o placer, lo que perjudica al individuo a nivel psicológico, social, legal, físico, y financiero. Estos trastornos también están asociados con tratamientos dopaminérgicos, especialmente con el sobreuso de agonistas. En la investigación científica, hay un debate acerca de si estos trastornos y el síndrome de desregulación dopaminérgica deben considerarse como conductas adictivas.
En suma, el síndrome de desregulación dopaminérgico se puede dar durante el curso de la enfermedad de Parkinson, cuando se está en tratamiento. No es frecuente y se caracteriza por un comportamiento adictivo, acompañado del uso excesivo de medicamentos dopaminérgicos. Es de difícil diagnóstico por la posible comorbilidad con trastornos del estado de ánimo, conducta repetitiva sin finalidad y del control de los impulsos.
Los síntomas del Parkinson de inicio precoz pueden ser precisamente los menos típicos, los que no son motores. Debido a que los síntomas del Parkinson no son exclusivos de esta enfermedad, sino que son compartidos con otras patologías, el diagnóstico a veces resulta complicado.
Fuente: María Alejandra Castro Arbeláez para La Mente es Maravillosa.-

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